Aunque muchos le puedan atacar por su falta de gol, en su segunda temporada como rojiblanco el equipo le está acompañando desde la segunda línea. Adrián Ramos se volvió a fajar ayer con la defensa rival, ofreció desahogo y abrió el camino para que los Vadillo, Vico y Puertas encontraran mayores espacios hacia la meta de Carlos Abad. Además, protagonizó una gran jugada individual en el segundo tanto rojiblanco, después de marcharse de dos rivales por la banda diestra del ataque, alcanzar la línea de fondo, entrar en el área y ponerla atrás para que Vadillo hiciera su gol -aunque también contara la falta de dureza con la que Touré y Quezada se emplearon-.

Entre sus números destacan el que no tiró ni una vez entre los tres palos, aunque sí hacia la portería cordobesista. La primera en los primeros veinte minutos, con un lanzamiento duro con su pierna derecha que se marchó alto, mientras que al borde del descanso remató de cabeza una falta, botada con precisión por Montoro, cerca del larguero ayer azulón. En la segunda mitad, en una jugada típica del colombiano dentro del área rival, donde siempre busca la combinación antes que el disparo, con la ayuda de un rechace asistió para que la pelota le llegara a Montoro, quien hizo el tercer tanto.

Ramos muestra ser otro jugador distinto al errático visto la pasada temporada en la misma categoría. Se ofrece, genera y le sale. En el 36', cuando el equipo perdió varias opciones claras para haber desnivelado definitivamente el encuentro, él tuvo un mano a mano con el meta rival, en el que se gustó tanto que se quedó sin campo. Antes que lanzar a puerta prefirió intentar engañar a Abad con una pisada de balón que levantó al estadio, pero la línea de fondo se lo comió.

Bien es cierto que ayer el rival no le puso demasiado nivel al partido, pero el colombiano no dejó de mostrarse, ofrecerse y gestionar fútbol desde una posición en la que la mayoría de los aficionados piden gol. Los '9' están para eso, pero Ramos es un delantero distinto, quizás con poco olfato, pero generoso en el trabajo por y para el equipo. Diego Martínez le recompensó con descanso cuando aún restaban diez minutos para el final. Antes, sus diez pases acertados y sobre todo sus cuatro recuperaciones le dejan unos números muy distintos a los recordados la pasada temporada.

En el banquillo espera con mucha ansia por tener minutos un Rodri que ayer se estrenó como goleador. En la nueva temporada nadie ve competencia sino oportunidades y reemplazos. Serán los resultados, pero ahora el colombiano, pese a su falta de gol, parece tener un sitio asegurado en el once titular cada domingo.