"Cuando uno no puede ganar, sumar siempre es bueno". Con esas palabras, Diego Martínez resumió el sentir de todo el granadinismo tras el empate cosechado el pasado jueves ante el PAOK de Salónica en la segunda jornada de la fase de grupos de la Europa League.

Un punto que habría tenido más valor de haber empatado el PSV Eindhoven ante el Omonia en Nicosia pero el tanto de Malen en el tiempo de descuento hace que el grupo se apriete más y sean rojiblancos y holandeses los que comanden el grupo.

Restan cuatro jornadas y muchos puntos en juego pero si los rojiblancos suman dos victorias estarán clasificados para los dieciseisavos de final, lo que supondría un hito más en la brillante trayectoria de este equipo que comienza a ser respetado en Europa como demostró el conjunto heleno formando con nueve jugadores por detrás del balón durante todo el choque.

Luis Milla, en el choque ante los griegos

Sin embargo, eso no debe confundir a los aficionados porque el papel de favorito en equipos modestos como el Granada CF suele generar más perjuicios que beneficios. El partido a partido, el pasito a pasito ha ido muy bien desde la llegada del técnico gallego al cuadro nazarí y dicha filosofía no debería cambiarse, sobre todo en todo lo que se refiere al entorno, que ya sueña con ver a su equipo pasando de rondas como si todo fuera tan fácil.

Cosa de técnicos

Los medios de comunicación pudieron acceder el pasado miércoles a la Ciudad Deportiva para presenciar los primeros quince minutos del entrenamiento previo al duelo ante los griegos. Entre los jugadores que saltaron al verde de la instalación de la carretera de Alfacar no se encontraba Maxime Gonalons, que en el parte de lesionados figuraba de baja debido al esguince en su rodilla derecha que sufrió ante el PSV y que según el club quedaba bajo tratamiento de fisioterapia y gimnasio y pendiente de evolución.

Pero para sorpresa de todos, el centrocampista galo no sólo entró en la convocatoria (al igual que Domingos Duarte que también figuró en esa lista de lesionados) sino que disputó prácticamente todo el encuentro siendo cambiado en el minuto 90. No dar pistas al rival suele ser habitual pero tampoco hay necesidad de mentir y que se recupere ‘milagrosamente’. Cosas de técnicos.

Reinventarse

La dirección deportiva era consciente con la clasificación para competiciones europeas obligaría a contar con una plantilla más amplia con respecto a la temporada pasada. A mayor carga de partidos, más problemas físicos llegarían y eso obliga a contar con más efectivos.

Sin embargo, la mala suerte se está cebando en una posición concreta. Se trata del lateral derecho, que cuenta con tres efectivos y todos están lesionados. Primero fue Quini, con un lesión fibrilar en el recto anterior derecho, posteriormente Víctor Díaz, al que se le ha realizado una artroscopia en la rodilla izquierda y por último Dimitri Foulquier con una lesión fibrilar en el isquiosural derecho.

Eso provocó que el técnico vigués buscara como solución situar a Antonio Puertas en el lateral diestro. Una posición desconocida para el almeriense y a la que les costó adaptarse pues su tendencia fue dar profundidad a su banda y no tanto defender.

Diego Martínez, serio durante el partido ante el PAOK

Afortunadamente su disciplina táctica y las ayudas de sus compañeros, sobre todo de los mediocentros que le hicieron muchas coberturas defensivas, le permitió solventar la papeleta sin demasiados problemas. Y es que la polivalencia es una de las armas de este equipo y ante el PAOK quedó demostrado una vez más.

Casi intachable

Pese a la cantidad de encuentros al que está obligado a afrontar el cuadro nazarí en este inicio liguero, el balance no puede ser más positivo. Once encuentros ha disputado el Granada CF en los que ha sumado ocho victorias entre LaLiga Santander y la Europa League, dos empates y una única derrota, eso sí, con goleada incluida.

Pero sin duda, de lo que más contento estará el cuerpo técnico es de haber dejado la portería a cero nada menos que en seis ocasiones, tres en Liga y otras tantas en la competición europea, en la que se encuentra invicto hasta el momento al igual que en el Nuevo Estadio de Los Cármenes, donde ha jugado cinco encuentros y en los que únicamente ha encajado un gol. Fue el delantero del Alavés Joselu, de falta, el que batió a Rui Silva en la segunda jornada allá por el 20 de septiembre. Desde entonces, el arquero portugués no ha tenido que sacar el balón de su portería. La capacidad defensiva de este equipo está fuera de toda duda destacando en las últimas citas la dupla de centrales formada por Jesús Vallejo y Germán, que están a un nivel excelente