Granada CF | Resaca en rojiblanco

El Granada mantiene una velocidad constante, sin levantar el pie

  • El conjunto dirigido por Diego Martínez se sobrepone a todo para mantener su línea y seguir sumando

Los jugadores del Granada celebran el gol de Carlos Fernández en el Villamarín.

Los jugadores del Granada celebran el gol de Carlos Fernández en el Villamarín. / Antonio Pizarro (Sevilla)

Suma y sigue. Y ahí sigue el Granada de una temporada que ya tiene visos de ser histórica a pesar de lo rarita que está siendo. El equipo que bien dirige Diego Martínez ha vuelto del parón liguero motivado por la trágica presencia del Covid-19 dando la impresión de que la vida continúa igual. El lunes, apenas 72 horas después de remontar al Getafe, se llevó un punto de su visita al Villamarín en un encuentro que bien mereció los tres y que estuvo a punto de no lograr siquiera uno.

Fe y confianza

Lo dijo el central Jesús Vallejo poco después de que se sellara el empate a dos tantos ante un necesitado Betis. Si algo tiene su equipo, subrayó un jugador que apenas lleva unos meses ¡y qué meses! vistiendo la camiseta rojiblaca, es fe y y confianza.

El central cedido por el Real Madrid ya se ha empapado del espíritu que Diego Martínez ha logrado impregnar a su plantilla. De otra forma no se podría entender la capacidad de lucha que muestra el Granada hasta que suena el silbato. Unas veces con menos fortuna y otras, como en Sevilla, con más suerte... pero de esas suertes que se buscan y no caen del cielo así porque así.

Bajas

Y siguiendo con las declaraciones de después del partido, Diego Martínez habló de encaje de bolillos para formar su once titular. Entre las bajas por lesión y por las necesidades a las que obliga y va a obligar este atípico, intenso y exigente final de temporada –las rotaciones no es que sean recomendables, sino que son obligatorias–, la realidad es que el preparador del conjunto rojiblanco apenas le queda donde elegir y, además, tiene que ver la manera de encajar las piezas de las que dispone. He ahí su valía.

Y la de los jugadores, que responden a las indicaciones del mister. Un ejemplo, el de Víctor Díaz. El sevillano, tras ocupar no pocas posiciones en la zaga granadinista, el lunes adelantó su natural inercia para ser de utilidad en el doble pivote, desde donde ayudo a contener las embestidas de los necesitados béticos durante la última media hora del encuentro.

Lo cierto es que todos los que saltaron al terreno de juego aportaron en la medida de sus posibilidades y a pesar de las carencias de efectivos que presentó el cuadro de Diego Martínez. Es lo que tiene ser un club modesto dentro de la que no pocos aún consideran que es la liga de las estrellas: la profundidad del banquillo no permite demasiadas alegrías.

Carlos Fernández

¡Ozú como está el chaval! En la otra parte de Sevilla a la que se disputó el pasado encuentro se frotan los ojos con la perla que tienen y como la ha pulido esta temporada Diego Martínez, un entrenador que conoce a la perfección al delantero.

Carlos Fernández marca el primer gol del Granada en el campo del Betis. Carlos Fernández marca el primer gol del Granada en el campo del Betis.

Carlos Fernández marca el primer gol del Granada en el campo del Betis. / Efe (Sevilla)

Carlos Fernández ha vuelto como una moto del confinamiento y la preparación exprés. Tres de los cuatro goles que ha marcado el Granada en su rentrée a LaLiga llevan su firma. Si ante el Getafe dio muestras de oportunismo, en el firmado ante el Betis demostró su capacidad para desmarcarse tras marear a su marcador y culminar a la perfección.

Es de imaginar que en cuanto acabe el partido de la trigésimo octava jornada, en el que el Granada recibirá al Athletic, Monchi lo estará esperando en el mismo túnel de vestuarios para llevárselo a Sevilla sin perder un segundo. La verdad es que el jugador se ha ganado tener su oportunidad para triunfar como futbolista. Le espera un gran futuro porque además de mucho fútbol en sus botas tiene una cabeza muy bien amueblada.

Las matemáticas

Los famosos números. En el seno del equipo no cabe otra consigna que hasta que las matemáticas no dicten sentencia no se puede dar por cerrada la permanencia. Pero, ¿quién en su sano juicio mira hacia la parte meridional de la tabla de clasificación? Con 42 puntos en el zurrón y 27 por jugarse nadie se puede resistir a la tentación de mirar hacia arriba.

Lo de Europa es otra historia, pero es bonito ver como un Granada recién ascendido ha cambiado su objetivo y que va a afrontar el final de la competición con la ilusión de luchar por poner su nombre en posiciones de competición continental. La pena es que, ¡maldito coronavirus!, los aficionados rojiblancos no van a poder disfrutarlo in situ salvo que aparezca una nueva fase de la desescalada en la que se permita dar sentido a las gradas de Los Cármenes.

A disfrutar

En otras palabras. Gracias al trabajo realizado, todo el mundo granadinista tiene todo el derecho del mucho a disfrutar de las nueve jornadas que restan. Y también a soñar, ¿por qué no?

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