Granada cf-Cádiz · la crónica

Y mira que lo sabían (1-0)

  • El Granada cae en la trampa de un Cádiz al que le basta con muy poco para amansar a los de Oltra, que sin embargo, tienen ocasiones de empatar y convierten en héroe al meta local.

Disputa de un balón aéreo.

Disputa de un balón aéreo. / Kiki

Se tenían bien empollada la teoría, no la práctica. El Granada acudió al Carranza para sacar un diez y empezar el año diciendo que fuera de casa no son tan malos como dice su racha. Pero una cosa es decir que te sabes el examen y otra cosa es que te pillen pese a haber estudiado. Los rojiblancos pelearon para sacar su mejor nota pero el Cádiz es como ese alumno al que le basta con estudiar en la tarde anterior para sacar mejor nota que tú. Imagino a Cervera levantándose y entregando su control con suficiencia y a Oltra mirando al techo y apurando el tiempo de la prueba, y luego a ambos viendo el tablón de notas, en este caso la clasificación. La que dice que los cadistas van segundos y el Granada puede caerse del play off justo cuando se pasa el Rubicón de la temporada.

Lo que sucedió este sábado en el Carranza fue lo que todos y cada uno de los equipos de Segunda División saben. Pero da igual, siempre caen en la red. Dominio del balón, generación de oportunidades, pero siempre gana el Cádiz, como la Alemania que siempre frustraba a los ingleses en los ochenta. Los amarillos se caracterizan por desnaturalizar a sus contrincantes, lo cual deriva en unas actuaciones nada brillantes, oscuras, pero muy efectivas, tanto que aunque lleven diez jornadas sin perder, el componente 'flor' está muy presente. Algún día se les acabará, pero de aquí que se marchite se puede ganar un ascenso. El Cádiz tiene un fútbol pestoso, con un atractivo dudoso para lo que se supone que es el fútbol, un espectáculo. A este equipo no le importa el cómo, si no lo que llega con el pitido final, los tres puntos. Lo que suceda entre medias es un trámite que pasar. Y oigan, su afición, encantada de ganar y más a un equipo al que durante un tiempo pensaron que era el tapón a sus aspiraciones.

El Granada pasó por el Carranza con personalidad, pero muchísima menos que la de su rival. Al Cádiz le costó poco desmontar a un equipo al que Oltra no le ha dado carta de identidad lejos de su feudo. Expuso las mismas armas y herramientas que en Los Cármenes, pero sin el plus que se reclama como visitante, y también hay que recordarlo sin Machís, que en bastantes acciones se echó en falta para asustar algo más a los amarillos.

El balón fue rojiblanco, las ocasiones también. Realmente el Cádiz solo tuvo dos acciones de verdadero peligro en todo el partido y convirtió una. El Granada, bastantes más, pero la efectividad está muy reñida con su cortina ofensiva. Solo hubo una fase de relativa igualdad en los noventa minutos. Fue el tiempo que pasó entre el minuto 10 y el gol de Kecojevic. El lustroso arranque de los de Oltra se quedó en pirotecnia y los locales nivelaron gracias a su presión. Esta incomodó en demasía a los de Oltra, que abusaron del balón largo, de terciopelo cuando llegaba a la zaga cadista. Algunos fallos de Chico Flores soliviantaron a la parroquia local cuando le caían a Álvaro García. Andaba el partido con somníferos por el cuerpo a cuerpo que llegó el tanto local en un accidente, o más bien error garrafal de Chico al caer en una falta con su rival de espaldas. Salvi la colgó y el central rojiblanco cayó para dejar expedito el remate del montenegrino a la red. Sabían que podían marcar a balón parado y toma.

Tras esto, un remate de Dani Romera a las manos de Javi Varas y se acabó el Cádiz en ataque para los restos del partido. Aunque vivieron hasta el descanso en cancha rojiblanca, si hubo quien pudo marcar fue el Granada. Joselu se quedó solo ante Cifuentes, que invitó al onubense a picársela y este se tragó la triquiñuela de quien, al final, quedó como el héroe del partido. Antes de toda esta movida, Sergio Peña tiró una contra inconclusa.

Vuelta a Cifuentes, que al final tuvo mucho más que ver que el partido acabara 1-0 que casi el resto de sus compañeros. Porque a la que le sacó a Joselu antes del descanso hay que sumarles dos ocasiones más, una en el 70' y otra en el descuento, ambas desbaratadas a Rey Manaj. Le salvó su portero y la puntería que Oltra no terminó de dejar que ajustara Sergio Peña. En la primera mitad probó un tiro muy desviado, al empezar la segunda lanzó cerca del larguero y en su tercer intento de marcar mandó la pelota a la madera. Pero el valenciano decidió que los últimos diez minutos había que ir como los toreros, a puerta grande o enfermería, y con sus tres puntas en liza sacrificó al peruano, el único con flow y el mejor del partido junto a Manaj. Con todo su arsenal, el Granada tan solo generó una ocasión clara y fue a la desesperada. De nuevo, la lectura del partido del entrenador genera dudas.

A los puntos, el Granada mereció rascar, al menos, un punto en el Carranza. Pero el Cádiz sacó a relucir su estadística de 12 goles encajados en 21 partidos. Del ataque se olvidaron mientras no le cayera un balón a Álvaro o Salvi. Pero les vale y les sobra ahora mismo para contemplar más al ascenso directo que a la permanencia. Y al Granada, por encima del hombro. Repito: lo que puede ser esa jornada 42...

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