Especial Indiana Jones

Vuelve el héroe

  • Indiana Jones regresa este jueves a los cines de todo el mundo con su cuarta aventura, 'El reino de la calavera de cristal'.

Otros son más rápidos, más ágiles, más listos, más jóvenes, saben artes marciales, tienen sofisticadas armas y artilugios y dan más golpes de los que reciben, pero pocos son capaces de implicar tan bien a los espectadores en las aventuras, el miedo, el dolor y el triunfo de un héroe que sortea el fracaso, aventura tras aventura, sólo con un ingenioso y descabellado plan que surge siempre en el último minuto. Con su sombrero y su látigo, regresa a los cines dos décadas después de encontrar el Santo Grial. Su objetivo: El reino de la calavera de cristal. Su nombre: Indiana Jones.

Dos décadas sin Indy

Han tardado 19 años en hacerla, pero la idea de continuar la saga surgió tras La última Cruzada, estrenada en 1989 (de hecho, el plan original era hacer cinco películas). En 1994 Harrison Ford se le acercó a Steven Spielberg durante la gala de los Oscar en la que el primero le entregó al segundo la estatuilla por La lista de Schindler para decirle que estaba listo para empuñar de nuevo el látigo. Parece ser que fue entonces cuando Lucas y Spielberg comenzaron a buscar un guión para la cuarta entrega, una búsqueda infructuosa que demoró el proyecto durante años a pesar de que vieron muchos guiones (durante un tiempo prácticamente no había un guionista en Hollywood que no tuviese en el cajón una historia para Indy).

M. Night Shyamalan o Tom Stoppard (Shakespeare in love) fueron algunos de los que escribieron sobre el doctor Jones, pero todas sus propuestas fueron rechazadas. Lucas se embarcó en su segunda trilogía galáctica, que le tuvo ocupado hasta 2005, y Spielberg comenzó a encadenar rodaje tras rodaje, en un frenesí que las malas lenguas atribuyeron a una necesidad de mantenerse ocupado para rechazar, llegado el caso, filmar un nuevo Indiana Jones.

Y entonces, en 2004, la Red volvió a llenarse de rumores: tenían guión. No se sabe mucho de ese libreto, salvo que lo firmaba Frank Darabont (Cadena perpetua) y que se centraba en la relación del héroe con su hermano (que iba a ser interpretado por Kevin Costner). Cuando ya todos daban por seguro que se iban a poner manos a la obra, saltó la bomba: Lucas lo había rechazado. Siguieron llegando propuestas (que básicamente servían para que, casi cada año, se publicase en algún sitio que el rodaje comenzaría “este verano”) y todas eran descartadas, bien por Lucas (que ha confesado que no le gustaba ninguno de los macguffins –el tesoro tras el que andaría Indy–), bien por Spielberg (reticente a retomar la saga).

Hace algo más de un año volvieron a saltar los rumores. Tenían guión (esta vez de David Koepp) y la rodarían en verano. Como es lógico, nadie se lo creyó, hasta que se publicó la primera foto oficial (tomada además por Spielberg) de Harrison Ford vestido de Indiana Jones.

La historia

Una vez confirmado que sí que habría un cuarto Indiana Jones, la cuestión estaba en averiguar de qué trataría. Hasta llegar a El reino de la calavera de cristal (revelado en septiembre del año pasado por Shia LaBeouf en una entrega de premios de la MTV), registraron títulos como La ciudad de los dioses, El destructor de mundos, El cuarto rincón de la Tierra, La ciudad perdida de oro o La búsqueda de la Alianza.

Algunos de estos títulos tienen que ver con un macguffin del que se habló durante años, la Atlántida, presente en cierto modo en la historia de las calaveras, unos artefactos de origen precolombino, según la leyenda (los científicos han demostrado que las que se conservan en el Smithsonian, el Museo Británico y el museo parisino de Quai Branly datan en realidad del siglo XIX), entregados por los Itzas (habitantes del mundo perdido) a los olmecas y que poseen propiedades como la capacidad de detener el mundo si se alinean todas las existentes.

La ‘fórmula Indy’

Las series de televisión tienen su biblia, un documento que recoge los presupuestos argumentales y narrativos a los que los guionistas deben atenerse para escribir nuevos episodios, y en cierto modo también la tiene Indiana Jones. Aunque en esta entrega hay varias novedades, su espíritu es fiel al de sus predecesoras: la esencia clásica del cine de aventuras (algo de lo que inexplicablemente se quejaron algunos periodistas que la vieron el domingo en Cannes).

Se ha rodado en celuloide, en escenarios reales, no hay un solo efecto digital más de lo necesario, ni experimentos en el montaje (una vez más a cargo de Michael Kahn), Harrison Ford hace la mayor parte de sus secuencias de acción, los productores, aparte de Lucas, vuelven a ser Frank Marshall y Kathleen Kennedy, la música (por supuesto) es de John Williams y el gran fichaje del equipo, el director de fotografía Janusz Kaminski (el nonagenario Douglas Slocombe está retirado), al que le gusta experimentar con texturas y colores, ha sido aleccionado por Spielberg sobre qué aspecto tienen las aventuras de Indiana Jones.

Novedades

Como se suele decir, el tiempo pasa para todos, no sólo para Spielberg, Lucas y Ford (al que estos días le preguntan de un millar de formas si no es, a sus 65 años, demasiado viejo para volver a meterse en la piel del arqueólogo: lo poco visto hasta ahora demuestra que no lo es), sino también para la saga y para el propio personaje.

Si las historias de la trilogía se desarrollaban en los años 30, ahora la acción salta a 1957. No hay nazis (aparte de por coherencia histórica, por el deseo de Spielberg, tras La lista de Schindler, de dejar a un lado a las huestes de Hitler), sino rusos (liderados por el personaje de Cate Blanchett), y también hay varios cambios en el equipo del héroe, unos por causa de fuerza mayor (Denholm Elliot, el entrañable Marcus Brody, falleció hace unos años) y otros no tanto, como John Rhys-Davies (Sallah) o Sean Connery (Henry Jones Sr.), que rehusaron participar. La que sí repite es Karen Allen, que ya buscó con Indy el Arca, y se añaden al grupo Shia LaBeouf, Ray Winstone, John Hurt y Jim Broadbent.

El futuro

Hay quien afirma que esto no es un punto final, sino el inicio de una etapa, con una nueva generación (¿LaBeouf?) tomando el testigo, pero Indiana Jones es Harrison Ford. Ningún otro actor sería capaz de imprimir al personaje las dosis exactas de vulnerabilidad, humor, cinismo, encanto y credibilidad para crear al héroe humano y cercano que ha cautivado a varias generaciones.

Mientras Lucas da pábulo a la rumorología sobre una quinta entrega con Indy reducido a una presencia testimonial, Spielberg sólo dice que continuará si el público quiere que lo haga. El director no se ha cansado de repetir que esta película la han hecho para los fans, para los que durante 20 años se han conformado con revivir en la pantalla del televisor las aventuras que una vez les emocionaron en el cine, porque, pese a que algunos sostienen que la exhibición cinematográfica es un negocio en decadencia en favor de los formatos domésticos, es en la oscuridad de una sala de cine donde se forjan los mitos.

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