Granada CF

Fabri González: “Granada no me debe nada, me pagó con mucho cariño”

  • El técnico gallego tiene claro que gracias al ascenso a Primera División el Granada CF es ahora lo que es "porque antes de ello no tenía nada”

Fabri en su primer partido como técnico del Granada CF ante el Betis B en Los Cármenes en la campaña 2009-2010.

Fabri en su primer partido como técnico del Granada CF ante el Betis B en Los Cármenes en la campaña 2009-2010. / Granada Hoy archivo

A día de hoy, si hay un técnico que está en el corazón de los seguidores del Granada CF ese es Fabriciano González Penelas ‘Fabri’. El artífice de los dos ascensos consecutivos que cambiaron la historia del cuadro rojiblanco reconoce que nadie en Granada está en deuda con él porque “me dieron y me dan todo su cariño y eso no hay dinero que lo pague”.

En declaraciones a los medios del club, el gallego destaca la “grandísima campaña”, que está haciendo el cuadro de Diego Martínez pese a que “se le escapó el pase a la final de la Copa del Rey pero es un equipo que compite muy bien y eso es trabajo del entrenador y la plantilla”. Por todo ello, no duda en “felicitarlos”, sobre todo porque “ahora ves al Granada CF y lo comparas con el que yo tuve, pues cuenta con instalaciones impresionantes y no tiene nada que ver”. De hecho, recordó que “nosotros entrenábamos en los campos de Antonio Sánchez y dando saltos de mata por Armilla, Maracena, el Núñez Blanca o Los Cármenes”.

La base de todo

De ahí que resalte que “a partir del ascenso a Primera se construyó todo lo que el Granada CF tiene ahora. Hace muy poco tiempo estaba en Tercera y Segunda B, jugando en campos poco acordes y yo se lo decía a los jugadores que no podíamos dejar pasar esa oportunidad. Se puso una base y ahora es una entidad impresionante, pero antes de eso no tenía nada”.

“Deseo el día de mañana morir entrenando en un banquillo dirigiendo a un equipo”

Un cambio de dinámica que llegó gracias a los dos ascensos logrados de manera seguida. Del primero, del que este sábado se cumplen diez años, recuerda que “cuando llegué, el equipo estaba entre los cuatro primeros pero Quique Pina y Juan Carlos Cordero, que siempre han sido personas inteligentes futbolísticamente hablando, veían que le faltaban cosas. Fuera de casa no competía bien pese a que había un gran plantel, pero con vistas a un play off el equipo, decían, que no tenía la personalidad que debería tener para competir. Al final la decisión les salió bien”.

Fabri vivió el choque del ascenso en Alcorcón en la grada al estar sancionado. Fabri vivió el choque del ascenso en Alcorcón en la grada al estar sancionado.

Fabri vivió el choque del ascenso en Alcorcón en la grada al estar sancionado. / Granada Hoy

Con su llegada varió todo: “Yo le di la personalidad que le faltaba para ser un bloque compacto al que casi era imposible vencer”, relata. Y todo gracias a “un grupo extraordinario en el que todos remaron en la misma dirección con el objetivo del ascenso y eso hizo que todo fuera más sencillo”. En concreto, se acuerda de “Ighalo, Tariq, Mainz, o Dani Benítez y Collantes que eran dos balas en las bandas”, pero le faltaba “capacidad competitiva, tener personalidad y dejar la puerta a cero para intentar quedar campeones y buscar el ascenso en el play off como así fue”. Porque por su experiencia, declara que “tener un vestuario bueno es clave. Existía una relación cercana y familiar pero de mucha exigencia en cuanto al trabajo táctico, físico y siempre con orden y disciplina, y así es como se construyen los equipos ganadores”.

Segundo ascenso

El segundo ascenso, el del regreso a Primera, fue menos esperado. “Nadie contaba con él y la gente al inicio de la temporada ni lo soñaba”. Sin embargo, desveló que “cuando ibas por la calle y la gente te paraba sí existía cierta responsabilidad por no fallarle a los aficionados pero en el vestuario, de puertas para dentro, éramos en verdadero demonio porque íbamos a por todas pero calladamente. Por el contrario, de puertas para fuera éramos humildes y no le metíamos presión al equipo a nivel público”.

“Desde que salí del Granada CF reconozco que los pasos que he dado no han sido los más correctos”

Tras no ocultar que “sin el fútbol no puedo vivir” porque “es mi vida”, desea “el día de mañana morir entrenando en un banquillo dirigiendo a un equipo. Es una ilusión que sigo teniendo y ojalá llegue esa oportunidad”. Por último, afirmó “no haber tenido mucha suerte desde que se marchó del Granada CF”. Y lo argumentó al apuntar que “los pasos que he dado no han sido los más correctos y muchas veces la ilusión te puede, pero en algunos casos es mejor estarse quieto”. En concreto, manifestó que “he ido a sitios que no eran los correctos ni a nivel deportivo, mi económico ni social”. No obstante, se mostró sincero al señalar que “creo que soy un técnico preparado para entrenar porque lo llevo en la sangre”.

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