A diez minutos de la conclusión de la movida cita de La Rosaleda llegó el único tanto del Granada CF ayer. Fue sólo uno, pero le valió un punto ante el Málaga CF. Y lo singular del gol no fue su belleza, su espectacularidad ni su vistosidad. Kravets marcó en el que era, por entonces, el primer chut dirigido entre los tres palos del arco malagueño del encuentro por parte de su equipo. Los rojiblancos ya habían percutido antes en un póquer de ocasiones hacia la meta del compatriota del '24' granadinista, el cancerbero Denys Boyko, pero siempre sin puntería. Eso sí, el robusto ariete del este europeo, de hecho, fue el más destacado de los suyos en esa faceta.

El internacional ucraniano fue el autor de los únicos dos disparos de los granadinistas encaminados estrictamente a puerta. Alcaraz y los suyos firmaron las tablas pese a que su rival estuvo más atrevido y tuvo más tino -seis de los quince tiros de los blanquiazules hicieron trabajar a Ochoa o perforaron la portería, un 40 por ciento-. La fortuna, quizá, y el desacierto del colegiado Álvarez Izquierdo, que anuló una diana legalísima a los locales, se aliaron con los de franjas horizontales. El cuento y los elementos, eternamente en contra de los de Los Cármenes, tuvieron un gesto hacia los más necesitados clasificatoriamente.

Pero si algo caracterizó al duelo de anoche fueron las alternativas. El Granada CF empezó mandón, para evaporarse después -con síntomas muy similares a los que sufrió en Vigo- a favor de un Málaga CF que dominó la mayoría de minutos pero que, a su vez, empequeñeció en ciertos instantes del segundo acto, justo cuando encajó el empate. Después, otra vez a la carga. Todo eso se tradujo en la estadística de un partido de alta intensidad que concluyó con un total de 29 faltas cometidas entre los dos púgiles.

El yugo de los de Juande Ramos, que ahogó en muchos instantes a los visitantes, posibilitó que los de Martiricos, al final, llegasen más veces al área contraria -21 acercamientos locales por los 19 granadinos-, chutasen más -15 disparos por 7- y botasen más saques de esquina -5 por 2-. Los rojiblancos notaron el tremendo bajón de nivel de Uche Agbo con respecto a su última aparición y la falta de peso en su juego de Pereira, que también estuvo más apagado, mas, a la postre, se salvaron de 'la quema'.