Los inescrutables caminos del fútbol tienen a veces destinos y casualidades insospechadas. Por ejemplo, el meta Aarón no había disputado ningún partido de Liga esta temporada y le toca debutar, nada más y nada menos, que ante el mejor ataque del campeonato, un Barcelona voraz que cuenta con multitud de estrellas mundiales de mitad de campo hacia arriba.

Tampoco es normal que dispute sólo seis choques en una campaña y que en dos de ellos el rival sea el mismo, curiosamente un Barcelona ante el que ya brilló el meta valenciano en los cuartos de final de la Copa.

Aarón sacó con el pie un remate de Messí que buscaba la red.

Una elongación muscular dejó al portugués Rui Silva en casa y ofreció a Aarón la oportunidad de estrenarse esta campaña en el campeonato doméstico en el Nou Camp. Y, de paso, tomarse junto al equipo una pequeña revancha después de que se le escapara el choque de Copa hace sólo unos meses cuando el Granada ya tocaba con los dedos las semifinales.

Lo mejor que tiene Aarón es que es un tipo tranquilo y seguro de sí mismo. Juegue mucho o apenas actúe, siempre que tiene la oportunidad de actuar transmite serenidad y confianza. Lo demostró en los primeros compases del choque, con un par de buenos blocajes a centros laterales y una notable parada tras un chut de Griezmann.

Poco pudo hacer el valenciano en el 1-0. Tapó bien su palo, pero el chut fuerte, seco y cruzado de Messi fue para el otro sin que llegara a despejarlo.

Poco después, fue el protagonista en una acción clave, ya que sacó un pie prodigioso para superar a Messi en el mano a mano y evitar el 2-0.

Y tuvo poco trabajo más. Aunque parezca mentira, en el segundo tiempo fue casi un espectador más. Aarón Escandell, se merecía más que nadie un día y un triunfo así.