Granada CF

Un mercado para perfilar detalles

  • Una buena planificación en verano permite al Granada CF acudir desahogado al mercado de invierno

  • Con todo esto, aún existen varias tareas pendientes en cuanto a incorporaciones

Adrián Marín fue el último de los fichajes en el mercado de enero.

Adrián Marín fue el último de los fichajes en el mercado de enero. / Granada Hoy (Barcelona)

Existe una creencia popular que relaciona el acudir al mercado de fichajes en fechas navideñas con una mala confección de la plantilla en verano. Algo así como ‘ir a septiembre’ cuando no habías estudiado lo suficiente durante el curso escolar. Como casi cualquier afirmación dentro del mundo del fútbol, esta también está marcada por los matices y las circunstancias. No deja de ser cierto que cuanto mejores y más trabajadas hayan sido las labores de la dirección deportiva en el periodo estival menos alteraciones admite la plantilla en invierno. Pero también se deben tener en cuenta la multitud de factores que entran en juego en una materia tan inexacta como el balompié, como un rendimiento por debajo del esperado por parte de algún futbolista o las tan desgraciadas como poco planificables lesiones.

Precedentes

La trayectoria del Granada CF desde su histórico regreso a Primera División (2011-2012) hasta el día de hoy, no obstante, ha demostrado que siempre que el conjunto nazarí ha acudido ‘en masa’ a esta ventana de transferencias ha derivado en malas temporadas y, cuando sólo ha perfilado lo existente, ha obtenido mejores resultados. Todo está en la planificación durante la pretemporada en la mayoría de casos.

Algo que caracterizó al conjunto rojiblanco en los primeros años tras el retorno a la máxima categoría del fútbol español fue el gran número de incorporaciones que nunca llegaron a vestirse con la elástica horizontal. El club, dirigido por la familia Pozzo, hizo de puente para una innumerable cantidad de futbolistas que acabaron cedidos en el Watford, como es el caso del lateral checo Pudil o Layún, o el propio Udinese, equipo ‘nodriza’ del grupo italiano.

Aciertos y errores

Ya en la 2011-2012, el Granada CF incorporó al dos de ellos: el mencionado Pudil y el chileno Campos Toro. Sí participaron, en mayor o menor medida, el resto de fichajes. Gabriel Silva y Borja Gómez rozaron la veintena de participaciones y el prometedor Henrique apenas completó seis.

En las dos siguientes campañas se consiguió sacar un rédito considerable de las llegadas invernales. Ilori formó una pareja memorable en el eje con Murillo gracias a su llegada en la 2013-2014 y Recio, Buonanotte y Nolito consiguieron minutos de calidad. En la otra cara de la moneda estuvieron Aranda y Ortuño, que nunca cumplieron con las expectativas.

El bienio posterior, con más del doble de nombres, siguió una tónica similar. Rubén Pérez, Rober Ibáñez y Lass consiguieron sumar en la 2014-2015 mientras que Insúa, Candeias y Colunga fueron una decepción considerable. En la 2015-2016 destacaron Ricardo Costa, Doucouré, Cuenca y Peñaranda, todos titulares a final del curso.

La campaña siguiente sería de infausto recuerdo para todo aficionado granadinista. Un verano catastrófico con ‘Piru’ y Pere Guardiola a los mandos necesitó de una severa reforma en enero, mas sólo dos jugadores prosperaron: Adrián Ramos y Rui Silva. El resto (Hongla, Ingasson, Kone, Héctor Hernández o Wakaso) sólo fueron parte de un despropósito difícil de olvidar.

Vallejo fue otro de los aciertos invernales. Vallejo fue otro de los aciertos invernales.

Vallejo fue otro de los aciertos invernales. / Antonio L. Juárez / PHOTOGRAPHERSSPORTS (Granada)

Cambio de política

A partir de aquí, el rumbo de la dirección deportiva dio un ‘volantazo’ hacia una política de fichajes menos agresiva y un núcleo al que sólo añadir componentes que hagan carburar una máquina engrasada. En la 2017-2018, la del regreso a Segunda, aterrizaron en Los Cármenes Hjuslsager, Carcela-González y Agra mientras que en la siguiente, la del ascenso con Diego Martínez a los mandos, fueron Bernardo, Azeez y Ojeda.

Se siguió la misma política al volver a Primera. En la 2018-2019 sólo se incorporaron al grupo cuatro futbolistas. Dos de ellos fueron de vital importancia en una año histórico –Vallejo y Foulquier– y los restantes, Gil Dias y Antoñín, contribuyeron pese a no asentarse nunca en el once inicial. En la pasada temporada se completaron únicamente un par de llegadas. Domingos Quina consiguió anotar dos goles en LaLiga y acumuló un total de 342 minutos. Adrián Marín nunca llegó a cumplir como sustituto de Carlos Neva pero siempre será recordado por la asistencia a Jorge Molina en la victoria nazarí en el Camp Nou.

La presente temporada

Con todos estos antecedentes, y con una dirección clara y asentada en el tiempo después de años de bandazos, el equipo ahora entrenado por Robert Moreno encara el final del 2021 con cierto desahogo pero con varias tareas aún pendientes.

A priori, sólo hay tres posiciones que están cubiertas con garantías por lo visto en el primer tramo de la temporada. La primera es la portería, donde ha destacado Maximiano y cumplido Aarón ; también hay consenso en los laterales, donde Quini y Neva siguen siendo indiscutibles pero por fin han encontrado competencia gracias a Arias y Escudero; finalmente, la medular está salvaguardada al menos en número, contando a Gonalons, Milla, Monchu, Montoro, Eteki e Isma Ruiz como aspirantes a titulares.

Aunque iba a ser uno de los puestos a reforzar, la irrupción de Torrente ha mermado la necesidad en la zaga, por lo que las ‘urgencias’ pasarían a ser un extremo y un delantero. Parece cuestión de horas que Álex Collado se oficialice como nuevo jugador rojiblanco, por lo que el ariete pasaría a ser la única necesidad real del equipo. Las flojas actuaciones de Bacca han dejado desamparados a Molina y Suárez, faltos de un sostén ofensivo en la ya habitual 4-4-2. Enero decidirá quién, en caso afirmativo, ocupará esta plaza.

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