Granada CF

Historia de un desolador naufragio

  • La debacle sufrida en Copa del Rey frente a un rival de cuarta división, el Atlético Mancha Real, deja señalados que tardarán en volver a ganarse el beneplácito de la parroquia nazarí

  • Sólo una buena racha de resultados puede hacer olvidar un fracaso tan estrepitoso

Yan Eteki fue uno de los señalados.

Yan Eteki fue uno de los señalados. / Antonio L. Juárez / PHOTOGRAPHERSSPORTS (Mancha Real)

Cualquier explicación parece insuficiente cuando se trata de buscar la causa a una debacle tan monumental e injustificable como la protagonizada por el Granada CF en el campo de césped artificial del Atlético Mancha Real, equipo de Segunda RFEF o, lo que es lo mismo, la cuarta categoría del fútbol nacional.

La eliminación, lejos de las condescendientes declaraciones de Robert Moreno en la rueda de prensa posterior al choque, es un fracaso inexcusable, una mancha inaceptable en la historia rojiblanca y el resultado de un partido paupérrimo plagado de desaciertos y jugadores señalados.

Defensa de cinco

El primero de los múltiples errores que los granadinos cometieron en la desgraciada noche del jueves se dio antes de que el colegiado pitara el comienzo del encuentro. El entrenador de L’Hospitalet decidió plantar una defensa de cinco futbolistas con tres centrales (Germán, Torrente y Abram) y dos laterales largos (Arias y Escudero). El planteamiento, quizá demasiado conservador frente a un rival tres categorías por debajo, pareció funcionar al arranque con varias aproximaciones del carrilero colombiano, mas no tardó en desbaratarse y convertirse en un anárquico desorden del que el Atlético Mancha Real sacó rédito.

A pesar de que el dibujo puede llegar a entenderse por las dimensiones del verde –más estrecho que los campos de Primera División– y la macicez del rival, es la calidad de un equipo de la máxima categoría la que debe alterar la propuesta contraria y nunca a revés.

La medular

Entre los diversos señalados por el paupérrimo partido nazarí, que no son pocos, destacan los nombres de los futbolistas que ocuparon el centro del campo titular. Isma Ruiz regresó de la lesión que lo alejó del césped a lo largo de cuatro partidos y completó una primera parte para olvidar. Anduvo desorientado, alejado del balón y tibio en los choques. Su actuación, excusada en la falta de ritmo competitivo, es la única que tiene justificación.

Más complicado de explicar fue el partido de Monchu y Yan Eteki. El canterano del FC Barcelona sigue sin convencer a nadie y cada vez parece más falto de confianza con el balón en los pies. Está sumido en una espiral de miedo e imprecisiones que lo están llevando a la precipitación y el error. Un disparo de falta al larguero, lo único rescatable de los cuarenta y cinco minutos que disputó.

Yan Eteki siguió con su tónica habitual desde que aterrizó en el Nuevo Los Cármenes. Combina duelos pasables con intervenciones estrepitosas. Contra los jienenses abusó de lo segundo. Jugó más de una hora y sólo empeoró la circulación cada vez que el balón pasó por sus pies. El aficionado granadinista lleva esperándolo tres años y no parece que vaya a llegar nunca.

Inofensivos

No es el primer mal partido del Granada CF esta temporada. La gran diferencia es que, en otras ocasiones, cuajó tramos de nivel que maquillaron lo que de verdad se escondía detrás. El mejor cosmético, en la mayoría de los casos, fue la elevada productividad en la zona alta. Tampoco fue prolífico el conjunto nazarí en los treintaidosavos de la Copa del Rey, donde no fue capaz de generar aproximaciones de nivel al área defendida por Lopito.

Bacca trata de regatear a un rival. Bacca trata de regatear a un rival.

Bacca trata de regatear a un rival. / Antonio L. Juárez / PHOTOGRAPHERSSPORTS (Mancha Real)

Adrián Butzke y Carlos Bacca formaron dupla ofensiva contra los mancharrealeños mas apenas fueron capaces de recibir en condiciones favorables para armar la pierna. El futbolista del Recreativo Granada estuvo errático, mal en sus intervenciones e incapaz contra el férreo eje jienense. Sea como fuere, la responsabilidad nunca debería recaer sobre un chaval de 22 años y dos partidos oficiales disputados en la élite y sí sobre el ariete colombiano, veterano delantero y del que se esperaba mucho más después de su celebrada llegada.

El ‘cafetero’ jugó los más de noventa minutos que duró el choque y en ningún momento fue capaz de marcar las diferencias. Su fichaje, pensado para sustituir a Roberto Soldado tras su marcha al Levante, está siendo un sorprendente fiasco. En trece juegos disputados sólo ha sido capaz de anotar una diana y fue contra el Laguna, equipo de regional.

Circulación

Uno de los grandes problemas del partido para el Granada CF es que se jugó a lo que quiso su rival, el Mancha Real. La escuadra de cuarta división decidió mandar el partido a las alturas, al choque y a las disputas aéreas. Los de Robert Moreno no entraron a pelear por el dominio del esférico y cayeron en las redes locales como un mosquito en una trampa eléctrica. El balón largo fue una constante y cada uno de los rojiblancos sobre el césped sintético acabó perjudicado por dicha circunstancia. El principal reflejo, en estadísticas: el Granada CF acabó el encuentro con más de doscientas pérdidas (201) y apenas llegó al setenta por ciento de acierto en pases (73%).

Adrián Butzke, objetivo de la gran mayoría de envíos de larga distancia por su envergadura, fue el que más sufrió a lo largo del tiempo que pasó en el terreno de juego con 19 pérdidas en 40 contactos con la pelota.

Desesperación

Superados en la pizarra, el cuerpo técnico de los nazaríes optó por introducir a los titulares e intentar decantar la balanza hacia el bando visitante mediante las individualidades. Milla, Machís, Montoro, Suárez y Molina mejoraron las prestaciones vistas en el primer tiempo pero sólo incomodaron la meta contraria con disparos de larga distancia o acciones aisladas que terminaron en nada.

La oportunidad más clara del segundo tiempo, de hecho, fue de los mancharrealeños, que no acertaron pero sí avanzaron a la siguiente ronda dejando muy tocado a unos rojiblancos abochornados y que se juegan algo más que el honor en la vital contienda frente al Mallorca.

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