L XI Congreso regional del PSOE-A

La ventaja de jugar en casa

  • Los granadinos copan las primeras filas frente al estrado y Teresa Jiménez se convierte en la primera mujer en presidir la mesa que dirige los trabajos de un cónclave socialista a nivel andaluz

Un concejal socialista en el Ayuntamiento de Granada explicaba, minutos antes de que todo empezase, a qué se va a un congreso regional de un partido. "A vernos, a preguntarnos por la familia, a conocer a gente de otras provincias, a aplaudir mucho...". Por supuesto, se debate, pero eso se hace a puerta cerrada, sin grandilocuencia. Después, se exponen las conclusiones, se diseña el equipo y hasta dentro de cuatro años.

Trabajos -todos- que se desarrollarán bajo la atenta mirada de la presidenta de la mesa del congreso, la granadina Teresa Jiménez, que durante la jornada de ayer ejerció de maestra de ceremonias y, de paso, de anfitriona. Ventajas de jugar en casa, la presidencia de una reunión de este tipo se escribe en femenino.

Mientras tanto, antes de la llegada del líder, cada uno busca su sitio. El secretario provincial del PSOE de Granada, Francisco Álvarez de la Chica, en la tercera fila, junto a Juan Manuel Fernández y otros miembros de la delegación granadina. La primera queda reservada para los invitados de honor, como la secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín, el delegado del Gobierno en Andalucía, Juan José López Garzón, o el rector de la Universidad de Granada, Francisco González Lodeiro. Junto a ellos, Evangelina Naranjo y Cándida Martínez o el delegado del Gobierno de la Junta, Jesús Huertas.

Huertas entró en el Salón García Lorca del Palacio de Congresos junto a Javier Torres Vela. Y mientras el delegado del Gobierno se sentó en primera línea, el que fuera gran esperanza socialista para el Ayuntamiento de Granada no bajó siquiera al patio de butacas. Cruzó saludos cariñosos con militantes y conocidos socialistas, se fundió en un abrazo con otra de las que pudo ver de cerca el estrado, Cándida Martínez. Pero, durante la mañana, observó la representación desde una zona que obligaba a mirar una pantalla gigante de televisión para observar la cara de quien intervenía.

Mientras tanto, siguen llegando cargos públicos. Alcaldes como Víctor Sánchez o Noel López, o que lo fueron, como Vicente Ballesteros. Faltan los miembros del Gobierno central, que escoltarán durante la tarde al presidente, José Luis Rodríguez Zapatero.

El móvil, como en un concierto de rock, se convierte en un elemento indispensable. Quien entra llama a un conocido que, desde abajo, hace señas para hacerse notar. La duración de la llamada es directamente proporcional a la agudeza visual del recién llegado.

Con retraso que roza la hora, el personal de seguridad hace un pasillo en las escaleras que llevan al estrado. "Estamos dentro", asegura un miembro del equipo que precede a Manuel Chaves, que aparece junto a Leire Pajín. Y comienzan los aplausos mientras la música truena sobre las cabezas.

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