GRANADA CF

La deriva de Tony Adams

  • Los ceses de Piru y Alcaraz coinciden con el inicio del esperpéntico final de temporada del equipo.

  • La semana pasada se reunió con Javier Jiménez junto al vicepresidente Wang.

Desde que el árbitro pitó el final del partido entre Granada y Real Madrid, con la derrota rojiblanca por 0-4 y el consiguiente ridículo, la primera plantilla del equipo ha gozado de dos días de descanso. Hoy será cuando los rojiblancos se pondrán manos a la obra para acudir a El Sadar, medirse a Osasuna, e intentar conseguir el último objetivo de la temporada: evitar el último puesto. Y no es moco de pavo. La diferencia entre acabar colista o penúltimo es de unos 300.000 euros en concepto de reparto televisivo. Y ese dinero supone un fichaje más en Segunda el año que viene. El equipo sólo realizará tres sesiones para preparar un partido que puede suponer un pico importante para las arcas del club. Parece poco serio para lo que hay en juego. Esta es una muestra más del estado de improvisación del Granada Club de Fútbol que ahora mismo gobierna Tony Adams.

Existe preocupación por las sensación de deriva que hay desde que Tony Adams empezó a tomar decisiones. Se cuestiona todo el trabajo realizado en los meses anteriores a la llegada del inglés a Granada, en la que la gestión corrió de parte de las personas designadas por Pere Guardiola, que intermedió y asesoró en el proceso de venta del club a Jiang Lizhang. Una percepción reforzada por los dardos lanzados por el propio Adams en las últimas ruedas de prensa, aludiendo directamente a trabajadores ya despedidos del club como responsables del fracaso deportivo.

El cónclave con Jiménez se produjo fuera de la Ciudad Deportiva

Nadie se siente, ya no seguro en su puesto, si no que no saben hacia dónde camina el club. Y la mayoría fija un punto de partida: el cese del anterior director deportivo, Javier Torralbo 'Piru'. Desde aquel momento, en el que el equipo estaba a dos puntos de la permanencia e institucionalmente se había alcanzado un buen ritmo de trabajo, el club y el equipo se vinieron abajo.

Se acusa a Tony Adams se haber roto la entente y la sintonía creada entre Piru, Lucas Alcaraz y Sergi Vieta, y la tranquilidad que daba tener renovado al técnico para la siguiente temporada. Al inglés no le gustaban los métodos del entrenador granadino, y tampoco comulgaba con el trabajo de Piru (hombre de Guardiola), en cuya destitución Adams fue decisivo para convencer al presidente Jiang. Los tiempos en los que se produjo, cuando el equipo atravesaba el mejor momento de la temporada tras ganar 4-1 al Betis, también hicieron daño internamente. Tampoco se entiende la contratación de John Metgod como segundo entrenador, un gasto innecesario con el equipo a punto de descender, se cuestionan desde dentro.

Otro pensamiento generalizado que se respira en el entorno de la entidad es que a Adams no le gustó que Jiang confiara tanto en Guardiola y su gente para la configuración deportiva e interna del club, y que por eso ahora el inglés cuestiona hasta la continuidad del vicepresidente de relaciones institucionales, Ignacio Cuerva. La última muestra de esta desconfianza fue una reunión mantenida la semana pasada en las inmediaciones de la Ciudad Deportiva entre Kangning Wang y el propio Tony Adams con el que fuera vicepresidente del club en la anterior etapa de Quique Pina, Javier Jiménez. Al contenido y sobre lo que se habló en el cónclave, que como detalle no tuvo lugar dentro de las instalaciones del club, no pudo tener acceso este periódico.Jiménez, cuyo hijo es ayudante y traductor de Tony Adams en los entrenamientos, podría entrar en el club nuevamente aunque no se sabe en calidad de qué. Lo que sí se sabe que no estuvo sobre la mesa fue una posible vuelta de Pina al Granada.

El problema se acrecienta cuando en el club no saben si el propio Jiang Lizhang es consciente del trabajo de 'autodestrucción' que está realizando Tony Adams. Hay quienes cree que sí, otros que no, y otros que no lo saben. Lo que sí parece ganar es una corriente de que el inglés está actuando de motu proprio más que siguiendo las instrucciones del dueño del club. Hay quienes incluso dudan de que Adams, cuando dé el paso atrás previsto para ceder la dirección deportiva a Manolo Salvador, le otorgue auténtica libertad al valenciano para hacer y deshacer en la plantilla de Segunda División.

Lo cierto es que cunde el pesimismo, y que Adams ha dinamitado lo que estaba empezando a funcionar. Los meses que vienen serán más complicados aún que la temporada.

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