Granada cf

Demasiada tranquilidad

  • El sosiego con el que concluyen las temporadas con Jiang Lizhang en la presidencia del club rojiblanco contrasta con el sinvivir de los últimos partidos en la época de Quique Pina

Los jugadores del Granada celebran el 1-1 marcado por Germán ante el Sporting, y que al final fue un espejismo.

Los jugadores del Granada celebran el 1-1 marcado por Germán ante el Sporting, y que al final fue un espejismo. / AURELIO FLÓREZ / AGENCIA LOF

Cada uno tiene su estilo, no hay duda. En la época de la presidencia de Quique Pina los finales de temporada pusieron a prueba los corazones de todo el personal granadinista. Sólo en un par de ocasiones, que yo recuerde así a vuelapluma, se llegó a la ¡última jornada! con los deberes hechos. Pero no antes. El resto, fue un sinvivir con muchos corazones puestos a prueba. Con o sin impulsos 'externos' lo cierto es que el club rojiblanco se mantuvo en Primera División y, a lo que vamos, ofreciendo emoción a discreción. Pero todo cambió con la llegada de Jiang Lizhang a la presidencia del Granada. Dos temporadas al frente se han traducido en finales placenteros de campaña. Ni una pizca de emoción que llevarse a la boca. Los corazones de los sufridos seguidores rojiblancos han vuelto a latir con normalidad y la tasa de infartos han disminuido por estas fechas en comparación a años pretéritos. La pasada temporada quedó prácticamente vista para sentencias meses antes de su conclusión y en ésta, quizá las esperanzas de un final feliz se extendieron unas semanas más..., pero no muchas más.

¿Y SI...?

Voy a pedir prestando a mi compañero Juanjo Medina este ladillo que utilizó hace siete días, al igual que le he 'robado' a Enrique López su percepción de lo tranquilas que son últimamente los finales de temporada. La pregunta en este caso sería: ¿y si el Granada hubiera ganado en Gijón? Un condicional más a los muchos que se han utilizado desde hace ya demasiado tiempo. La respuesta sería que los de Miguel Ángel Portugal aún tendrían minúsculas opciones meterse en la promoción por el ascenso. Realmente sería algo casi imposible, pero también lo era el hecho de que el Granada haya llegado con pulso (casi imperceptible, pero pulso al fin y al cabo) a la penúltima jornada liguera. Pero...

el cántaro

Han sido demasiadas cuentas de la lechera. Y todo por culpa de esas matemáticas tan manidas que se empeñaban en hacer ver que todo es posible en Granada, incluso milagros imposibles. A veces los burros vuelan y mientras hay vida hay esperanza. Al menos eso dicen. Pero en El Molinón dio la impresión de que en el club hace tiempo que se dio la temporada por finiquitada -se ha dejado viajar a los internacionales antes de tiempo trasladando el mensaje de que nada había que hacer- y definitivamente el cántaro se fue al suelo y se llevó por delante las cuentas de la lechera. En Gijón el equipo volvió a estar ramplón, jugó sin presión y sólo en algunos instantes pareció que se quería poner en aprietos a los locales para aguarles un poco la fiesta. Pero para qué fastidiar a los asturianos con lo simpáticos que son todos... Otra derrota más que se suma al paupérrimo balance fuera de Los Cármenes que va a 'lucir' el conjunto granadinista ven los números de esta temporada 2017/18 que ya se puede ir al rincón del cajón del olvido.

PARTIDO 'DE LA BASURA'

Serán 90 minutos de la basura los que se vivirán el próximo sábado en Los Carmenes. La visita del Cádiz, que llega a la última jornada con la necesidad de puntuar, sólo servirá a los rojiblancos a pensar en las vacaciones que empezarán en cuanto pasen por la ducha. Dando por hecho que el conjunto amarillo estará apoyado por unos seguidores que van a vivir 90 intensos minutos al más puro estilo Pina, lo que no sé es cuánta afición se hará presente en las gradas del estadio rojiblanco un sábado que, además, es de feria. Con lo bien que se estará en el Ferial aprovechando los últimos coletazos de nuestras fiestas.

protesta o resignación

Personalmente yo apuesto por ambas. Los que acudan a ¿animar? al Granada seguro que echarán un vistazo al palco para mostrar su malestar por una temporada llamada a cotas mayores que se ha ido por el desagüe a pesar de que el club puso en manos de los distintos entrenadores una de las mejores plantillas de la categoría. Pero también hay resignación porque no queda otra. En Granada se ha demostrado que lo que se quiere es fútbol, venda de donde venga y lo sustente quien lo sustente. La actual propiedad a priori asegura estabilidad y mientras no hayan otras opciones hay lo que hay. Cuando se eche la persiana será el momento de empezar a poner los cimientos para una próxima temporada en la que ya se lleva pensando algún tiempo. Y tampoco estará de más en hacer un examen de conciencia, pero esto será tema para la próxima semana. Mientras, a vivir una semana de forma tranquila y placentera. ¿Quién da más?

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