Granada CF-Getafe La Pizarra

El Granada echa el cerrojo para cerrar la temporada

  • Diego Martínez apuesta de inicio a fin ante el Getafe por un 1-5-4-1 que le permita volver a dejar su meta a cero

Fede Vico ante Kubo, en una acción del choque

Fede Vico ante Kubo, en una acción del choque / Pepe Villoslada / Granada CF (Granada)

Terminó la temporada más estresante, más ilusionante y más histórica, por lo conseguido, del Granada, la primera en la que disputó competición europea.

Y lo hizo con un empate ante el Getafe que le sirve para acabar el curso en la novena plaza. Teniendo en cuenta que partía en el duodécimo puesto en cuanto a  fortaleza monetaria de la categoría, acabar tres plazas por delante es un éxito, otro más de este equipo de leyenda.

Diego Martínez formó de inicio con un once en el que hubo cinco novedades respecto al que eligió en la anterior jornada contra el Alavés.

Aarón fue el meta elegido, por lo que Rui Silva se quedó sin opción de despedirse como rojiblanco en el césped del Nuevo Los Cármenes. No fue la única noticia inesperada.

Entró el joven Pepe y se recuperó tras su lesión Vallejo para ser titulares en la zaga junto a Germán, Foulquier ocupó el carril diestro, Fede Vico acompañó en la medular a Yan Eteki, regresó Antonio Puertas para actuar como carrilero por la izquierda y repitieron arriba Alberto Soro, Luis Suárez y Jorge Molina.

Soldado, de nuevo apto tras tres partidos de sanción, y Machís esperaron en el banco.

Los problemas de efectivos han condicionado mucho a Diego durante la temporada. No sólo a la hora de formar un once, sino también al tener que optar por un esquema u otro.

Ante el Getafe, por ejemplo, la escasez de centrocampistas volvió a ser clave a la hora de elegir. El Granada ha alternado bastante su dibujo de inicio en los encuentros de este tramo final de la temporada.

Ante el Getafe, el gallego se decantó por un 1-5-4-1 que le funcionó bien, ya que los visitantes apenas crearon peligro y varias jornadas después, la puerta rojiblanca volvió a quedar sellada sin recibir ningún tanto, pese a que el Granada acaba el curso como el conjunto más goleado de Primera.

El rival 

En el Getafe, Bordalás demostró que su equipo tampoco se jugaba nada y decidió cambiar de portero, Yáñez por Soria, mientras que entró en el once el joven Iglesias y Kubo fue el escogido para acompañar arriba a Enes Unal.

El cuadro azulón formó con su habitual 1-4-4-2, al que se adaptó bien el Granada pese a que en la primera media hora el choque tuvo color visitante. 

Tenía una premisa clara el Granada, y era no cometer errores de los que pudiera verse beneficiado el cuadro visitante, que mandó en los compases iniciales con un activo Enes Unal.

El turco le buscaba casi siempre las cosquillas a Vallejo, con Foulquier secando a Cucurella y Pepe muy firme y atento toda la tarde. En ataque, Fede Vico fue quien trató de guiar el juego de los locales, yendo de menos a más en su último partido con el Granada.

Pese a que la mejor ocasión del primer tiempo estuvo en las botas de Alberto Soro, tras un grave fallo de Yáñez, a Diego no le gustaba la poca participación de sus extremos, por lo que decidió cambiarlos de banda.

El plan funcionó, ya que Luis Suárez le dio bastantes más quebraderos de cabeza a Nyom, en un duelo que fue bastante interesante, y el Granada mejoró en el tramo final del primer acto.

Cambios

Había jugadores en los rojiblancos que no estaban para noventa minutos, de ahí que se produjeran dos cambios en el descanso. Entraron Víctor Díaz, que volvió a jugar como tercer central, por Vallejo y Machís por Alberto Soro.

El venezolano, partiendo siempre desde la izquierda, se mostró muy peligroso y vertical. Suya fue la mejor ocasión del choque, que no fue gol por milímetros, tras una arrancada de Foulquier y una asistencia de Jorge Molina, que durante la hora y pico que estuvo en el campo dio otra clase magistral de fútbol.

Tras tres partidos de sanción apareció en el encuentro Soldado, que reemplazó a Jorge Molina. El Granada no varió su esquema en todo el encuentro, por lo que se mantuvo con ese 1-5-4-1, con una firme zaga de tres centrales y dos carrileros.

Varió el de la izquierda, ya que se situó ahí Adrián Marín tras entrar por Luis Suárez, lo que mandó al extremo diestro a Antonio Puertas, tan polivalente como cumplidor.

La última sustitución, ya en los instantes finales, fue un pequeño homenaje a Fede Vico, que abandonó el campo entre aplausos para que entrada el argentino Brunet, jugador del filial que acabó formando con Yan Eteki un doble pivote absolutamente inédito.

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