Cádiz-Granada | Crónica

El valioso punto de la resaca (1-1)

  • El Granada marca primero y roza la victoria en el Carranza ante un Cádiz que reacciona tras el descanso y que también pudo ganar 

Foulquier pugna por el balón con un jugador del Cádiz

Foulquier pugna por el balón con un jugador del Cádiz / Efe (Cádiz)

El Granada CF empató en el Carranza (1-1) ante el Cádiz en un partido que pudo ganar, y que en muchos momentos del duelo mereció hacerlo, pero que también pudo perder. Así de simple, así de real.

Se adelantó en el marcador con un gol de Germán en una primera mitad muy buena, en la que tuvo opciones prácticamente de matar el choque. No lo hizo y ya se sabe lo que pasa en el mundo del fútbol con el que perdona, más aún si es en Primera División.

La segunda mitad fue diferente porque el Cádiz mejoró y los de Diego Martínez, además de no estar tan finos, notaron el cansancio acumulado en su estresante semana europea.

Con todo, Ledesma salvó a los suyos en un par de clarísimas ocasiones ante Machís, aunque los locales también dispusieron de opciones, no tan claras, para haber ganado.

Sigue sin remontarle nadie al Granada de Diego, que hizo debutar en el tiempo añadido a Luis Suárez, actuando como extremo, y que tuvo un buen aliado en Alberola Rojas, que no vio penalti en una acción de Foulquier sobre Perea en el minuto 85 que lo pareció.

El VAR no entró, como tampoco lo hizo para anular el gol de Iván Alejo, precedido de una posible falta de Choco Lozano sobre Germán, que al inicio del segundo tiempo empataba el que de cabeza había marcado el propio Germán cerca de la media hora de juego.

Partido más que aceptable del Granada, punto a la buchaca que lleva a sumar siete en cuatro encuentros de Liga. En definitiva, un destacado balance, que pudo ser mejor pero también peor, con una buena resaca tras lo de Suecia.

Seguro que firmamos todos ganar los jueves y empatar los domingos, aunque quede regusto amargo tras la primera mitad de que las tres unidades no se vengan a Granada.

Gran primera parte

Como se esperaba, cambió Diego a medio equipo respecto al duro partido de Malmoe. No se notó en absoluto. El Cádiz salió al partido con el impulso que te da jugar en casa y venir de ganar en San Mamés, algo que sospechaba un Granada que aguantó bien las acometidas, sin ocasiones, de los amarillos en los primeros instantes para ir creciendo en el duelo con el paso de los minutos.

Las largas posesiones visitantes, con Gonalons ordenando muy bien el juego y marcando el ritmo del choque en la medular, apagaron la fogosidad local. La movilidad de los jugadores rojiblancos, con los laterales profundos y los extremos y los interiores combinando bien en tres cuartas partes del campo, permitieron que, además, empezaran a caer las ocasiones de gol.

Tanto Luis Milla como Carlos Neva lo intentaron sin puntería desde lejos, el segundo después de un jugadón de un Foulquier muy mejorado respecto al del Wanda.

El gol llegó, otra vez, a balón parado. Monopolizaba el Granada la posesión del balón mas el 0-1 se produjo en un saque de esquina, una acción que nada tiene que ver con tener más o menos la pelota, en el minuto 27.

Germán celebra el 0-1 Germán celebra el 0-1

Germán celebra el 0-1 / Efe (Cádiz)

La pizarra de Diego Martínez funcionó tan bien que pareció un ejercicio de esos que ensayas en los entrenamientos sin rivales. Luis Milla puso la bola en juego en corto para Jorge Molina, que se la devolvió para que el madrileño se la diera atrás a Kenedy. Esta sucesión sirvió para despistar a la zaga local, que avanzó unos metros pero perdiendo marcas. El brasileño la puso al corazón del área y Germán, que había dejado atrás a Cala, cabeceó libre de marca al fondo de la red. Mejor, imposible.

La acción clave de los dos palos

Los siguentes minutos fueron tan buenos, el Granada mandó y dominó tanto en el encuentro, con una madurez y una jerarquía admirables, que debió sentenciarlo ante un Cádiz que no veía el balón.

Antonio Puertas y Kenedy rozaron el 0-2 en dos disparos lejanos casi consecutivos que repelió la madera con violencia, con Ledesma superado en ambos.

Entonces apareció esa delgada línea que en el fútbol separa lo que puede ser de lo que realmente es. Choco Lozano, que firmó un espléndido partido, disparó desde lejos y casi sorprende a un atento Rui, que poco después estaba casi vencido ante un Pombo que mandó el balón fuera tras otra acción del hondureño.

A Álvaro Cervera no le gustaba lo que estaba viendo e hizo en el descanso cambio de jugadores y de dibujo.

El Cádiz se mostró más agresivo en la presión sin balón, impidiendo al Granada volver a jugar con tanta fluidez, y más incisivo y con más jugadores arriba en ataque.

Las tuvo Machís

En la primera llegada tras el descanso llegó el empate. Lozano pudo hacer falta a Germán tras ganar el duelo ante Vallejo, Álvaro falló la chileno pero el balón quedó a Iván Alejo, que la mandó lejos de Rui Silva con Carlos Neva y Gonalons algo contemplativos.

El resto de la segunda parte fue igualada, sin ningún equipo controlando del todo el choque, con la sensación de que ambos querían ganar pero partiendo de que el empate era bueno.

Diego envidó con Machís y Soldado y casi le sale bien porque el venezolano tuvo dos ocasiones claras en las que Ledesma se ganó de sobra el sueldo.

El Cádiz lo tuvo en las botas de Lozano, ante el que reaccionó bien Rui Silva, y en la cabeza de Mauro, que no se creyó estar en tan franca posición y la mandó por arriba.

Foulquier se jugó el penalti ante Perea, Luis Suárez debutó y poco pasó en los ocho minutos de añadido por la lesión de Salvi tras ser arrollado por Ledesma.

Los dos contendientes, sin decirlo, coincidieron al final en lo mismo: cuando no se puede ganar, lo merezcas más o menos, valioso es el empate, sobre todo si andas de resaca como en el caso del Granada.  

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