Laliga 1,2,3· Numancia-granada

Pajaritos no, rapaces (1-3)

  • Un Granada desinhibido en ataque vence al Numancia en su estadio, donde hasta ahora no había dejado escapar puntos

  • Los de Oltra gozan de ocasiones para haber goleado a los sorianos

La velocidad de Darwin Machís ilustra a la perfección cómo logró sacar el Granada su segunda victoria a domicilio de la temporada. La electricidad del venezolano será recordada en Los Pajaritos, donde los gorrioncillos picoteaban incautos hasta la llegada del ave rapaz, del águila de Tucupita, que trajo por la calle de la amargura al Numancia. Su fortaleza amasada en diez jornadas se desmoronó ante un Granada vivaz, vigoroso, un tanto atolondrado por momentos, pero portentoso en el terreno rival. Debieron golear los rojiblancos para no sufrir porque ocasiones tuvieron para ello, casi todas con la intervención directa o indirecta del venezolano, cada vez más importante, más estrella y más templado para mejorar a sus compañeros. Duerme por primera vez esta temporada el Granada en zona de ascenso directo. Lo hace ganando donde nadie había sumado hasta ahora. Este resultado es el golpe encima de la mesa que esperaban el equipo, el club y los aficionados.

No fue del todo limpio este 1-3. El Granada también se vio fortalecido por varias circunstancias del juego, como marcar pronto y luego disputar medio partido con superioridad numérica. Casi un calco del partido de la semana pasada en casa frente al Oviedo: dos momentos claves y en minutos similares. Empezaron marcando rápido los de Oltra en una conexión genial de un cada vez más asentado y cómodo Ángel Montoro, con quien ya cada vez es menos sorpresa, Pedro Sánchez. El valenciano, bastante metido en campo propio, efectuó un pase en diagonal vertiginoso hacia el desmarque del alicantino, quien recibió dentro del área haciendo un control mágico que le dejó solo ante el portero y superando a su par. Luego solo tuvo que fulminar a Aitor Fernández.

Dar ese golpe de mando en apenas cinco minutos de juego dejó noqueado al Numancia, al que le costó combinar. El Granada le dio el balón animándoles a salir para descubrir sus cartas atrás. Bien situado el equipo rojiblanco, no sufrió un gran asedio numantino, pero dejó que los locales le fueran cogiendo gusto al tacto con la pelota. Sobre la media hora, los de Jagoba Arrasate empezaron a avisar con tres acciones muy claras, sobre todo la que en el 35' dejó el remate franco a Pere Milla en la frontal y que acabó saliendo desviado. En estas, Machís fabricó la jugada del segundo cuando empezaba a pasarlo mal el Granada. Recuperó, combinó, finalizó y Joselu remachó el despeje del portero.

Ya por aquel entonces Oltra había perdido a Baena en el centro del campo, muy bien suplido por Alberto Martín, que ya no solo es que salga del banquillo y cumpla, es que se ha destapado como el recambio adecuado del malagueño cuando este no pueda jugar. También se confirmó que la inclusión de Chico Flores en el once titular le ha otorgado al equipo un empaque defensivo muy importante. Se demostró durante los momentos de descontrol que hubo en la segunda parte del partido. Había una barrera que nunca pudieron superar los numantinos, atacando con uno, dos o tres jugadores. Eran los centrales, con Chico en plan jefe y Menosse secundándole como podía.

Hubo momentos de descontrol con 0-2 y con el Numancia jugando en inferioridad por la rigurosa roja a Markel fabricada por, quién si no, Darwin Machís. Si no le hubiera hecho falta se hubiera quedado solo ante Aitor. Lo tenía para cerrarlo cuando y como quisiera el Granada, pero se descontroló. A los locales les entró la prisa por intentar remontar y los de Oltra cayeron en la trampa. Un toma y daca que al cuarto de hora había generado un correcalles que no le interesaba a los visitantes y que estuvo cerca de meter en la dinámica del choque a los castellanos, sobre todo si Varas no le hubiera sacado un tiro a bocajarro a Del Moral.

Se paró el partido con una falta y eso sirvió para que cambiara la faz del duelo. En el Granada empezaron a asociarse los que deben, sobre todo un Espinosa más liberado. Aplicaron formol y paciencia, quitándole la pelota al rival para que no pudiera dañar. Machís surgió una y otra vez por su lado perdonando una y otra vez el tercero. Las hubo de todos los colores con el venezolano, Pedro Sánchez, Joselu y hasta Alberto Martín, tanto que convirtieron en internacional a Aitor Fernández. No pudo hacer nada en el remate final de Manaj, que se estrenaba como goleador. Un minuto antes fue el susto del penalti inventado. Faltó sentenciarlo antes, pero el golpe sobre la mesa ya está dado.

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