granadinistas y mundialistas

Un talento que hizo historia

  • Brahimi es uno de los seis futbolistas que jugaron un Mundial siendo del Granada CF

  • Su tanto al Barcelona sigue siendo celebrado

Serían las ocho y cuarto, minuto arriba, minuto abajo, no más. Cielo despejado y temperatura típica de un anochecer de mediados de abril. Visitaba Los Cármenes el Barça del cuestionado Tata Martino, que todavía tenía alguna opción de ganar la Liga. Innovó el argentino rotando algunas piezas en su once, dando entrada a, entre otros, el camerunés Alex Song, el canterano Martín Montoya, y el portero suplente habitual José Manuel Pinto. Tres protagonistas que tuvieron que ver y mucho en la acción por la que será recordado eternamente en Granada el argelino Yacine Brahimi.

Fue por aquel minuto cuando Song perdió una pelota absurda en el centro del campo. La recuperó Piti, que rápidamente combinó con Fran Rico. Los jugones se entienden y ya por entonces Brahimi había emprendido el camino al desmarque, con mucho campo por delante. El gallego intuyó el movimiento y la puso a la espalda de Montoya. El forcejeo entre el catalán y el franco-argelino lo ganó este último, quien chutó al palo descubierto por un Pinto que había perdido la noción de la portería después de tanto banquillazo.

Es el único jugador que ha marcado un gol en una Copa del Mundo como granadinistaSu gran Mundial le llevó al Oporto por 6 millones de euros, de los que el Granada vio 600.000

Un gol con más de una hora de partido por delante que valió, también gracias a la actuación de un portero efímero pero que también tendrá su capítulo aquí dentro de unos días.

Un triunfo contra el Barça, que se unía al que un año antes se consiguió contra el Real Madrid y por el que el Granada renovó el título de 'matagigantes' adquirido en los años setenta. El gol de Brahimi será recordado por decenios.

Pasó este futbolista dos temporadas en el Granada. Quizás de no haber metido aquel gol con el Barcelona no sería tan recordado, porque como siempre pasa en Los Cármenes, Brahimi fue un jugador silbado. Y no sin falta de razón. Chupón, egoísta, indolente en muchas ocasiones, poco disciplinado defensivamente, algunos errores suyos por pérdidas provocaron derrotas de un Granada adscrito a la agónica lucha por la permanencia. En Granada se echó en falta haber visto más del argelino, porque todos vieron lo que era capaz de hacer. Seguramente, Brahimi ha sido el jugador más talentoso que jamás vistió la rojiblanca. Al menos en la era moderna. Derrochaba calidad, regate, intuición, le faltaba algo de gol pero se lo reservaba para las grandes ocasiones. Fue con Lucas Alcaraz con quien sacó su mejor rendimiento, a pesar de jugar entre el enganche y las bandas. Dos años, dos permanencias, una más apurada que otra, y un 2014 de ensueño que le llevó al Mundial de Brasil.

Brahimi solo dejó de ser titular con Argelia en los dos partidos que perdió su equipo: en el estreno contra Bélgica y en la eliminación contra Alemania, en la que fue la primera vez que los argelinos superaban la fase de grupos de un Mundial. Debutó en el triunfo frente a Corea del Sur, en el que además marcó el 4-1. Un gol también histórico, al ser el único que ha marcado un jugador siendo del Granada CF en una Copa del Mundo. Pared con Feghouli y remate a la jaula. Así fue como dio tranquilidad a los Fennecs, que lograron su billete a la siguiente fase en el choque ante Rusia, en el que les sirvió el empate. Una igualada que llegó con intervención del granadinista, quien disparó sobre el meta ruso Akinfeev, que tapó mal y cuyo rechace mandó adentro Slimani. Brahimi ya obligó en la primera parte al portero a estirarse para detener un buen tiro suyo. Sólo Alemania, futura campeona y en la prórroga, pudo con la Argelia de Brahimi.

Por si no estaba clara su salida del Granada, su gran Mundial le abrió las puertas de los grandes de Europa. Se lo llevó finalmente el Oporto, tras sonar para el Atlético de Madrid, por seis millones de euros, de los cuales los granadinos solo vieron 600.000. Aquellas operaciones de Gino Pozzo y Quique Pina.

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