Su estreno como titular fue de lo poco destacable en la primera mitad del encuentro. Domingos Quina partió de inicio con el Granada CF en una alineación plagada de jugadores no habituales que fue incapaz de puntuar en El Alcoraz.

El mediocentro portugués acompañó a Yan Eteki en el doble pivote, siendo el camerunés el encargado de las labores defensivas del equipo y el flamante recién fichaje del Granada el que se ocupó de un ir y venir constante entre los dos campos.

No se habían cumplido ni cinco minutos desde el inicio del partido y el futbolista luso ya había dejado varias acciones para un vídeo de highlights. Dejó muestras de su talento mediante buenas conducciones de balón y un amplio recetario de amagos que quebró a más de un jugador del Huesca.

Debut goleador

Su cadena de detalles estaba por completarse con la joya de la corona. Corría el minuto ocho cuando Soro, tras un caracoleo pegado a banda, cedió el esférico a Domingos Quina y este, tras regatear a un rival en el área, conectó un fortísimo disparo seco a la escuadra de Álvaro Fernández.

La mala noticia para el mediocentro es que su gol fue lo único positivo en toda la primera parte. La luz que aportó fue insuficiente para paliar tantísimas sombras de su equipo.

Otro rol

Los rojiblancos experimentaron una leve mejoría tras el carrusel de cambios de la segunda mitad a la vez que Quina varió su cometido. La ofensiva nazarí lo relegó a una posición más fija sobre el césped y a posesiones de uno o dos toques que hicieron menos habituales sus conducciones para superar líneas de presión.

Acusó su esfuerzo a falta de diez minutos para el final. Tuvo que ser sustituido por Domingos Duarte tras un sacrificio defensivo para recuperar la pelota dentro del área defendida por su compatriota Rui Silva.