Granada CF | Resaca

Los árboles no deben impedir ver el bosque del juego del Granada CF de Robert Moreno

  • Los rojiblancos suman un triunfo en diez partidos y la afición sigue sin conectar con el técnico

Antonio Puertas trata de superar a dos jugadores del Getafe.

Antonio Puertas trata de superar a dos jugadores del Getafe. / Antonio L. Juárez / PHOTOGRAPHERSSPORTS (Granada)

Las dos jornadas que sumaba el Granada CF sin perder era un aliciente para la afición rojiblanca en el duelo ante el Getafe. La mejoría ante el Sevilla FC era la esperanza que tenían muchos seguidores cuando acudieron a Los Cármenes el pasado jueves ante los de Quique Sánchez Flores. Se pudo perder, también ganar de haber tenido una pizca más de suerte con el remate de cabeza de Antonio Puertas que se estrelló en el palo y, posteriormente, en el larguero o si Luis Suárez hubiera anotado el penalti. Pero se terminó empatando in extremis, con pitos al técnico, y se sigue fuera del descenso aunque sólo sea por diferencia de goles con el Cádiz. El que no se consuela es porque no quiere pero hay que ir un poco más allá. Que los árboles no impidan ver el bosque.

Por las razones que sean, Robert Moreno no ha caído bien en la afición rojiblanca desde un primer momento. Quizá porque aún recuerdan a Diego Martínez y todo se compara con lo que hizo el técnico vigués durante tres temporadas. O por su discurso, en especial tras el duelo ante la Real Sociedad. O, simplemente, por el juego y los resultados. Lo cierto es que no existe conexión y eso salta a la vista. Muchos son los que critican a la afición por pedir la marcha del técnico en el minuto 93 sin haber acabado el encuentro. No estaría de más tener claro que la gente puede hacer lo que quiera...pitar, aplaudir o callar. Cada uno es libre y sólo faltaría a estas alturas que se trate de coartar la opinión del aficionado. Que seguramente no suponga una ayuda al Granada CF, es probable. Pero tampoco el cuadro nazarí le está dando razones para no pedir la cabeza del entrenador desde principio de temporada.

Derecho a pitar

El pensamiento único es de épocas pasadas y los que se dedican al mundo del fútbol saben que todo hay que relativizarlo. Porque en el balompié se cambia de opinión en función del resultado de un día para otro. Es triste pero es así. Se tiene poco criterio y coherencia. Porque si Montoro, Puertas o Suárez hubieran estado más acertados, el debate no existiría. Por tanto, hay que ser respetuoso con lo que el aficionado, que paga su entrada o abono, decide hacer siempre que sea con educación. Los números están ahí y cada uno está en su derecho de pedir la dimisión o quedarse en silencio en su asiento. La temporada es una carrera de fondo y los balances hay que hacerlos en mayo, no en octubre.

Mala costumbre

Pese a que la afición no lo vivió in situ, gran parte de ‘culpa’ de la exigencia de este año lo tenga la gran temporada que realizó el Granada CF la campaña anterior. Vivir comparándose con el pasado es un grave error. Y más si los resultados no tienen nada que ver con esta. Con diez encuentros disputados, los rojiblancos suman ocho puntos. El curso pasado eran sextos con 17. Diego Martínez insistía habitualmente que lo que hicieron sus jugadores hace un año era algo extraordinario y habrá que darle la razón. Sólo con el paso del tiempo se podrá valorar en su justa medida lo logrado porque quizá la realidad esta campaña es otra. Y a día de hoy, la clasificación es clara.

La afición rojiblanca sigue sin conectar con el técnico del Granada CF. La afición rojiblanca sigue sin conectar con el técnico del Granada CF.

La afición rojiblanca sigue sin conectar con el técnico del Granada CF. / Antonio L. Juárez / PHOTOGRAPHERSSPORTS (Granada)

No hay más que ver los números para percatarse que este año, salvo giro inesperado, tocará sufrir como ha ocurrido en prácticamente todas las temporadas de la primera etapa tras el regreso a la máxima categoría del fútbol español. Con los guarismos que está teniendo este año el Granada CF y en una proyección a 38 jornadas, se sumarían poco más de 30 puntos. Una cifra que no daría la permanencia salvo milagro. Pero eso es una mera hipótesis. La realidad, y quizá lo más grave, es que no se sabe a qué juega el conjunto de Robert Moreno. Se quiso empezar siendo dominador, jugando desde atrás pero en la primera jornada y con tanta pérdida de balón en la salida, se optó por hacer un fútbol más directo. El objetivo casi siempre es correr, pero con Rochina y Montoro en línea de tres cuartos no es precisamente el mejor plan. ‘Peloteros’ en la medular hay, pero falta mucha llegada al área. De ahí que una de las principales armas estén siendo los disparos desde lejos. Ante el Getafe se intentaron en numerosas ocasiones. Se terminó con 18 disparos pero sólo tres fueron entre los tres palos. A la afición le cuesta identificarse con el juego de su equipo y eso se palpa en el estadio.

Balón parado

Entre los muchos aspectos a mejorar en estas primeras jornadas, estaba la concentración en los minutos finales. En las dos últimas citas parece que se ha corregido y no sólo no se ha encajado gol sino que se ha marcado por medio de Montoro y Jorge Molina. Pero hay otros aspectos por pulir, como por ejemplo el balón parado. Dani Guindos, el técnico ‘especialista’ en la estrategia, tiene mucho que trabajar aún a nivel defensivo a tenor de lo visto ante los getafenses, que remataron casi todo. Sin Germán y Domingos Duarte, además de Gonalons, no será fácil pero no queda otra que pulir una parcela que a nivel ofensivo permitió sumar un punto.

El penalti

Pero, sin duda, el duelo ante los madrileños pasará a la historia del granadinismo por la pena máxima que ejecutó Luis Suárez. Lanzar el balón a la última fila del nivel medio tiene mérito. Tras el golpeo, el colombiano señaló el punto de penalti, que se levantó. Pero queda la duda de si estaba irregular porque los jugadores rivales lo levantaron a propósito, fue el propio Suárez el que lo levantó con su golpeo o ya estaba así. Sea como fuere, de ello deberá aprender el impetuoso delantero rojiblanco y cuando ponga el cuero otra vez, si es que vuelve a tener la oportunidad de lanzar otro penalti, mire antes el estado del punto donde lo ubique. Y eso que en el terreno de juego había jugadores como Milla, Rochina, Jorge Molina o Machís, que ya han demostrado su capacidad para lanzar penas máximas. Pero ese es otro debate.

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