Florentino Pérez, tan en boca de todos por diferentes aspectos en las últimas semanas, puso de moda a primeros de siglo la expresión ‘Zidanes y Pavones’ para referirse a la plantilla de su Real Madrid, gran parte de la cual estaba formada por estrellas de fama mundial como Zinedine Zidane o por jugadores que procedían de la cantera y daban el salto al primer equipo, caso de Paco Pavón.

Buscando un símil literario en el que encuentran cabida los dos primeros fichajes realizados hasta ahora por el club nazarí se puede afirmar que el Granada CF de la próxima campaña será un equipo de ‘Baccas y Monchus’.

Un vistazo a la mayoría de refuerzos realizados por la entidad en los últimos veranos, sobre todo desde el retorno del plantel a Primera División hace tres años, sirve para corroborar que la inercia en cuanto a incorporaciones se refiere sigue un patrón muy definido.

Con el colombiano Carlos Bacca busca el Granada un futbolista veterano, experimentado, conocedor del campeonato español y de la máxima categoría.

No mira el DNI, y si lo hace es para confirmar que los años no reducen su potencial anotador ni su aportación a los conjuntos en los que ha militado en los últimos años, en especial el pasado curso con el Villarreal.

Con 34 años camino de 35, el fichaje de Bacca encuentra interesantes comparaciones con el de Soldado, que es el futbolista al que va a sustituir en un Granada en el que ha rendido durante dos temporadas a un nivel excelso.

También con las llegadas el pasado verano de Jorge Molina, con el que ahora pugnará por un puesto en la punta de ataque, o hace dos de Gonalons, jugador de un bagaje internacional amplio como el del colombiano y con el que, de igual manera, compartirá equipo.

Aparte del alcoyano y del galo, en la figura de Bacca también se pueden ver representados otros jugadores veteranos de la actual plantilla que han alcanzado un destacado nivel en los cursos pasados bajo la dirección de Diego Martínez, caso de Montoro, Víctor Díaz o Germán, y que ahora intentarán repetir con Robert Moreno.

La otra cara

Monchu representa todo lo contrario. La juventud, el tener toda una carrera por delante, la inexperiencia en Primera División, la calidad aún por pulir.

Con 21 años y sin haber jugado nunca en la máxima categoría, es el otro pie de los fichajes rojiblancos.

Con la llegada de Monchu, Pep Boada y su equipo de trabajo han repetido lo que ya hicieron el pasado verano Fran Sánchez y los suyos al traer a Luis Milla, Luis Suárez y Alberto Soro, futbolistas prometedores y jóvenes, aunque en el caso del medio madrileño algo más entrado en años, pero sin conocimiento de la elite.

Eso sí, Monchu llega a coste cero para el club, mientras que hace un año sí que tuvo que rascarse el Granada el bolsillo por los tres futbolistas citados.

Antoñín, que llegó hace dos mercados invernales, también tiene cabida en el grupo de los ‘Monchus’, igual que los varios canteranos que actualmente realizan la pretemporada con el primer equipo buscando repetir lo que consiguieron meses atrás jugadores como Carlos Neva o el propio Pepe, que es encontrar hueco con los mayores.

Aún llegarán más fichajes en este mercado estival, y seguramente alguno no cumpla con los parámetros de los dos que ya se han cerrado.

El portero que tiene que venir, que estuvo cerca de ser otro veterano como Moyá, es probable que sea alguien de perfil Bacca.

Futbolistas experimentados y jóvenes promesas. Una buena mezcla. Ha funcionado bien en las últimas campañas y se mantiene como premisa ahora para reforzar la plantilla, para que funcione el nuevo Granada, un equipo de ‘Baccas’ y ‘Monchus’.