No siempre lo que bien empieza bien acaba, pero tampoco hay que cogérsela con papel de fumar y pensar que, ya puestos, lo mejor es comenzar con buen pie para intentar entrar en una buena dinámica que, también empuja de lo lindo hacia adelante.

Ya lo vimos la pasada temporada: el equipo de Diego Martínez empezó la Liga como un tiro y acabó una campaña brillante entre fuegos de artificios cuya guinda fue el sorprendente y más que merecido pase a una competición continental por primera vez en la historia, lo que hizo que más de uno nos restregáramos los ojos y nos pellizcáramos para comprobar que no estábamos viviendo un sueño. Pues de momento, seguimos soñando porque el Granada continúa invitándonos a hacerlo. Queda mucho por jugar esta temporada plagada de incertidumbres extradeportivas, pero que nos quiten lo 'bailao'.

Puertas, durante el choque ante el Alavés.

Inercia

El inicio de la competición ha demostrado que los resultados de la pretemporada son anecdóticos porque lo que se busca es poner el motor a punto más que las victorias.

Ha sido comenzar a rodar el balón y hacerse evidente de que en el Granada impera el mismo espíritu competitivo con el que se cerró el pasado ejercicio... hace prácticamente dos días. Cosas del coronavirus. Apenas se han recorrido unos metros, pero los de Diego Martínez han puesto de manifiesto que quieren coger impulso para lograr cuanto antes ese objetivo que no cambia a pesar de todo lo bueno que está pasando: la permanencia.

Velocidad de crucero

El Granada no para prácticamente desde que comenzó el año 2020. Entre Liga, Copa y coronavirus, los rojiblancos afrontaron un apretado final la pasada campaña. No sólo salieron indemnes salvo alguna lesión más de la deseada, sino que, como se ha dicho, salieron por la Puerta Grande.

Esta temporada, el equipo de Diego Martínez sigue con las revoluciones altas. Esta vez, entre la Liga y la Liga Europa esto es un no parar. Apenas ha arrancado la competición y el Granada está a punto de jugar su cuarto partido.

Ocho días ocho

De momento, apenas han transcurrido algo más de una semana y el balance no puede ser más positivo: tres encuentros, tres triunfos. La Liga es el objetivo preferente y Europa, un regalo. Por esto, lo más destacable es haber doblegado al Athletic y el Alavés en las dos primeras jornadas de la competición liguera. Ambos triunfos, en Los Cármenes. Tal como ocurrió la pasada temporada, hacerse fuerte en casa en fundamental. En estos dos casos, más aún, por eso de empezar con buen pie para acabar mejor. A ello hay que añadir que el Granada gana ofreciendo la solvencia que ofrece un equipo sólido y competitivo, incluso cuando los partidos se atascan. Quien persigue lo consigue y el Granada busca y rebusca.

El Granada pasó por encima del Teuta en su histórico debut continental.

Entre medias, el Teuta en el debut europeo del Granada. Verdad es que el equipo albanés sería de cuarta categoría en España, pero el partido había que ganarlo en el campo. Los de Diego Martínez tiraron de oficio y no dejaron resquicio alguno a la sorpresa.

Entre pitos y flautas

Entre equipos vascos y otro albanés, lo tangible es que el Granada ha ofrecido una Semana Grande a sus aficionados. Como el equipo siga así nos vamos a acostumbrar a lo bueno.

Ahora ya estamos inmersos en otra semana. Este jueves toca a dar otro paso en Europa –ya es mala suerte que el debut continental en Los Cármenes sea a puerta cerrada... ¡maldito coronavirus!–, y el domingo, visita al Wanda para medirse a todo un Atlético en un partido en el que no está claro cuál es el equipo que más teme al rival. El Granada se ha ganado el respeto de todo el mundo.