Celta-Granada CF La Crónica

La historia interminable del Granada de Robert

  • Un gol en el tiempo añadido, justo después de una clarísima doble ocasión rojiblanca, vuelve a condenar al Granada, esta vez ante un Celta que venció por 1-0 

Germán pugna con un oponente en el choque de este lunes en Vigo

Germán pugna con un oponente en el choque de este lunes en Vigo / Efe (Vigo)

Los enanos se unieron en Balaídos al circo que tiene puesto el Granada CF desde principio de temporada. Otra derrota. Y otra vez con un gol en contra al final. Esta vez más al final que nunca, en el minuto 94. Es la historia interminable.

El tanto de Dennis permitió al Celta ganar por 1-0 a un Granada que hizo más méritos que en encuentros anteriores, que estuvo mejor que en choques pasados. Al menos no tan mal.

De hecho, tuvo la victoria en sus botas solo unos minutos antes de que estallara Balaídos con el único gol de un duelo dominado por los gallegos en el primer tiempo y más alocado y de alternativas en el segundo.

Dituro salvó a los suyos con una providencial doble parada ante Alberto Soro y Luis Suárez. Cuando no hay manera, no hay manera.

Un rato antes, Maximiano había salvado al Granada con un paradón, pese a estar lesionado, en un penalti lanzado por Iago Aspas que el colegiado Soto Grado regaló al Celta. El día que hubo notable mejora en defensa, se falló en ataque. No acertó el Granada, que tuvo pocas pero claras.

Robert Moreno, que acabó el partido desesperado con la actuación arbitral, metió varios cambios en su once, como venía siendo habitual en los últimos encuentros. Esta vez, además, tocó su dibujo para apostar por la dupla colombiana arriba (Luis Suárez y Bacca), con una medular con dos pivotes (Gonalons y Luis Milla) y dos extremos de recorrido y capacidad para correr hacia atrás (Antonio Puertas y Alberto Soro).

La lesión de Gonalons al cuarto de hora no alteró demasiado los planes, ya que Montoro cumplió bien con su cometido. Como si Vigo fuera Nápoles, tampoco pudieron acabar el duelo por problemas físicos ni Domingos Duarte ni Maximiano.

Primer tiempo

En la primera parte el Celta tuvo mucho el balón y pisó con asiduidad el área del Granada, aunque muy pocas veces con peligro. Tal y como avisó Robert el sábado en rueda de prensa, los laterales celestes, sobre todo Hugo Mallo, percutieron una y otra vez por sus costados.

No obstante, la única ocasión clara ocasión local antes del descanso nació en una pérdida de balón rojiblanca. Santi Mina no se creyó del todo el balón tan franco que se encontró para marcar y dio tiempo a que entre Domingos y Luis Milla tocaran su chut para que Maximiano se quedara con el esférico en la misma línea.

Diez minutos antes, en el 24, había llegado la mejor, y única opción del Granada en el primer tiempo. En uno de los pocos ataques que pudieron montar los visitantes, Alberto Soro le comió la tostada a Hugo Mallo y, sin apenas ángulo, estampó su chut en Dituro, que tapó bien. ‘Los Luises’, Milla y Suárez, habían iniciado la rápida acción.

Esos minutos del ecuador del primer tiempo fueron los únicos en los que el Granada pudo pisar el campo contrario con balón tras recuperar y superar con velocidad tanto la intensa presión local como el muro peruano llamado Tapia. Pocas veces el apellido de un futbolista le hizo tanto honor.

En los primeros compases del segundo tiempo llegó el Granada más al área local que en todo el primero. Alberto Soro, tras fallo de Araujo, eligió el chut cuando quizás el pase era lo más conveniente. No sufría el equipo atrás y se soltaba la melena arriba.

Montaña rusa

No obstante, tampoco duró mucho esa dinámica. El Celta, ya con Dennis en el campo, volvió a empujar y a monopolizar el control del balón. Lo mejor era que no llegaba con peligro, que Maximiano era casi un espectador.

Empezaba a oler el encuentro a empate sin goles y justo en ese momento se volvió loco. El que activó el botón de la montaña rusa fue Soto Grado, casero hasta entonces al no sancionar un manotazo de Aspas a Montoro ni un entradón de Nolito a Quini.

Pitó un penalti por un agarrón de Domingos Duarte a Santi Mina de los que hay diez en cada encuentro. Estuvo varios minutos el choque parado, ante la indignación rojiblanca, porque Domingos se lesionó al chocar en la acción con Maximiano, que tampoco salió bien parado.

El luso, medio cojo, hizo un paradón en la pena máxima a Aspas. Después intervino también ante Galán antes de irse al suelo y pedir el cambio.

Robert Moreno tuvo que hacer los tres cambios que le quedaban a la vez. Antes había entrado Jorge Molina, tan intrascendente en el choque como Bacca y Luis Suárez.

Víctor Díaz se colocó de central, Aarón bajo palos y Escudero de falso extremo por delante de Carlos Neva, porque el Celta casi siempre atacaba por su derecha.

El desenlace

A Coudet y los suyos le parecieron pocos los siete minutos de añadido, aunque si alguien tenía motivos de verdad para quejarse era el Granada, con Soto Grado frenando las protestas rojiblancos con un carrusel interminable de tarjetas.

El técnico argentino metió toda la pólvora que le quedaba. Quería ganar sí o sí, pero no le podía hincar el diente al Granada. Los visitantes trenzaron una buena jugada en el 93. Carlos Neva la puso de lujo y Alberto Soro tuvo el gol. Su volea centrada la sacó Dituro, que también despejó el remate posterior de Luis Suárez.

En la siguiente llegó el 1-0, que nació en una falta sobre Jorge Molina. Esta no la vio Soto Grado. Germán perdió su único duelo del choque por arriba y el balón acabó en Dennis. Aarón llegó a tocar el esférico tras su chut, pero no lo desvió lo suficiente.

Lo dicho, cuando es que no, es que no. Y ahora, el Sevilla. Mejoró el Granada. Volvió a perder

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