Cuando se produce un descenso no es fruto del último partido como le ocurrió al Granada CF el pasado domingo. Todo lo contrario. Son muchas las circunstancias que concurren para que un equipo baje de categoría. La gestión deportiva y los movimientos de fichajes son claves tanto en el mercado veraniego como en el invernal y, como ha quedado comprobado, no ha sido buena. Los propios responsables del club lo han reconocido destituyendo a los encargados de la parcela deportiva con Pep Boada y David Comamala entre ellos.

Pero más allá de eso, los números que ha ofrecido el cuadro rojiblanco, sobre todo en la segunda vuelta, dejan a las claras que los éxitos o los fracasos se consiguen en el verde. Y ahí, el Granada CF ha fallado para tristeza de sus aficionados. Cuando allá por el 22 de diciembre se venció al Atlético de Madrid en Los Cármenes, fueron muchos los que veían muy cerca la permanencia. Sin duda, el último mes del pasado año fue el mejor, al menos en cuanto a resultados, del cuadro hasta ese momento entrenado por Robert Moreno. Se alcanzaron los 22 puntos que con el sumado con el de Elche en el primer duelo de 2022, permitió terminar la primera vuelta con 23 cifras y un colchón de siete sobre el descenso.

Debacle

Pero desde entonces, se cayó en picado y los guarismos así lo reflejan. En la segunda ronda del campeonato se logró únicamente tres victorias en 19 partidos. Tan sólo uno como local, donde se supone que un equipo que pelea por no descender se tiene que hacer fuerte. Se sumaron seis puntos más como consecuencia de otros tantos empates. En total, quince puntos, los mismos que el Alavés que le acompañará la próxima campaña en LaLiga SmartBank y tres más que el Rayo Vallecano, que se ha salvado gracias a vivir de las rentas de la primera vuelta. Por ejemplo, cuatro menos que el Mallorca y nada menos que diez con respecto al Cádiz o doce del Levante.

En esta segunda parte de la temporada ha sido el equipo que más tantos ha encajado, 35, empatado con Alavés, Levante (otro descendido) y Mallorca. Además, se ha convertido en el segundo peor conjunto de la categoría como local, con ocho puntos en diez citas y tan sólo siete goles a favor en la instalación del Zaidín en diez encuentros. Ha tenido una media de 1,84 goles encajados por encuentro, lo que obligaba a tener que marcar dos goles para ganar un partido.

El choque ante el Rayo Vallecano de principios de temporada dejó entrever los problemas defensivos que ha acusado el Granada CF durante todo el curso.

Y es que los problemas defensivos han sido la tónica durante todo el curso. Únicamente la llegada de Aitor Karanka mejoró esos registros...pero aterrizó tarde en Granada. En los seis encuentros que ha dirigido, su equipo ha dejado la puerta a cero en la mitad de las ocasiones. Todo un logro si se tiene en cuenta que hasta entonces, Luís Maximiano, en cuatro veces, y Aarón en el primer partido de liga, evitaron ver batido su arco.

Maximiano ha terminado como el portero con más paradas de LaLiga, al igual que Ocho en la campaña 2016-2017

Capítulo aparte merece el arquero luso. ‘Maxi’ ha sido el portero que más paradas ha realizado de todos los de LaLiga Santander, con un total de 127. Cuando eso pasa, no es buena señal. El ejemplo más claro fue el ‘Memo’ Ochoa, el portero mexicano que defendió la portería granadina en la campaña 2016-2017, la primera en el que la propiedad era china, que terminó también con el descenso a Segunda División.

La solidez, clave

Las estadísticas muchas veces reflejan la realidad de lo sucedido y en el caso del Granada CF de la campaña que acaba de concluir dicen mucho. Formar un equipo sólido es clave en cualquier categoría y en Segunda División mucho más. Ese debe ser el principal objetivo de la nueva dirección deportiva que se haga cargo de las riendas de una entidad con muchas dudas a día de hoy.