Gente inteligente

Conductas propias de gente inteligente para lidiar con personas complicadas

Conductas propias de gente inteligente para lidiar con personas complicadas

Personas difíciles de tratar con conductas tóxicas nos rodean por donde quiera que vayamos. Yo misma exhibo conductas tóxicas en algún momento. Usted puede llegar a ser, dependiendo de con quién y dónde, una bomba de toxicidad… Y es que, al más puro estilo bíblico, quien esté libre de culpa que tire la primera piedra.

Sus mejores defensas siempre van a ser su propio equilibrio emocional, o la capacidad de no perderlo en el fragor de la batalla; su asertividad, o su habilidad para decir lo que quiere y necesita decir sin atentar contra la otra persona ni contra usted; su autoconfianza, esa que emana de sentirse seguro o segura de sus propias conductas y pensamientos; y su empatía, o su habilidad para comprender a las demás personas sin contagiarse emocionalmente.

Dicho así, sé que parecen conceptos algo ideales e inalcanzables. Pero no lo son. Es cuestión de atenderlos y entrenarlos. Por eso hoy me quiero centrar en la aplicación práctica de estas competencias, con conductas concretas, para entrenarse con esas personas difíciles de lidiar que le están fastidiando su día a día.

Con la gente sarcástica…

La ironía es inteligente, un privilegio de mentes brillantes, pero el sarcasmo es rastrero y lleva mala intención. Definir una cosa y la otra puede que nos cueste, pero diferenciarlas no nos supone ningún problema. ¿A que ya tiene en la cabeza a esa persona sarcástica a la que le encantaría taparle la boca de vez en cuando?

No suelen ser personas directas, todo lo contrario, se esconden en el grupo y disparan el sarcasmo desde lejos, para ridiculizar. Por eso lo mejor es pertrecharnos de toda nuestra autoconfianza y asertividad, por poca que tengamos, y plantarles cara de frente con un perdona, ¿qué quieres decir realmente con eso?, o un no entiendo bien lo que quieres decir, ¿lo puedes repetir de otra forma?.

El objetivo es descubrir su juego, quitarles la máscara o dejarles en evidencia, para cortar el ataque cobarde y soterrado que hay detrás de sus palabras. Y claro, como gente inteligente que es usted, le propongo hacerlo asertivamente, sin saña, para terminar recomendándole, mejor en privado y desde la empatía, otras formas de actuar en el futuro. Por su bien.

Con la gente que todo lo sabe…

Otro perfil incómodo de gestionar, especialmente cuando forma parte de un grupo con el que debe usted relacionarse desde una posición superior porque está en su equipo, en su clase o en su familia…Puede que lo que le pida el cuerpo, y lo que solemos hacer cuando perdemos nuestro equilibrio emocional, es entrar al trapo y confrontarles. ¡Difícil tarea!

Las personas sabelotodo hablan sentando cátedra de lo que dicen, como si dominaran la materia. En eso son muy hábiles. Pero lo cierto es que suelen tener una visión bastante parcial de las cosas, con conductas refractarias que las lleva a discutirlo todo, y con la atención puesta en encontrar cualquier fisura o error en lo que oyen para seguir atacando.

Ante la gente sabelotodo lo mejor es el convencimiento propio, y su seguridad en el punto de vista que usted está exponiendo, sin ataques directos. Interésese sinceramente por sus aportaciones, pídale referencias con su mejor intención o pregúntele el porqué de sus opiniones. Quizás consiga que abra su mente a la visión que usted le ofrece. Aquí su empatía es su principal aliada para entender que detrás de la autoridad de una persona sabelotodo puede haber una necesidad muy abierta de atención. Préstesela para conseguir sus objetivos y plantee una alianza en vez de una batalla. Al menos de momento.

Con la gente agresiva…

El lenguaje no verbal y el verbal delata a la gente tóxica por conductas agresivas. Suelen usar un tono elevado y un estilo de comunicación imperativo. Procuran mirar a las demás personas desde arriba, y no pierden la oportunidad de imponerse a gritos o golpes si hace falta.

El alimento de este tipo de personas es nuestro miedo, ahí es donde se crecen, y justo es lo que no debemos darle. Por eso, de nuevo, su propia seguridad y su autoconfianza van a ser imprescindibles para imponerse y exigir respeto, por mucho que le cueste. Las personas agresivas no atacan a quienes respetan.

Una mirada directa y confiada, con respuestas firmes desde la asertividad, son buenas opciones para desactivarles. Su equilibrio emocional va a sufrir una dura prueba con este tipo de conductas, así que respire, tranquilícese, hable despacio, pida respeto desde el respeto y use frases que alimenten su propia autodeterminación como yo creo…; me parece que…; en mi opinión… Todo esto y mucha paciencia, claro.

Con la gente negativa…

Nada les parece bien. A todo le encuentran alguna pega. Les encanta llevar la contraria. Así nos pueden llevar a la desesperación, porque son muy persistentes en su no por bandera. Pero pueden ser personas de buen trato, incluso amables, que simplemente se resisten con todas sus fuerzas a los cambios. El miedo, la pereza o la comodidad en lo conocido son sus frenos. Y nuestra confrontación no hará más que cimentar su resistencia.

Lo mejor con la gente tan negativa es focalizar toda nuestra energía en no dejarnos llevar por su corriente, no tomarnos sus negativas como algo personal, no contagiarnos, y desde luego no intentar convencerles. A veces sólo se trata de esperar a que la falta de oportunidades para seguir resistiéndose les invite a replantearse la situación. Mucha empatía, y mucha paciencia.

Hay más prototipos de gente con conductas incómodas a nuestro alrededor. Lo sé. Y ya las podremos atender otro día. Mientras tanto, piense en cuántas oportunidades le brindan estos y otros tipos de conductas tóxicas para seguir creciendo como persona. Porque no lo dude, aprovechar todo para avanzar es una habilidad valiosísima de la gente inteligente.

Tags

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios