El Granada había cogido carrerilla cuando el coronavirus se interpuso en su camino (y en el de todos) para frenarle en seco.

La lógica decisión adoptada por la Comisión de Seguimiento, creada por la Federación Española de Fútbol (RFEF) y de la que también forman parte LaLiga y la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), de suspender la competición liguera ante el cariz que había tomado la expansión del coronavirus en España ha cortado de lleno la inercia en la que estaba instalado el equipo que dirige Diego Martínez y que apuntaba a una temporada histórica.

Tras un brillante comienzo de temporada, que convirtió al Granada en equipo revelación de la temporada, los rojiblancos empezaron 2020 avanzando en la Copa y entraron con fuerza en el mes de febrero.

Un equipo que iba a más

Desde el día 1 del segundo mes del año, el cuadro granadinista ha jugado nueve partidos –seis de Liga y tres de Copa–, en los que ha firmado seis victorias, dos empates y sólo dos derrotas. Pero, además de los resultados, el Granada destilaba buenas sensaciones, las propias de un equipo que iba a más.

El Granada eliminó al Valencia en la Copa en un buen partido

El Granada empezó febrero, el mismo día 1, con su primera remontada de la temporada frente al Espanyol (2-1). Tres días después, eliminó al Valencia en la Copa del Rey (2-1).

A continuación llegaron las dos derrotas, de forma consecutiva. Primero, los de Diego Martínez cayeron en el Wanda Metropolitano ante el Atlético (1-0) en un encuentro en el que el técnico usó a jugadores menos habituales pensando en el partido de ida de las semifinales de la Copa del Rey. A pesar de perder, el Granada dio una buena imagen y mereció al menos el empate, sobre todo por lo demostrado en el segundo tiempo, en el que fue muy superior a los colchoneros, que acabaron pidiendo la hora. El mismo resultado se produjo en Bilbao cuatro días después en un choque en el que los de Garitano fueron mejores.

Cuenta pendiente saldada

Fue en San Mamés donde el conjunto rojiblanco sufrió la que ha sido última derrota. Fue el 12 de febrero, fue el de la última derrota del conjunto rojiblanco. Tras perder dos partidos seguidos llegaron dos victorias seguidas. Primero, otra remontada en Los Cármenes, esta vez frente al Valladolid (2-1).

Foulquier marca en la victoria cosechada en el campo del Osasuna

Luego, se saldó con el claro triunfo ante el Osasuna (0-3) la cuenta pendiente de volver a puntuar como visitante, hecho que no se producía desde el 24 de septiembre del pasado año.

Cuando ya se respiraba en el ambiente el partido de vuelta de las semifinales de la Copa del Rey, el último día de febrero el Granada recibió al Celta. Con los deberes casi hechos en la Liga, la escuadra nazarí guardó efectivos y se pudo permitir el lujo de empatar un partido que bien pudo ganar (0-0).

Así se llegó al 5 de marzo, una fecha que pudo pasar a la historia de un Granada que se quedó a las puertas de meterse en la final de la Copa 61 años después. El de Diego Martínez fue mucho mejor equipo que el Athletic, que se benefició del valor doble de su gol en campo contrario cuando faltaban escasos minutos para la conclusión del partido. La victoria por 2-1 al final no sirvió para nada.

Pocos días antes de la suspensión y en plena resaca copera, el Granada puso la guinda con un meritorio empate en el campo del Levante (1-1).

Los jugadores del Granada acabaron desolados tras ser eliminados de la Copa por el Athletic

Y en éstas estaba un Granada que quería mirar hacia arriba cuando el coronavirus se instaló en la vida de todos. Y también la incertidumbre de lo que pasará en un futuro inmediato que no hace mucho pintaba muy bien para un equipo que estaba dando muchas alegrías a los suyos.