Campaña antártica

El volcán, la alerta de tsunami y el Covid: La complicada apertura de la base del Polo Sur en la que trabajan investigadores de la Universidad de Granada

  • El jefe la vigilancia volcánica en la isla Decepción es Enrique Carmona, del Instituto Andaluz de Geofísica

Base Gabriel de Castilla en la isla Decepción.

Base Gabriel de Castilla en la isla Decepción. / R. G.

Granada es, en estos días, epicentro de trabajo científico por parte de físicos, geofísicos, geólogos o sismólogos a cuenta de la intensa serie sísmica que se registra en la zona de la capital y su Área Metropolitana desde primeros de diciembre. Sin embargo, hay otros puntos de interés y trabajo científico en los que los expertos de la Universidad de Granada trabajan.

Uno de esos lugares es la remota isla Decepción, en el Polo Sur. En este punto se encuentra una de las dos bases españolas en el continente, la Gabriel de Castilla, que puntualmente, cada año, acoge a decenas de científicos para desarrollar distintos proyectos científicos. Uno de ellos, precisamente, tiene que ver con la actividad sísmica y volcánica y ahí es donde entran los dos investigadores de Granada que este año han podido llegar a este enclave pese a lo complejidad de la situación sanitaria.

Los investigadores del Instituto Andaluz de Geofísica y Prevención de Desastres Sísmicos Enrique Carmona y Rosa María Martín León partieron rumbo a Chile hace semanas. Pasaron una cuarentena en Punta Arenas, como marca el protocolo que ha intentado mantener libre de Covid el Polo Sur. Pese a todas las precauciones, días antes del viaje se informó del primer caso en el continente antártico, en un grupo chileno.

Mientras, en España, la tripulación del Hespérides realizaba los trabajos previos para partir rumbo a la isla Decepción. En el buque oceanográfico, sin embargo, se detectó otro brote al poco de partir. Tras varios días de cuarentena en Canarias, donde el barco registró un notable aumento de casos, se decidió que este año el Hespérides no viajaría al Polo Sur.

Sí lo hizo el otro buque oceanográfico, el Sarmiento de Gamboa, que se ha ocupado de la tarea logística antes de la reapertura de las bases españolas, una la Gabriel de Castilla, en Decepción, y la otra, la Juan Carlos I, en la isla Livingston. El Ministerio de Ciencia informó ayer de que las dos estaban abiertas.

La base Gabriel de Castilla quedó operativa el 25 de enero, indicó el Ministerio en una nota de prensa, en la que explica que "la dificultad en la apertura de esta base radica en que isla Decepción es un volcán activo y existe un protocolo estricto para su vigilancia lo que conlleva una serie actuaciones específicas para la apertura de la base".

La campaña pasada la base en la isla Decepción "se cerró con el semáforo que indica la actividad volcánica en amarillo", en una escala que va de verde a  amarillo, pasa a naranja y por último está el rojo. Esto obliga  "un registro y comprobación de parámetros volcánicos más exhaustivo que en condiciones de actividad normal (verde) para abrir la base con seguridad".

Así, antes de ir a la base Juan Carlos I, el buque navegó hasta la isla Decepción "para desplegar dos sismógrafos que estuvieran tomando datos". "Tras el estudio e interpretación de los parámetros volcánicos registrados, el jefe la vigilancia volcánica, el doctor Enrique Carmona de la UGR, determinó el color del semáforo en amarillo que permitía el inicio de las operaciones para la apertura de la BAE en condiciones de seguridad".

"Cabe señalar que la instrumentación desplegada registró el terremoto de magnitud 7,2 detectado en la Isla Elefante (a unos 300 kilómetros de las bases españolas) el 23 de enero. Las autoridades chilenas emitieron una alerta de tsunami para la región y el personal en la base Juan Carlos I preparó la base ante esta posible eventualidad. La alerta de tsunami se desactivó unas horas después sin consecuencias", indica el Ministerio de Ciencia.

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