El primer partido de Liga del Granada CF fue una extensión de lo mostrado por el equipo en todos los encuentros jugados durante la pretemporada salvo el que perdió por 3-2 ante el Cartagena. El Granada inició el campeonato con un empate sin goles ante el Elche que deja un buen sabor de boca, ya que empezar sumando a domicilio tras el paso atrás en lo económico dado por un plantel con bajas y aún en construcción nunca puede ser negativo.
El cuadro dirigido por Diego Martínez mostró en el Martínez Valero las virtudes y las carencias exhibidas durante el periodo preparatorio. Fue un conjunto seguro y firme sin balón, concediendo muy pocas ocasiones al rival y poco generoso a la hora de regalar, pese a que obsequió a los locales con algún mal pase o complicación que pudo costar cara. Rui Silva resolvió bien el poco trabajo que tuvo y, en general, la respuesta defensiva fue la esperada. Otra meta a cero. La base de todo, lo que no tuvo el equipo la pasada temporada.
Con balón fue otra historia. Los automatismos ofensivos siempre son más difíciles de adquirir, y más con muchos jugadores nuevos de mitad de campo hacia arriba. Con todo, hubo más de una buena ocasión para que los tres primeros puntos del curso hubieran volado a casa. Las dos más claras fueron de Antonio Puertas, carente de puntería a la hora de la verdad.
El empate final fue justo a tenor de lo visto en noventa minutos de alternativas, sin que el Granada ni apabullara ni fuese presionado en exceso en ninguna fase del duelo. En la segunda parte estuvo algo mejor que en la primera, pese a apretar más con corazón que con juego el Elche en los últimos instantes.
Apostó Martínez por el esperado 1-4-2-3-1, con Germán acompañado por Víctor Díaz en vez de por Pablo en el centro de la zaga, lo que dio la titularidad en el lateral diestro a Quini. La valoración, a posteriori, es que el gallego acertó, ya que Víctor Díaz fue el líder de la zaga y el mejor rojiblanco sobre el campo.
Si el sevillano lució en tareas defensivas, en las atacantes el jefe de las operaciones fue Vadillo, que fue de menos a más en el choque, mostrando sobre todo en el segundo tiempo lo mucho que puede dar.
Elche y Granada firmaron una primera parte equilibrada, típica de pretemporada, con ambos preocupados de asfixiar al oponente para que no llegara con peligro, sin miedo a hacer faltas para cortar ataques, con falta de rodaje y de mecanismos, especialmente en los rojiblancos. Los de Diego Martínez apenas pasaron apuros defensivos pero en ataque se mostraron espesos. Sólo encontraron las vías de llegada al inicio a través de los laterales y con cambios de orientación, aunque pocas veces se dieron.
Dominó el Elche con relativa lucidez al inicio y al final del periodo, con los nazaríes más entonados en el tramo medio. Con todo, las dos opciones visitantes más claras llegaron en fases de control local, lo que evidencia que la velocidad y la verticalidad van a ser fundamental en el juego ofensivo del equipo este curso.
Movió rápido el balón el Granada antes del cuarto de hora hasta que Álex Martínez encontró vía libre por su banda. Su disparó, duro y centrado, fue repelido por José Juan. En el minuto 38, la mejor antes del descanso, en un remate de Antonio Puertas, que le salió fatal pese a estar en magnífica posición para hacer el 0-1, tras gran contra por le derecha y asistencia de Adrián Ramos.
Rui Silva se mostró seguro en las llegadas de los ilicitanos, que por momentos mostraron alegría y fluidez en su juego. No obstante, casi todo su bagaje se ciñó a acciones individuales de Josán o del guineano Sory Kaba, intermitentes pero que incordiaron bastante. La mejor de los locales antes en el primer tiempo fue una cabalgada de Sory Kaba, que le robó la cartera a Germán y que acabó con un disparo cruzado ante el que no falló el meta portugués.
El Granada fue más continuo tras el descanso. Tuvo más el balón y en ningún momento dio opciones a un Elche que sólo dio sensación de poder marcar en los últimos minutos.
Vadillo, que casi durante todo el choque alternó su posición con Antonio Puertas y Fede Vico, acaparó protagonismo, aunque sus compañeros no le secundaron. La única opción clara de los dos en el segundo acto partió de las botas del gaditano, pasó por Quini y por Rodri, y acabó con un chut intencionado de Puertas que llegó a tocar la madera por fuera.
Rodri, Alberto y José Antonio entraron y dieron oxígeno y fuerza al equipo, aunque no fueron decisivos, pese a que el canterano casi sorprende a José Juan a los pocos segundos de debutar.
0-0 para empezar, el resultado más repetido de la pretemporada. Si se mantiene la seguridad defensiva mostrada y se gana en mordiente y contundencia atacante, con trabajo y fichajes, este Granada puede dar bastantes alegrías esta temporada.
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