No son pocas las veces que Diego Martínez, en sus comparecencias ante los medios de comunicación, señala que para ganar un partido en LaLiga Santander hay que exprimirse al máximo, darlo todo y rendir al 100%. En una plantilla como la del Granada CF, en la que para muchos es su primera experiencia en Primera División, esta campaña puede suponer un escaparate. Pero esto, en ocasiones, tiene una contraprestación que no es otra que las lesiones.

Todos los jugadores alaban el buen trabajo de prevención que realiza tanto el cuerpo técnico como el médico, y ya no sólo durante la fase de preparación, propicia a generar problemas físicos tras incorporarse de las vacaciones, sino también en el día a día durante la temporada. Una planificación que no ha variado en exceso en relación al curso 2018-2019, pero que viendo el número de lesionados sólo tiene una explicación: la mala suerte y la exigencia de la competición.

Prevenir riesgos

Víctor Lafuente, preparador físico del conjunto rojiblanco, destacó el pasado mes de marzo en una entrevista a Granada Hoy que para prevenir riesgos se ajustan las cargas a los jugadores para evitar así lesiones, sobre todo musculares. De hecho, si se echa un vistazo el número de problemas físicos que sufrieron los jugadores del Granada CF en Segunda División, las lesiones musculares no fueron excesivas.

Yangel Herrera se lesionó en Copa del Rey y aún sigue de baja.

Exceptuando la rotura parcial del tendón de Aquiles derecho de Álex Martínez que sufría dolores en dicha zona mucho antes; una microrrotura en el sóleo izquierdo de Aarón que se la hizo en pretemporada; problemas en el aductor derecho de Adri Castellano; la rotura fibrilar en uno de sus sóleos que sufrieron José Antonio y Nico Aguirre; las molestias por un golpe en un entreno en el isquiosural izquierdo de Alejandro Pozo o la lesión muscular de grado II de José Antonio Martínez en la recta final que le hizo perderse el choque del ascenso en Mallorca, el resto fueron contusiones o problemas en articulaciones. Como por ejemplo el hombro de Montoro, los esguinces de Quini y Rodri, la tendinopatía de Alberto Martín o la extraña lesión que sufrió Adrián Ramos en el abdomen.

Los servicios médicos de la entidad están teniendo trabajo extra en la presente campaña

Siempre se dan a lo largo de un año sobrecargas, contracturas o esguinces de tobillo y rodilla que lo más que implican es perderse un partido o dos como mucho. Pero este año, en tan sólo diecinueve partidos más el de Copa que son los que se llevan disputados, los responsables de la enfermería rojiblanca no dan abasto. Dionisio González, el coordinador de los servicios médicos de la entidad, y todo su equipo de fisioterapeutas y recuperadores están teniendo trabajo extra.

Refuerzos

Es evidente que se necesita reforzar la plantilla sobre todo por una cuestión numérica. Si la situación deportiva no fuera la que es, a buen seguro que los responsables de la entidad y la afición granadina estarían preocupados. Pero afortunadamente la permanencia está cada vez más cerca y con el parón de la Liga, que no de la competición pues este fin de semana hay Copa del Rey, Diego Martínez y los suyos buscarán asumir los mínimos riesgos posibles. Aunque descanso podrán dar poco.

La Copa

A diferencia de lo que ocurrió en el duelo ante el Hospitalet, esta ronda se disputa en fin de semana y el Recreativo Granada, que no está precisamente bien en la tabla clasificatoria, recibe en Los Cármenes al Córdoba. Seguramente el míster se lleve a tierras canarias a algún que otro jugador del filial pero será complicado que sean siete como hizo en tierras catalanas, más que nada porque dejaría en cuadro al filial aunque se vuelva el domingo y les dé tiempo a llegar a la cita en Los Cármenes ante los cordobeses. Un decisión que marcará la eliminatoria ante el Tamaraceite, cuyo terreno de juego comienza a ser temido y de donde se espera volver sin ningún lesionado más. La experiencia esta campaña no invita al optimismo.