Granada CF | Resaca

La lógica y el fútbol

  • Las últimas decisiones arbitrales en contra del Granada están carentes de la coherencia y el sentido común que sí tiene la trayectoria del equipo esta temporada

Una acción del Granada-Barcelona del sábado

Una acción del Granada-Barcelona del sábado / Efe (Granada)

Define la RAE la palabra lógica en su segunda acepción como el “método o razonamiento en el que las ideas o la sucesión de los hechos se manifiestan o se desarrollan de forma coherente y sin que haya contradicciones entre ellas”, añadiendo en su tercera definición términos como racional o sentido común.

Pocos pueden discutir lo importante que es la lógica en la vida, pese a que no la enseñen en las escuelas ni se estudie en las universidades. También lo es en el muchas veces incomprensible y enrevesado mundo del fútbol, donde en demasiadas ocasiones brilla por su ausencia. Casi todo lo relacionado con el universo arbitral es un buen ejemplo de falta de lógica, incluyendo aquí las decisiones de los trencillas, el VAR, el reglamento y la diferente aplicación que de éste se hace por parte tanto del colegiado que está en el campo como del que se ubica en la Sala VOR.

Todos estos ingredientes mezclados forman de vez en cuando un mejunje explosivo e incendiario.

Es posible que las normas, la buena o mala vista de un colegiado o de otro y el criterio más o menos subjetivo del que está en Las Rozas delante del monitor sean armas válidas para convencerte de que el gol de Kenedy ante el Valencia no es válido por falta de Foulquier en el inicio de la jugada pero que el tanto de Messi frente al Granada sí es legal, pese a la mano de Busquet que permite el inicio de la acción ofensiva; incluso de que el agarrón de Casemiro a Yangel Herrera no es penalti pero sí es falta el contacto entre Yan Eteki y Pedri que posibilita el 0-3 culé. 

Llegado el caso de que lo aceptes, de que entiendas que es posible que sea así aunque no lo compartas, te vas a la lógica y se te cae el mundo a los pies. Comparas unas acciones con otras y te preguntas dónde queda el sentido común y la coherencia. Y concluyes que si nadie se ha equivocado, que si el reglamento y/o las decisiones arbitrales permiten que esto ocurra, estamos bien jodidos.

Lo del coronavirus

No hay que irse muy lejos para hallar falta de lógica en lo que se pita.

En La Rosaleda, estadio que visita el Granada el próximo fin de semana en la Copa del Rey, el VAR y las nuevas normas que se aplican en las acciones de mano en el área, birlaron al Málaga un penalti como una catedral en el partido ante el Oviedo, que acabó con el 1-1 que había en ese momento en el marcador.

Quien no haya visto la acción que la busque porque es alucinante que eso no fuese penalti.  Hay ocasiones, demasiadas y cada vez más, en que es más importante el criterio del árbitro que está en la Sala VOR que el del colegiado que pita en el campo, en que el marcador final depende de si el de Las Rozas avisa al del verde o no para que vaya a mirar el monitor. La ilógica llevada a su máxima expresión. Y claro, el problema encima está en que los beneficiados suelen ser casi siempre los mismos.

Qué decir, hablando de lógica, de lo que le pasó al Granada con el coronavirus tras el viaje a Chipre y el incomprensible y vergonzoso castigo posterior de LaLiga.

Ahí sólo hubo un perjudicado porque con ningún conjunto más se han tomado medidas tan drásticas y gravosas, ni a buen seguro se van a tomar en el futuro, pese a que varias escuadras han vivido desde entonces episodios, como poco, parecidos.

Las siete derrotas lógicas

Tras perder ante el Eibar y el Barcelona, le quedan al cuadro rojiblanco dos partidos para cerrar la primera vuelta, ante Osasuna en casa y en el campo del Villarreal.

Ganar uno de los dos le permitiría firmar una media campaña similar a la de la pasada temporada, con 27 puntos.

La lógica acompaña al Granada en lo que ha ocurrido hasta ahora en lo que va de curso. Sólo hay que mirar los siete rivales del campeonato doméstico ante los que ha caído: los tres grandes (Atlético, Real Madrid y Barcelona), el que le gana siempre en los últimos años (el Eibar) y los tres que le pillaron pagando el inadmisible castigo que le impuso la patronal (Real Sociedad, Valladolid y Celta).

Lo de Diego

La lógica dice que, más tarde o más temprano y por muchos y variados motivos, Diego Martínez acabará entrenando al Sevilla.

Aunque en el planeta balompédico hacer pronósticos a medio o largo plazo equivale a perder el tiempo, parece que no será pronto, puesto que Julen Lopetegui ha renovado con el club hispalense hasta el año 2024, y bien merecido que es por su sensacional trabajo allí.

Más allá del futuro del Granada en las tres competiciones en que sigue vivo, porque es bueno recordar que está en dieciseisavos de final de la Liga Europa y de la Copa del Rey y sigue séptimo en LaLiga Santander, pocos dudan de que lo más importante a nivel deportivo en los próximos meses en el Granada es que Diego pueda seguir al frente del equipo.

No es fácil saber si el movimiento en el Sevilla afectará o no a la continuidad del gallego aquí. Todo hace indicar que esa pelota está en el tejado, sobre todo, de los propietarios chinos del club. Y ahí la lógica no sabe ni qué hacer ni qué decir.

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