Granada CF-oviedo

La obra más completa (2-0)

  • El Granada supera al Oviedo en una primera parte oscura pero intensa y táctica, y en una segunda mitad en la que está a punto de golear

  • Montoro y Baena, brillantes

  • Debut de Chico

Dos goles al comienzo de cada periodo permitieron al Granada hacer el mejor partido en lo que va de temporada. Con más brillo que en las cuatro victorias anteriores, destacando en todas las líneas. La defensa, bien forjada con la inclusión de Chico Flores a pesar de algunas 'idas de olla' puntuales. El medio del campo estelar, con la mejor actuación hasta la fecha de Raúl Baena y Montoro. Y la punta de lanza, con Pedro notándose desde el primer minuto, Machís con la sexta marcha puesta, y Joselu como actor principal de los goles aunque en el primero tardase en reclamar los derechos de autor. Pragmático el equipo de Oltra en la primera parte y voraz y dominador, superior en el sentimiento de la general en el transcurso de la segunda. Un 2-0 frente al Oviedo que es un golpe sobre la mesa de los rojiblancos ante un rival de los llamados a estar en la pugna por el ascenso, pero que también confirma una incómoda verdad: cómo este Granada tiene dos equipos, el brillante de ayer y el desastroso del miércoles en Tarragona.

Resultó sencilla de despejar la ecuación oviedista para el Granada gracias a los goles, que llegaron en los momentos puntuales. Uno al principio de cada acto. Sólo habían transcurrido cuatro minutos cuando la inagotable pizarra del técnico valenciano dibujó una nueva diana. Esta vez no hizo falta que Pedro Sánchez, recuperado tras no ir a Tarragona por sanción, pusiera uno de sus mágicos balones. Esta vez no. Tan sólo se la puso en cortito a Álex Martínez, quien tampoco va mal de guante en su zurda, para que el sevillano pusiera el balón preciso a media altura hacia el punto de penalti, donde porfió en segunda oleada Joselu Moreno. El onubense estaba muy forzado, al igual que su marcador, Christian Fernández, quien se ocupó de cabecear hacia su propio marco. En la acción fue clave el arrastre de Raúl Baena y Saunier, que dejó el carril expedito al ex del Lugo, que al principio de la segunda sí rubricó el 2-0. En este caso fue un descolgamiento de Baena hacia aguas desconocidas. Recibió dentro del área en situación similar a la del partido ante el Nàstic, se giró y vio la llegada en carrera del onubense, que dio la tranquilidad necesaria para el baño del segundo acto.

En la acción relatada de Baena tuvo que ver mucho que el Granada se gustara en la segunda parte. El torroxeño se vio cómodo por delante de Montoro. El mundo al revés. El jugador talentoso y de construcción se quedaba en la cobertura, mientras que el malagueño se encargaba de fluir junto a Espinosa. Fue un partidazo del doble pivote rojiblanco, serio cuando el equipo no fluyó en la primera parte, y sobrado en el amago de bacanal de la segunda. El valenciano, dando hasta pases combados a banda, Baena como clave de bóveda entre el medio y el ataque. Pudo golear el Granada en la segunda entrega, con el control en el centro, la seguridad y las ayudas defensivas ante los intentos asturianos, y con Pedro, Machís y hasta Manaj participando en el juego. Anquela dejó de asomarse a la zona técnica durante mucho tiempo.

Aún así, no todo el monte fue orégano para el Granada, que no las tuvo todas consigo en una primera parte con marcador desnivelado pero de fuerzas igualadas. A Oltra no le gustó no tener el balón y padecer. El big three arriba del Oviedo es de equipo de ascenso, con Aarón Ñíguez, Saúl Berjón y Toché. El cuadro visitante buscó nivelar el electrónico, pero dejando todo a la conexión de esos tres hombres y las apariciones esporádicas de David Rocha para tratar de sacar a la defensa granadina de sus casillas. Gustó el que fue pretendido Aarón Ñíguez, al que defendieron bien Víctor Díaz y Álex Martínez cuando cambiaba de flanco.

Los de Anquela se movían en tres cuartos demasiado tiempo, lo que obligó a Baena y Montoro a cometer faltas, demasiadas, que tenían como destinatario a un peleón Toché. La i impresión era que el Oviedo podía cazar cualquiera de esas y meterlas en la jaula defendida por Javi Varas, que sin embargo, lo que es parar, tan solo lo hizo en el alargue. No tuvieron los visitantes ocasiones claras de igualar salvo en la recta final y un intento de despeje envenenado de Chico Flores hacia su propio arco. El gaditano, que debutaba, dotó de más galones a la zaga, aunque varios errores puntuales casi cuestan un susto. El peor, aún con 25 minutos por delante, que dejó a Ñíguez con el remate franco hasta que surgió imperial Baena al corte.

Obra más completa que el días anteriores de un Granada que consolida su hegemonía en casa pero que tiene que arreglar el problema de la brecha abierta entre los titulares y los hombres de segunda línea. El equipo base tiene muy buena pinta. Soria y su Numancia en puestos de honor aparecen como reto mayor.

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