El coronavirus evitó que el Granada CF lograra el ascenso la pasada campaña en la que dependía de sí mismo para acceder a la máxima categoría del fútbol femenino. La suspensión definitiva de la competición hizo que fuera el Santa Teresa, que en el momento en el que se declaró el estado de alarma iba líder con tan sólo un punto de renta sobre las rojiblancas, las que finalmente ascendieron a la Liga Iberdrola.
Ese nuevo chasco provocó cambios en la estructura nazarí y la primera llegó con el fichaje del técnico canario José Ángel Herrera como primer entrenador. Se renovó la plantilla y las granadinas arrancaron a gran nivel con tres victorias seguidas, pero a partir del duelo disputado en Tenerife ante el Granadilla todo cambió. Se logró un empate con una jugadora menos que supo a derrota pues fueron por delante en todo momento hasta que en la recta final empataron las canarias.
Partidos aplazados
En la siguiente jornada no pudo jugar ante el Cáceres, duelo que se jugará el 31 de enero, al sufrir dos jugadoras rojiblancas el Covid-19. Una semana después descansó pero fue el encuentro ante el Juan Grande, por entonces colista, el que hizo mucho daño.
Un punto que enfadó mucho a José Herrera que exigió autocrítica a su equipo. Fue el último partido del año, pues la jornada ocho no se celebró debido a positivos por coronavirus en La Solana, fechado para el día 13 del presente mes.
De sí mismo
Por tanto son seis los puntos pendientes que de sacarlos adelante le situarían con 20 en la tabla clasificatoria a uno del líder, el Pozoalbense, y dependiendo de sí mismo para asaltar la primera plaza.
En la ida, las rojiblancas se impusieron por 0-1, pero el duelo entre los presumibles dos mejores equipos del grupo Sur está prevista en la última jornada.
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