Muchos son los aficionados granadinos que cada vez que miran la clasificación de LaLiga Santander se frotan los ojos, y hasta el alcalde Luis Salvador. Pero sí, el Granada CF cerró la séptima jornada de competición en puestos de Champions League. Es habitual que en los inicios de las temporadas las sorpresas estén a la orden del día, pero tras la disputa de 21 puntos, estar con los grandes del fútbol español tiene mucho mérito. Pero lejos de ello, lo realmente importante es que el objetivo no debe distraer a un grupo de jugadores que, al igual que los seguidores, están viviendo un sueño. El camino, que tan famoso hizo Diego Martínez, es la permanencia. De ahí que el triunfo ante el Leganés cobre especial importancia por tener los puestos de descenso nada menos que a nueve puntos, o lo que es lo mismo, tres partidos.

Ilusión

La ilusión con la que acuden los aficionados rojiblancos esta temporada al Nuevo Estadio de Los Cármenes recuerda a la de la primera campaña del regreso a la máxima categoría. Pero hay cosas que no cambian en esta ciudad. Ante el conjunto pepinero se estrenó el sistema que permitirá a los abonados acceder a la instalación del Zaidín de manera cómoda mediante su teléfono móvil si así lo desean. El club siempre recomienda llegar al estadio con tiempo, pero aún así, las colas en la puerta cuatro del campo fueron notables cuando ya se escuchaba el himno del 80 aniversario por la megafonía. Si llega a ser la cita siete días antes, se habrían perdido el gol de Azeez al Barcelona. Pero en Granada hay que dejar todo para el final y llegar con poco tiempo a las citas.

Los aficionados rojiblancos se agolparon en las puertas de entrada de Los Cármenes mientras el himno ya sonaba.

Intachable

La dinámica en la que se encuentra el cuadro nazarí hay que aprovecharla. Es tal la confianza que tiene el equipo, que no parece que se haya producido un cambio de categoría. Sobre todo porque los números son muy similares a los del curso anterior. En los últimos seis encuentros, únicamente ha encajado dos goles, dejando Rui Silva su portería a cero ya en cuatro ocasiones, una más que en Segunda a esta altura de temporada. El enorme momento de forma en el que se encuentra el portugués no es más que el reflejo del gran trabajo defensivo del equipo que, entre quien entre, funciona como un reloj.

Un sueño

La última 'adquisición' en sumarse al bloque y rendir como si llevara seis años en la máxima categoría del fútbol nacional ha sido Carlos Neva, que reconoce estar viviendo un sueño. Al igual que los seguidores y gente del entorno, a los que a veces se les olvida que cuando el Granada CF vivía hace 14 años por una de sus etapas más complicadas con el 'nacimiento' de otro club en la capital, y no era el '74', el olor del dinero hizo que muchos quisieran olvidarse y ningunear al histórico a todos los niveles. Y ahora poco menos son los que más quieren y disfrutan con los triunfos rojiblancos.

La afición rojiblanca está disfrutando este inicio de temporada.

De ahí que Diego Martínez recordara en la rueda de prensa posterior al choque ante el 'Lega' que había que mirar de reojo los malos momentos de la entidad de esa época y saborear lo conseguido. A buen seguro que los fieles que nunca se cambiaron de bando, son los más felices estos días. El sueño continuará este próximo sábado con la visita al Estadio Santiago Bernabéu, donde se espera un desembarco de rojiblancos. Pase lo que pase en Chamartín, contar con 14 puntos, como mínimo, tras jugar con Barcelona y Real Madrid no puede ser más que considerado como un éxito.

Coreado

Seguramente, cuando Diego Martínez fue coreado por todo el estadio en la recta final de duelo ante los pepineros, se le pasarían muchas cosas por la cabeza aunque el gallego es consciente que en el mundo del fútbol, una mala racha transforma los cánticos en pitidos. El técnico, evidentemente, los agradece pero pese a ser el técnico más joven de la categoría, tiene mucha experiencia y siempre se muestra cauto. El más claro ejemplo fue la pregunta que un periodista osó hacer al vigués sobre si el objetivo del club presidido por Jiang Lizhang había cambiado viendo los buenos resultados cosechados. La reacción del míster fue de sorpresa mayúscula, como podía ser de otro modo. Se estaba saliendo del camino. Y eso no gusta.