Quedan nueve puntos por jugarse y el sexto conjunto clasificado, el último que da derecho a diputar la promoción por el ascenso a Primera División, está a seis puntos. Además, el equipo que ocupa este puesto es el Numancia, conjunto al que el Granada le tiene el average ganado. Según las matemáticas, el conjunto que ahora entrena Miguel Ángel Portugal tendría opciones de luchar por el objetivo que el club se planteó para esta campaña 2017/18. Pero la realidad es bien distinta. En este caso, las matemáticas y la razón no van de mano.

Una fría mirada a los números que se ven en la clasificación de la Liga 123 indican que los tres primeros clasificados son inalcanzables (el Sporting -rival en la penúltima jornada- está a 13 puntos, el Huesca, a 17, y el líder Rayo, a 18), mientras que el cuarto, que es el Cádiz, podría ser superado por un Granada estancado en los 55 puntos si los gaditanos, que tienen una ventaja de ocho, lo pierden todo y, lo que aún sería más increíble, los de Miguel Ángel Portugal hicieran pleno de triunfos. Eso sí, en la última jornada liguera se enfrentarán ambas escuadras en Los Cármenes. Algo parecido tendría que pasar respecto al Zaragoza, quinto con siete puntos más que los rojiblancos, si bien con los maños el average es favorable.

Por apuntar más cerca, el Granada tiene a seis puntos al Numancia, que como se ha dicho es el último equipo que en la actualidad jugaría la promoción por el ascenso. Los sorianos, que no pueden fallar para asegurar la plaza, han de recibir al Osasuna y Cultural además de visitar al descendido Sevilla Atlético.

Pero entre el Granada y el Numancia también hay 'densidad de población' con la presencia del Valladolid (61 puntos), Osasuna (60) y Oviedo (59). Entre otros partidos, pucelanos y navarros tienen entre sus próximos rivales al Lorca, otro descendido, aunque también hay enfrentamientos directos en los que al menos uno sumará.

Visto lo visto, para el Granada es misión imposible soñar siquiera con un milagro. Hace falta una carambola a numerosísimas bandas, tantas que ni las matemáticas se atreverían a poner la mano en el fuego por los rojiblancos.