No hay nada como reponer fuerzas y, sobre todo, descansar la mente. Con la victoria ante el Betis (2-0), unida a la de una semana antes cosechada en el Martínez Valero de Elche (0-1), el Granada CF ha vuelto a coger impulso en LaLiga, la competición que, ya se ha sabe, es la que en el fondo importa por muy bonito e histórico que supone la gesta de jugar (y seguir vivo) en Europa y por mucha emoción que depare una Copa en la que la pasada edición los rojiblancos fueron un equipo puntero.

La Liga es lo que ‘da de comer’ y cuando los pupilos de Diego Martínez encadenaron una mala rachilla se instaló algo de preocupación, más que por los resultados, que no eran buenos, por el hecho de ver al equipo granadinista cansado en mente y cuerpo debido al tremendo esfuerzo realizado desde que comenzó la campaña por una modesta plantilla (en lo económico) que tenía abiertos dos frentes competitivos muy exigentes. Ahora son tres, pero las primeras eliminatorias en el torneo del KO permite ciertas licencias.

Zona noble

El pleno de puntos logrados en los dos últimos duelos disputados dejan al Granada asomado en la zona septentrional de la tabla. Incluso, los rojiblancos, que están posicionados como sextos, comparten el mismo número de puntos que todo un Barcelona que no anda muy fino. Se ve bonita la tabla así.

El Granada lleva dos semanas de dulce

Pero queda mucha competición liguera por delante y de momento no hay que perder mucho el paso porque lo que se aprecia tras la disputa de catorce jornadas es que la clasificación está más comprimida que en temporadas anteriores, por lo que las posiciones pueden cambiar sustancialmente con nada que un equipo apriete o se despiste. De lo que no hay duda es que el Granada ya tiene cierto camino andado.

En este sentido se expresó el domingo el ‘bigoleador’ Roberto Soldado, que destacó el hecho de que, con 21 puntos, el equipo ya suma prácticamente la mitad de puntos necesarios para sellar la permanencia un año más en Primera División. Y para la otra mitad restan 24 jornadas. No está nada mal.

Machís se faja con un jugador bético.

Seguridad atrás

Los éxitos del Granada desde que Diego Martínez se hizo cargo del banquillo se han sustentado en la eficacia del trabajo defensivo. Sólo hay que ver los resultados en las derrotas ante el Celta (3-1) y Valladolid (1-3) y el empate en casa frente al Huesca (3-3) para percatarse que por entonces la retaguardia no andaba fina, fruto sin duda de que el que no estaba fino era todo el equipo.

La clasificación para los dieciseisavos de final de la Liga Europa y la entrada en escena de la Copa con una placentera eliminatoria permitieron al técnico afrontar dos partidos entre semana –PAOK y San Juan– con relativa calma y con la posibilidad de dar descanso a hombres importantes.

La consecuencia es que, más que el hecho de las dos victorias, que a la postre dependen de que la bola entre o no, lo realmente significativo es que Rui Silva ha vuelto a ver como su portería quedaba inmaculada después de 90 minutos. Y por partido doble. Es estos partidos, tanto ilicitanos como béticos comprobaron como una vez que el Granada se adelantó en el marcador no hubo luego forma de ‘meterle mano’.

Bernabéu a la vista

El próximo compromiso del Granada de aúpa. Este miércoles visita el Bernabéu para medirse a un Real Madrid que parece haber reaccionado después de varios vaivenes que incluso llegaron a poner en duda la continuidad de Zinedine Zidane. Ya es mala suerte.

No obstante, los de Diego Martínez ya demostraron hace un año que juegan sin complejos ante cualquier equipo por muy ‘señorito’ que sea. Y con esta actitud todo es posible, incluso que el Granada vuelva a ganar en el coso merengue casi 46 años después. Por lo tanto, ya toca.