GRANADA CF

Un día en el 'cole' de los futbolistas

  • Unas 500 personas disfrutan de un entrenamiento especial para los niños

  • Los jugadores regalaron balones, firmaron autógrafos y se hicieron 'selfies'

Para algunos niños, los Reyes de adelantaron unos cuántos días. Vestían con ropa de entrenamiento y petos de color azul y rosado. Tampoco tenían barbas tupidas y en vez de orondos barrigones lucían tipito de deportista profesional. Los jugadores del Granada Club de Fútbol regalaron a sus aficionados más pequeños una tarde con ellos que no van a olvidar en mucho tiempo. El club mima a su escuela, también la de la grada, inculcando los colores rojiblancos desde casi la cuna, aunque cuidado, que ahora dicen que eso es adoctrinar...

El ambiente fue festivo. Cerca de quinientas personas, algo menos de la mitad niños, disfrutaron de un entrenamiento que prácticamente llenó la grada que el club colocó en el campo principal de la Ciudad Deportiva, donde desde hace pocas semanas juega sus partidos el equipo filial. Unas gradas que, por cierto, son fantásticas para los 'peques', pero que para un mayor recuerda al asiento de cualquier aerolínea de bajo coste.

La tarde acompañó y los chavales contemplaron con admiración el trabajo de sus ídolos, aunque al principio, los padres y madres que llevaron a sus retoños a estar cerca de sus admirados contemplaron con incredulidad cómo José Luis Oltra comenzaba la sesión en el campo 3, lejos de las miradas de los chavales. Esa primera parte de la sesión práctica de ayer fue de un aspecto más físico, nada llamativo, aunque algunos expresaron cierta queja. Nada que no estuviera previsto, ya que la parte más divertida la hicieron en el campo principal. Un partidillo a campo reducido con especial énfasis del entrenador en el control de los pases y la búsqueda de apoyos para salir con la pelota jugada.

Se cantaron incluso algunos goles, como el espectacular pelotazo a la escuadra que marcó Pierre Kunde o el despiste de Varas al dejar salir una pelota que acabó dentro de la red. Miembros de algunas peñas hacían sus cánticos habituales en el campo y hasta dedicaron el famoso villancico de Canal Sur para que el camarógrafo girara su objetivo y así salir en el informativo nocturno.

Por cierto, nadie se acordó que no estaba Adrián Ramos en el entrenamiento, aún pendiente de regresar de unas vacaciones que se han extendido dos días más de lo estipulado por el club y que le conllevarán una multa. Solo algún debate poco o nada enconado entre dos padres que lacónicamente se cerró al llegar a la conclusión de que "todos los futbolistas son iguales". La afición tiene claro quiénes son sus ídolos y así lo demostraron cuando Oltra dio los tres pitidos con los que daba por finalizada la sesión. Machís, Joselu, Javi Varas, Kunde y Chico Flores fueron de los más aclamados, sobre todo el venezolano, al que cada vez se ve en mejor forma y que ha acortado de forma importante su proceso de recuperación.

La plantilla se acercó a la grada, en concreto a una zona donde el club fue juntando a los niños, y allí los jugadores lanzaron minibalones rojiblancos y se mezclaron para firmar autógrafos, hacerse fotos y compartir una pequeña conversación con los progenitores. Todo transcurrió de forma organizada y cívica durante cerca de veinte minutos. Fue un baño de multitudes y un regalo para los chavales, por cuyas caras un autógrafo de incluso Charlie Dean parecía el del mismísimo Rey Gaspar. Si no todos los jugadores y Oltra firmaron a todos los chavales, poco faltó. Hasta dejó su rúbrica en alguna camiseta y balón el mismísimo Manolo Lucena, ahora ayudante del entrenador. Las leyendas lo son para todas las generaciones, aunque el bueno de Manolo, con su humildad característica, esté muy lejos de endiosarse.

La tarde del granadinismo más ilusionado acabó con un aplauso mientras los asistentes al entrenamiento abandonaban la Ciudad Deportiva, no sin antes pedirle un selfie a Javi Espinosa, que se encontraba en el parking de la instalación y al que le pilló la estampida desprevenido. Otros dos aficionados, ya con cierta edad, se saltaron el cordón de seguridad para hacerse una foto en el rojísimo y rampante Ferrari de Chico Flores. Cada cual tiene sus referentes. Una buena dosis de alegría y optimismo para empezar el año ¿del ascenso?

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