Valladolid-Granada CF/La Pizarra

Un encuentro sin dueño

  • Rojiblancos y pucelanos se alternan el dominio del choque y firman el empate final

Montoro volvió a jugar un encuentro muy completo

Montoro volvió a jugar un encuentro muy completo / Agencia Lof

Salió el Granada CF al césped del José Zorrilla con un once con nombres distintos a los habituales, pero las señas de identidad del equipo de Diego Martínez son innegociables. El conjunto rojiblanco se repuso de un primer cuarto de hora inicial para olvidar gracias al esfuerzo colectivo y a la actuación de Montoro y Carlos Fernández, que se multiplicaron para combatir a los mediocampistas locales. El partido planteó alternativas, pero ningún equipo logró imponer su dominio para buscar el 1-2 con certeza. El resultado de empate hizo justicia a lo visto.

Mal inicio

Los jugadores de Diego Martínez tuvieron un inicio de encuentro desacertado. Los granadinistas no se encontraban cómodos sobre el terreno de juego y el propio verde no ayudaba a ello, pues el estado del césped propició numerosos resbalones, de los cuales alguno podría haber costado un serio disgusto para los visitantes.La banda izquierda blanquivioleta fue la protagonista del arranque del choque. Toni Villa fue un incordio para Víctor Díaz, que entre los deslizamientos y su par las pasó canutas. El murciano asistió a Óscar Plano para abrir la lata. El plan del Valladolid estaba más que claro con jugadores como Sandro, que retó en velocidad muchas veces a los defensores de la meta de Rui Silva.

Reacción rojiblanca

El gol del Pucela despertó al Granada, que comenzó a defender su banda derecha con solvencia. Carlos Fernández y Montoro fueron los líderes de la rebeldía rojiblanca.

El valenciano volvió a multiplicarse en defensa y bajó las pulsaciones del partido. Una vez detenida la tromba local fue Carlos Fernández quien aceleró las cosas para el Granada. El andaluz se movió por todo el frente de ataque e incluso bajo a recibir balones. Su premio fue anotar el gol del empate antes del descanso para reforzar la moral de todo el bloque tras el esfuerzo realizado.

La Pizarra del Valladolid-Granada La Pizarra del Valladolid-Granada

La Pizarra del Valladolid-Granada / Departamento de infografía

Intensidad tras el descanso

El Granada salió del vestuario con las ideas más claras que su rival. El equipo rojiblanco adelantó líneas y presionó a un Valladolid que se vio más asfixiado para jugar el balón. Diego introdujo a Machís y Yangel Herrera para refrescar el equipo, pero el choque entró en un punto en el que daba la sensación de que sólo una acción aislada podía decantar la balanza a un lado.

Sin contragolpes

Con Machís fresco y el Valladolid más necesitado de buscar la victoria era de esperar que apareciesen los espacios, pero no fue así. El Valladolid no dio la impresión de querer de verdad los tres puntos, ni en su actitud ni en sus sustituciones. El Granada no se sintió incomodado y ni mucho menos estaba obligado a volverse loco en busca del 1-2, aunque Zorrilla contuvo la respiración con el tanto anulado a Yangel Herrera.

Sin cambios ofensivos

Los revulsivos introducidos por los entrenadores mandaron el mensaje de que el punto era bueno para ambos. Todas las modificaciones fueron hombre por hombre, sin cambiar los esquemas. El técnico del Valladolid, Sergio González, no llegó ni a agotar sus sustituciones, pues sólo realizó dos. Diego Martínez tenía la bala de Soldado e incluso de Ramón Azeez, que hubiera dado trabajo para la medular y llegada al área de Masip. Finalmente la lesión de José Antonio Martínez dio entrada a Germán.

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