Hay futbolistas que pasan poco tiempo en un equipo pero que dejan una impronta muy fuerte entre sus aficionados. En la historia reciente del Granada CF hay uno: Ricardo Costa. Pasó sólo media temporada como rojiblanco pero se convirtió en uno de los héroes de la última permanencia en Primera División del equipo rojiblanco, al que llegó ya en el ocaso de su carrera.

Cuando Ricardo Costa firmó por el Granada CF, en el mercado invernal del año 2016, la afición se quedó estupefacta: un jugador que todos conocían. Ya mayor, sí, pero con nombre. Campeón de Europa con el Oporto de Mourinho, eterno capitán del Valencia CF, su papel como líder del equipo también lo cogió cuando se vistió de rojiblanco desde el primer día. Destacó su papel al final de aquella temporada, cogiendo los galones que culminaron con el golazo que supuso la remontada granadinista contra la UD Las Palmas. Un córner y un cabezazo que pusieron el 3-2 y colocaron al equipo a las puertas de la permanencia que logró una semana más tarde con la goleada al Sevilla en el Pizjuán. La foto de Ricardo Costa con la camiseta quitada y el peto del GPS debajo arengando a los aficionados aún forma parte del recuerdo de unos tiempos mejores que no fueron tan lejanos.

Se le recordará por gol de la remontada al Las Palmas que significó media permanencia

Ricardo Costa se fue del equipo tras aquel curso, pero la hinchada soñó con recuperarlo en la pasada, viendo los problemas del Granada para mantenerse. No vino, pero sí firmó por un club de la red del presidente Jiang Lizhang, el Tondela. El de Vila Nova de Gaia peina ya 37 'tacos'.

Aún no asoman muchas canas, pero si lo hicieran tendrían muchas cosas que contar. Desde títulos ganados a países en los que ha jugado, y nada menos que la friolera de haber sido parte de la selección de Portugal en tres Mundiales.

Con 25 años fue citado para ir a Alemania 2006. Ya era el líder de la defensa del Oporto pero, si de una posición han salido jugadores de talla Mundial en Portugal, esa ha sido la defensa central. Costa vio todo aquel torneo en el banquillo a la sombra de la pareja que formaban Ricardo Carvalho y Fernando Meira, aunque al menos no se fue de vacío y jugó de titular el partido por el tercer y cuarto puesto que los lusos perdieron contra Alemana.

En la flor de su carrera deportiva, Ricardo Costa participó en el Mundial de Sudáfrica, donde España se cruzó en el camino de sus vecinos echándolos en octavos de final con aquel polémico gol de Villa. El granadinista, por entonces en el Valencia, fue colocado por el defensivo Carlos Queiroz en el lateral diestro para así jugar con tres centrales. Ya le probó ahí en el partido de la fase de grupos contra Brasil y lo repitió en el cruce. Pero no le salió bien, y además Ricardo Costa acabó por una fortísima entrada sobre Capdevila.

Ya más maduro, dos años antes de recalar en el Granada, Ricardo Costa disputó su último Mundial y prácticamente se despidió de su selección, con la que solo jugó un partido más. En Brasil 2014 se fue antes de tiempo después de asistir en primera persona a la goleada encajada contra Alemania, futura campeona, por 0-4, y luego decepcionar con un empate a dos contra Estados Unidos. Los lusos se la jugaron en la jornada final contra Ghana y triunfaron, pero los resultados no les acompañaron. Ricardo Costa desapareció del equipo titular aquel partido. Ya no estaba para ayudar más a su selección. Un capitán para todos los equipos en los que ha estado.