Hay campos donde parece imposible ganar para el Granada CF. Un de ellos, y la historia así lo dice, es Mestalla, donde los rojiblancos siguen sin conocer el sabor de la victoria. Este sábado de nuevo cayeron, dando la cara, eso sí, pero mostrando poco peligro ante el arco de Cillessen. Ha llegado el frío y parece que los de Diego Martínez han entrado en un bache de resultados, porque los síntomas de su juego siguen siendo los mismos, como mostraron en el primer acto en el que jugaron de tú a tú a un Valencia al que le costó superar la presión visitante. Pero los de Celades mejoraron, y mucho, tras el paso por vestuarios y pasaron a dominar el segundo acto, en el que jugaron casi siempre en campo contrario, sometiendo a los nazaríes, que fueron muy tímidos en ataque en todo el choque.
Y eso que la puesta en escena fue muy buena por parte rojiblanca. La intensidad y la presión que realizaron sobre Parejo, el que mueve los hilos valencianistas, surtió efecto. Primero porque a los locales les costaba acercarse a las inmediaciones de Rui Silva, y segundo porque permitía recuperar en muchas ocasiones en campo del rival y, por tanto, más cerca del arco de Cillessen. Pero faltó pegada durante todo el duelo. El alto ritmo que ambos equipos impusieron hizo que el choque, por momentos, se convirtiera en un ida y vuelta pero, eso sí, con pocas ocasiones de gol.
Sin profundidad
Poca profundidad que quedó demostrada en las ocasiones de gol durante más de una hora: una para el Valencia por ninguna del Granada CF. Y en el primer acto, ese dato fue determinante pues tan sólo destacó un disparo de Maxi Gómez desde la frontal tras robarle el cuero a Gonalons, que no estuvo fino y sí demasiado lento en varias acciones, y que Silva detuvo sin excesivos problemas. El resto de acercamientos llegaron, principalmente, de disparos desde fuera del área por ambos bandos o remates muy desviados como el de Puertas o Soldado, que sigue sin generar peligro, o Gabriel y Manu Vallejo.
Mucha posesión
El 62% de posesión al que se llegó por momentos no reflejó en peligro el dominio del esférico, pero al menos no se pasaban apuros atrás. La profundidad en la banda derecha que ofrecían Quini y Puertas fue lo mejor de unos 45 minutos en los que todo el trabajo se pudo venir abajo si el duro disparo de Wass en el 46', que comenzó de lateral y terminó de mediocentro ante la lesión de Kondogbia, no llega a encontrar una gran respuesta por parte de Rui Silva.
Pero tras el receso, todo cambió. Los de Albert Celades pasaron a dominar el choque, jugando en campo contrario y metiendo en su área a los de Diego Martínez. Costaba mucho salir y asustar al rival, que poco a poco fue creciendo a la par que Dani Parejo se fue haciendo con el mando del choque. El capitán ché asumió los galones que se le presuponen y movió a su equipo como más convenía. Y fruto de ello fueron llegando las ocasiones de gol.
La primera, en el 56', con un tanto del propio Parejo tras una buena acción de Ferrán Torres gracias a un disparo desde la frontal. Silva apenas pudo reaccionar porque justo delante de él se encontraba Maxi Gómez, que le impedía la visión. El VAR actuó y anuló el gol. Fue el primer susto. Pasada la media hora de nuevo Parejo, de falta, puso a prueba al arquero portugués, que siguió demostrando mucha seguridad. Pero el choque había cambiado por completo.
El VAR
Hasta que llegó el primer tanto del duelo, algo que se veía venir. También tuvo que intervenir el VAR para concederlo, pero en este caso a favor de los locales. Un centro, de nuevo de Ferrán, le llegó en el segundo palo a Wass, previo intento por parte de Maxi Gómez de rematar y cuya posición provocó que actuara el vídeoarbitraje. El danés no falló y fusiló a Rui Silva, haciendo justicia a lo que se estaba viendo sobre el verde.
Quedaba un cuarto de hora más el descuento pero en ataque, el Granada CF no generaba el peligro suficiente. Los cambios provocaron que Antonio Puertas terminara de lateral derecho, con Quini en la izquierda tras la entrada de Carlos Fernández por Neva pero pese arriesgar, apenas se puso en apuros el arco ché. De hecho, la mejor opción llegó con el tiempo cumplido tras un saque de esquina botado al primer palo que Domingos Duarte remató de espuela pero Wass despejó el peligro en el área pequeña.
Con Germán terminando de ariete y volcados, lo normal era que el cuadro valencianista gozara de más de una ocasión para finiquitar el choque. Y las tuvo. Primero con una contra que terminó siendo gol pero que quedó anulada por fuera de juego de Kang-in Lee. Y en el 97' llegó la puntilla. Cillessen sacó con la mano a Ferrán Torres, que recibió en la medular, hizo la diagonal desde la derecha sin que ningún defensor nazarí saliera a su paso y en la frontal y con la zurda, situó el cuero en la escuadra rojiblanca sin que Silva pudiera hacer nada.
El zurrón
Ha llegado el frío y parece que a los de Diego Martínez les ha afectado más de cuenta. Sin embargo, el zurrón sigue estando bien completo, con 20 puntos y una renta amplia sobre el descenso. El calendario se complica y lo hará más tras el parón al que llegan tras tres derrotas seguidas. La mala racha tenía que llegar y ya está aquí. Mestalla sigue siendo maldito
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