Si en la pasada jornada el Granada CF rompió su negativa racha de resultados en Liga ante el Valencia que databa de más de 44 años, aún quedan campos que se les dan mal a los nazaríes. Uno de ellos es Ipurua, sede del Eibar, donde sumar siempre es complicado para cualquier equipo y más para los rojiblancos, que siguen sin vencer a un equipo rocoso que mostró la versión más habitual de su estilo de juego.

En un duelo duro y luchado, un joven desgarbado pero con mucha calidad como Bryan Gil marcó la diferencia en la primera cita del año (2-0). Dos tantos del extremo cedido por el Sevilla FC dejó los tres puntos en tierras vascas, pese a que los de Diego Martínez gozaron de opciones para haber empatado, en especial Luis Suárez, pero se encontró con Dmitrovic que fue el sostén del cuadro de Mendilibar una vez más.

Campo pesado

El choque estuvo condicionado por el estado del terreno de juego. Ipurua amaneció el sábado nevado pero este domingo fue la lluvia la protagonista durante todo el día en la localidad vasca que dejó el césped embarrado. Y fue a peor conforme fue corriendo el cronómetro, lo que hizo que fuera el fútbol directo la principal arma de ambos conjuntos para mover el cuero y buscar el área contraria.

El duelo estuvo marcado por el terreno de juego, cada vez más pesado, y que provocó que el fútbol fuera muy directo

Si ya jugar ante el Eibar es complicado por su intensidad, hacerlo con un campo pesado exigía que la concentración fuera aún mayor. Cualquier error a nivel defensivo podía ser definitivo. Sin embargo, la zaga rojiblanca estuvo casi siempre a buen nivel, sin complicarse atrás y buscando a los puntas para jugar a partir de ahí. En la guerra sin cuartel en el que se convirtió el encuentro, había jugadores nacidos para competir. En el Granada CF hay unos cuantos que no le pierden la cara a los partidos pase lo que pase. Los Germán, Quini, Gonalons, Yangel Herrera o Soldado mostraron sentirse cómodos. Otros, como Puertas, apenas participaron.

Los duelos individuales iban a ser decisivos y hubo unos cuantos más que interesantes. En especial los que libraron Germán con Kike García, Luis Suárez con Oliveira, Soldado con Bigas o Quini con Bryan Gil. Precisamente el extremo del cuadro azulgrana fue el que llevó el peso en ataque de su equipo con sus constantes internadas por banda izquierda, que dieron mucho trabajo al lateral rojiblanco, que volvió a ser titular en Liga tras casi trece meses.

Soro trata de controlar el esférico ante Edu Expósito.

Pese a que la primera ocasión del choque la tuvo en sus botas Luis Suárez en minuto dos a centro de Soldado, fue Gil el que dio más de un quebradero de cabeza con sus medidos centros. Primero lo hizo a Inui, que remató a las manos de Rui Silva (9’), y a la media hora de partido a Kike García. El gaditano puso el cuero en el primer palo para que tanque eibarrés se adelantara a Vallejo y remata desde el suelo pero se encontró con una mano salvadora del portero rojiblanco, que envió el esférico al palo derecho. Fue la ocasión más clara de una primera mitad en la que Diego Martínez le pidió a sus jugadores cabeza porque no se podía rasear el cuero y tocarlo para tener continuidad en la medular.

Noble

Por eso, y con el terreno de juego cada vez más levantado, los pelotazos por ambos bandos fue la tónica. Cada vez más trabado, en el último cuarto de hora del primer acto apenas se vieron ocasiones de gol y sí muchos choques, faltas y entradas nobles que Mateu Lahoz supo controlar.

Rui Silva detuvo un penalti a Edu Expósito pero en el rechace Bryan Gil adelantó a los azulgrana

Le costó a los vestidos de verde y amarillo entrar en el partido tras el paso por vestuarios. El Eibar salió a morder desde el primer minuto y superar la primera línea de presión era muy complicado. El campo fue a peor y en esa adaptación los locales están más que preparados. Y llegó la acción que cambió el choque. Yangel Herrera trató de despejar un centro desde la derecha hacia Sergi Enrich pero el ariete eibarrés se adelantó y el centrocampista venezolano, en vez de tocar el balón, golpeó la pierna del delantero del cuadro vasco que cayó derribado. Edu Expósito ejecutó la pena máxima pero Rui Silva adivinó su disparo. Sin embargo, en el rechace, Bryan Gil fue el más rápido y se adelantó a Germán para poner por delante al Eibar.

Triple cambio

Reaccionar en Ipurua cuando los de Mendilibar se ponen por delante no es tarea fácil pero gracias a un triple cambio con Jorge Molina entre ellos, el Granada CF tuvo sus opciones de empatar. En ambas ocasiones los protagonistas fueron los mismos y las acciones similares: Dmitrovic y Luis Suárez. En el 70’, el guardameta serbio salvó un mano ante el cafetero, que tampoco supo definir cuatro minutos más tarde tras una prolongación de Yangel Herrera. No se aprovecharon y la respuesta vasca fue contundente.

La sentencia

En una acción en la que el cuero le llegó a Gil en la frontal, el de Barbate se sacó un disparo raso con su pierna diestra, la menos hábil, ante la escasa presión de Víctor Díaz que volvió a los terrenos de juego para dejar sentenciada la contienda. Y pudo ser peor pues en el 81’, Rui Silva evitó el tercero de los azulgrana tras rechazar un disparo de Kike García, que cuajó otro gran encuentro, a pase de Muto. Habría sido demasiado castigo para un equipo que compitió pero que no le bastó para traerse al menos un punto. Toca cambiar el chip en modo Copa pero las dos próximas citas ligueras será en casa, una de ellas ante el Barcelona, y sacarlas adelante darían mucha tranquilidad de cara a la segunda vuelta.