Granada - Osasuna | La crónica

Equipo con juego y gol (2 - 0)

  • Los de Diego Martínez logran su primera victoria de la temporada bajo la dirección en ataque de un brillante Vadillo y el gol de Adrián Ramos, que hizo su mejor partido como rojiblanco.

Sobre la misma línea de la pasada semana, bajo la imaginación de un ataque comandado por Vadillo, pero con mayor seguridad en la parte de atrás y sin conceder ninguna oportunidad a su rival; el Granada CF rellenó ayer por primera vez esta temporada la casilla de la victoria en la Liga 1|2|3, después de imponerse con bastante superioridad a Osasuna, otro de los afectados -como los rojiblancos- del control financiero y la falta de la ayuda del fondo por el descenso, que le ha dejado con una plantilla más limitada con respecto a la última temporada.

Los rojiblancos ya dejaron trazas frente al Lugo de intentar ser un equipo de la categoría: fuerte defensivamente y con saber qué hacer en los momentos clave de los partidos. Todo eso aderezado con bastante calidad en la línea de tres cuartos de su ataque y encontrándose con la inspiración de un delantero al que llevaban esperando más de temporada y media...y apareció. Adrián Ramos firmó su mejor partido con la camiseta rojiblanca, no solo por el gol anotado a los seis minutos de arrancar el choque, sino por las ocasiones que disfrutó, gracias a su movilidad y generosidad durante los 90 minutos que estuvo sobre el césped. Lo dejó claro cuando se le vio llegar a defender al banderín de córner del campo de su equipo a falta de pocos minutos para el final, además de tener que ser atendido por agotamiento físico y no retirarse hasta que el árbitro señaló el final en el 94'.

Pero no solo los dos fueron los destacados porque el equipo demostró ser un bloque, tanto la línea defensiva, donde Víctor Díaz se ha hecho con el puesto de central y aporta una seguridad inesperada; como el centro del campo, donde Montoro fue el eje desde el que giró la transición defensa-ataque y los repliegues cuando Osasuna pudo gozar del control del juego en determinados minutos. A todos ellos se unieron los últimos en llegar, San Emeterio y Pozo, que no desentonaron pese a tener los primeros minutos como rojiblancos, quizás también ayudados por la confianza que transmite el equipo. No hay más que ver los detalles en controles, regates o atrevimientos que los de Diego Martínez tienen sobre el césped, sabedores de que el vagón está encima de las vías y, aunque cuenta con riesgo de salirse por el nivel igualado de la categoría, el avanzar les puede llenar de confianza para recorrer los máximos kilómetros posibles.

Los fogonazos marcaron los primeros minutos rojiblancos, con una gran salida bajo la conexión del 'cuadrado' de ataque de Martínez. Cuando Vadillo, Vico, Puertas y Ramos -ayer sí, Adrián- conectaron, la grada de Los Cármenes entendió ayer que cualquier cosa, para bien, puede pasar. Y comenzó pronto, ya que a los seis minutos el ariete colombiano se vio dentro del área con un balón al espacio de Vadillo, quien se la puso casi sin mirar a la zona, engañando por completo a la zaga rojilla -ayer naranjilla-. Ramos no perdonó y cruzó el balón al palo largo para que Rubén no tuviera opción de alcanzarla.

Pero no fue la única, ya que hasta el cuarto de hora la verticalidad y la imaginación de Vadillo permitió a los rojiblanco contar con más opciones en el área. En el 10', Ramos la buscó desde la frontal con un tiro que se fue cerca del larguero de la meta de Osasuna, tras asistencia del gaditano desde la derecha; mientras que en el 12', el colombiano, de cabeza, la intentó ajustar sobre el poste de la meta navarra.

Hasta la media hora, los rojiblancos bajaron el ritmo, esperando en algunas ocasiones el dominio de su rival para intentar salir al contragolpe. Pese a ello, Vadillo tuvo una falta directa que el meta visitante tuvo que despejar hasta pegarse con el poste en la cabeza; mientras que nuevamente Ramos perdonó, en posición de nueve clásico del fútbol, una nueva asistencia desde la banda del gaditano, que jugó como un extremo de la vieja escuela, basándose en su calidad, imaginación y velocidad. Los de Arrasate asustaron con dos opciones de Juan Villar antes del descanso tras coger la espalda de los centrales, pero en una su disparo se fue alto y en otra Rui Silva ocupó el espacio y llevó al delantero onubense de Osasuna hasta quedarse sin ninguna opción de disparo.

Antes de marchar al descanso el Granada pidió un posible penalti por mano de Oier en el área. El central interceptó un disparo de Ramos tras una jugada personal, ¿de quién? sí, de Vadillo, aunque es ésta ocasión la imaginación del siete rojiblanco llegó desde la banda izquierda.

El paso por vestuarios mejoró a los visitantes, que durante el primer cuarto de hora del segundo acto se hicieron con el dominio del juego, aunque poco inquietaron la meta de Rui Silva. En el 56', Rubén García intentó poner en aprietos al meta portugués con un tiro lejano que se le envenenó a Rui por el bote previo a rozar sus guantes. Martínez no tardó en mover el banquillo, dando entrada a San Emeterio por Alberto Martín -quien tardó pocos minutos en demostrar su saber estar y acabó con el dominio de los visitantes- y Pozo por Fede Vico -acostándose en la banda que ocupó Puertas y generando mucho peligro en ataque y brega en defensa-. En una jugada de pillo, Vadillo generó el penalti en el 61', al adelantarse el balón cuando Imanol le entraba y provocando que el defensa navarro le tocara para dejarse caer. El gaditano no perdonó y redondeó un partido muy completo, en el que finalmente se jugó el virtual MVP del encuentro con Ramos.

De ahí al final, los rojiblancoscontrolaron el encuentro, rompiendo cualquier opción de llegada clara del equipo de Arrasate. La victoria deja al Granada metido en la pelea de la mayoría de equipos de la zona media alta. Sin ilusionarse por lo que pueda llegar en la tabla, los aficionados rojiblancos sí salieron del Nuevo Los Cármenes con la alegría de ver un proyecto de equipo. Un bloque que con tiempo y confianza para cohesionarse puede devolver a los seguidores a las localidades del estadio rojiblanco. A los que faltan, claro.

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