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El mejor regalo para un día especial

  • El lateral firma una buena actuación en el choque en que celebra 50 titularidades seguidas con el equipo

Álex Martínez encara a Moore en una acción ofensiva del Granada durante el choque de ayer.

Álex Martínez encara a Moore en una acción ofensiva del Granada durante el choque de ayer. / agencia lof

El lateral Álex Martínez se ha convertido en el futbolista del Granada CF con más minutos de juego en la última temporada y pico. No es nada fácil lo que consiguió ayer el sevillano en el Municipal de Reus: enlazar cincuenta partidos consecutivos con el equipo rojiblanco como titular. No faltó a su cita con el once inicial en ningún encuentro de la pasada campaña y este curso está ocurriendo lo mismo.

El equipo le regaló un triunfo en tierras catalanas por su titularidad número 50 consecutiva con el Granada. No lo tuvo fácil, ni él ni el plantel, para superar a un Reus correoso y siempre complicado en su campo, pero llegó el quinto triunfo en los seis últimos partidos en un choque en el que Álex Martínez fue de menos a más y acabó siendo decisivo en la victoria.

Pese al buen comienzo del Granada, Álex Martínez se mostró en los compases iniciales algo dubitativo, poco fino con el balón y viendo cómo el Reus elegía su costado para buscar los pocos ataques que fue capaz de montar antes del descanso.

Las prestaciones del jugador crecieron con el paso de los minutos. De hecho, las jugadas de los dos goles del equipo nacen en su banda, en buenas triangulaciones entre varios rojiblancos en las que él participa para superar la presión de los jugadores catalanes. En el definitivo 1-2 es suyo el envío inicial al área que acaba en Pozo, asistente final de Antonio Puertas.

Acostumbrado la pasada campaña a tener por delante en su banda a Machís, el sevillano estrenó en Reus compañero en el extremo, ya que ocupó esa posición por primera vez en esta temporada Alejandro Pozo.

Álex Martínez percutió poco por su costado en el primer tiempo y algo más en el segundo, aunque cada vez que subía lo hacía con inteligencia y en situaciones de superioridad. En defensa apenas pasó apuros, pese a algunas pifias esporádicas en pases o despejes.

Completó su actuación numérica con un chut a meta que no encontró portería porque lo rechazó el cuerpo de un oponente y con tres envíos al área del rival. Y sin faltas, ni a favor ni en contra, algo poco habitual en un zaguero.

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