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En la (mala) línea de fuera de casa

  • Los rojiblancos se despiden a domicilio por la presente temporada con una nueva derrota

Hay datos en el mundo del fútbol que reflejan los puntos positivos y los males de cualquier equipo a lo largo de una temporada. Y no hay que ser un lince para darse cuenta que el principal problema de los rojiblancos en este curso ha sido su rendimiento fuera de casa. Sumar 15 puntos en 21 partidos, el quinto peor visitante de la categoría, refleja el triste bagaje de un equipo que aun así, de haber ganado ayer, habría llegado con opciones de jugar play off pese a todo. Pero evidentemente era un milagro que eso sucediera viendo el rendimiento y la actitud de los jugadores entrenados por Miguel Ángel Portugal.

Un mensaje

A nadie escapa que el centro del campo que puso en liza el técnico burgalés desde el inicio era un claro mensaje al rival para que asumiera la posesión de balón. Alinear a Raúl Baena y Alberto Martín a la vez desde el minuto 1 no se veía desde la jornada 9 en Tarragona y se perdió. Aunque en Tenerife cinco jornadas antes se logró un empate in extremis. Eran otros tiempos. Pero es que además, ante la ausencia de Kunde convocado por la selección de Camerún, optó por enviar a Montoro a la banda derecha situando a Espinosa mucho más cerca de Adrián Ramos, que fue una jornada más el hombre más adelantado del Granada CF.

Esperar

Pero enfrente, el Sporting tenía muy claro lo que quería. Su objetivo era esperar a que los rojiblancos perdieran el balón y buscar el contragolpe como ya avisó Portugal en la previa. Pero aún sabiéndolo, se cometieron errores en la entregas. La línea de tres ordenada por Rubén Baraja con Carmona y Jony en bandas y Rubén García por dentro, esperaban cualquier duda para robar y buscar con verticalidad a Michael Santos, una bala que fue un incordio tanto para Chico Flores como para Germán.

Posesión inocua

Es cierto que el Granada CF tuvo más posesión que su rival, pero una vez más en zonas sin peligro. Y prueba de ello fue, sobre todo, la segunda mitad en la que los ayer vestidos de verde no pisaron el área de Mariño con acciones elaboradas, y únicamente a balón parado se acercaron a las inmediaciones del buen portero del conjunto asturiano. Con un Espinosa desaparecido un día más, sin profundidad por banda derecha donde Montoro estaba incomodísimo y con Machís ya pensando en su destino la próxima temporada, Ramos era una jornada más una isla. Y así era muy difícil generar peligro.

Montoro

Con Pedro y Puertas en el banquillo e incluso Quini, ver a Montoro en la banda derecha chirrió y mucho. El centrocampista tiene muchas cualidades pero no es un futbolista veloz y con desborde. Pese a ello, jugó 65 minutos tirado a un costado con la única misión de lanzar en largo y poco más. Abandonó muy poco su posición para asociarse por dentro y estuvo más pendiente de ayudar a Víctor Díaz que de atacar ante la presencia de Jony, el pretendido en el mercado de invierno que estuvo bien controlado. Pero a cambio se renunció a una pieza que llegó para organizar el juego y que ha terminado su temporada (no jugará ante el Cádiz por sanción) actuando en una posición que nadie entendió.

Lo de siempre

Como no podía ser de otro modo, las últimas esperanzas de luchar por el ascenso se perdieron tras una jugada de estrategia. Una más. Bien es cierto que el tanto del empate llegó en una de ellas al fin, pero el punto en el zurrón rojiblanco duró muy poco. Lo que tardó Barba en rematar un saque de esquina previo empujón a Chico Flores justo antes de saltar que el colegiado no vio. Una acción en la que Rui Silva pudo hacer mucho más pues el remate fue en el área pequeña y un portero de su envergadura no puede quedarse bajo palos.

Y fin

El tanto sportinguista fue la puntilla a un equipo sin reacción, sin sangre y que bajó los brazos con media hora por delante. Con 2-1, los locales jugaron a placer, pudieron anotar algún que otro gol más si no llega a ser por Rui Silva, que realizó varias paradas de mucho mérito ante los desajustes defensivos de un equipo que tiró la toalla. Y eso que los resultados que se estaban produciendo le hubieran permitido, de ganar, seguir vivo en la última jornada. Pero se tiró la temporada hace mucho. Pues en las últimas 13 jornadas (39 puntos) han sumado 9 puntos. Casi nada. Y aún queda la despedida ante el Cádiz.

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