Mucho ha llovido ya desde el 9 de diciembre del pasado año. Camino va de los tres meses. Ese día el Recreativo goleó al Talavera por 4-1 y seguía instalado en la parte alta de la tabla clasificatoria del Grupo IV de Segunda División B. En la sexta plaza andaban instalados los de Pedro Morilla, que ese día seguro que no se imaginaban que lo que tenían por delante era un páramo de resultados.

Desde el puente de la Constitución y la Purísima el filial rojiblanco no sabe lo que es ganar. Diez han sido los partidos que ha disputado y el balance no puede ser más desolador: siete derrotas –seis fueron consecutivas tras el ya lejano triunfo frente al conjunto toledano– y sólo tres empates.

Números paupérrimos

En otras palabras, sólo tres puntos de 30 posibles. Y sólo tres goles por trece recibidos en este intervalo de la competición.

Además de estar inmerso en una crisis de juego y resultados, Pedro Morilla y los suyos han dado oxígeno a rivales que hace tres meses no se tenían en cuenta y que tras este tiempo se han convertido en rivales directos.

Así, se ha perdido en casa ante un Don Benito (0-1) que el día del choque era penúltimo en la tabla y que ahora es decimoquinto y, el pasado domingo, frente a un Sevilla Atlético (1-2) que estaba por detrás en la clasificación y al que no se pudo doblegar a pesar de terminar con ocho jugadores en el campo.

Además, no se ha pasado del empate, también en casa, ante los filiales del Málaga y el Almería, último y penúltimo, respectivamente.

Objetivo, eludir el descenso

A falta de doce jornadas para la conclusión de la liga, el Recreativo juega con fuego. En estos casi tres meses ha pasado de estar sexto con ocho puntos de ventaja sobre la promoción del descenso a ser decimocuarto, con un colchón de sólo un punto tanto sobre la promoción como del descenso directo.

Y la racha de partidos sin ganar sigue abierta.