Ante la quietud, obligada en muchos aspectos, que se vive en el entorno primer equipo del Granada CF, si se mira al pasado más reciente lo que se ve es para quitarse el sombrero.
Desde el anterior parón liguero a principios del pasado mes de octubre –la semana del 5 al 11 no hubo Liga–, hasta el de esta semana, el conjunto rojiblanco ha disputado un total de siete partidos con un saldo propio de un equipo de postín: cuatro victorias, dos empates y sólo una derrota. Entre parón y parón, el Granada ha vuelto ha protagonizar otro maratón de encuentros: los siete se jugaron en 23 días.
Antes del primer parón, el Granada ocupaba la décima posición en la Liga tras la disputa de las cinco primeras jornadas, con siete puntos, a tres del líder, aunque con un partido menos. Además, pocos días antes había sellado su clasificación para la fase de grupos de la Liga Europa tras ganar en Malmoe.
Con firmeza
Desde entonces, el equipo de Diego Martínez ha mantenido su velocidad de crucero y se mantiene firme en las dos competiciones en las que está activo. En la doméstica, tras la disputa de novena jornada de Primera División, el Granada, que sigue teniendo un encuentro pendiente –frente al Osasuna, correspondiente a la cuarta jornada que se jugará a principios de enero– es quinto con 14 puntos. Por su parte, en la Liga Europa, los rojiblancos han llegado al ecuador de la fase de grupos como líder del suyo y con muchas opciones de clasificarse para los dieciseisavos de final.
Esta pequeña travesía de tres semanas comenzó con la importante victoria firmada ante el Sevilla (1-0). Luego, llegaron el trabajado triunfo en Getafe (0-1) y el empate ante el Levante (1-1) en un encuentro en el que el Granada jugó con diez hombres durante 80 minutos.
Entre medias de estos enfrentamientos había que mirar al Viejo Continente para comenzar a afrontar la fase de grupos de la Liga Europa.
El primer plato que le esperaba al Granada era el más contundente, pues hubo que visitar a un histórico como el PSV y en Eindhoven los de Diego Martínez dieron una clase de fútbol, sobre todo en la segunda mitad (1-2). En el siguiente compromiso continental, pudo el cansancio y no se pasó del empate ante el PAOK griego en Los Cármenes (0-0).
Coronavirus
Precisamente fue en la competición europea cuando comenzó a torcerse el plácido devenir de los rojiblancos. Antes del encuentro ante el Omonia chipriota, Vallejo y Diego Martínez dieron positivo en coronavirus. Y ya en medio del Mediterráneo le tocó a Antonio Puertas.
Tras firmar un importante triunfo sin técnico en el banquillo (0-2), LaLiga tomó cartas en el asunto y obligó al Granada a jugar en San Sebastián sin ninguno de los futbolistas que viajaron a Chipre, es decir, prácticamente con lo puesto y completando el equipo con jugadores del filial e, incluso, del equipo juvenil.
Fue ante la Real Sociedad, justo antes del parón liguero actual, cuando el Granada sufrió su primera derrota (2-0) de este ciclo ‘interparones’ y la segunda de la temporada que no emborrona para nada todo lo realizado por un Granada que a las primeras de cambio parece estar ya curado de espanto.
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