Noche y día

Las cámaras de la Meca del cine reinventan Sevilla

  • La grabación del final de la película ‘Knight & Day’ abre la vía a grandes producciones, atrae a nuevos públicos a la ciudad y ha hecho crecer la experiencia de la industria local

Durante el mes que lleva rodando el equipo de la película Knight & Day en Sevilla, los vecinos del centro han convivido con imágenes pintorescas e inusuales, entre cabezudos, corredores, toros y persecuciones imposibles, que para unos alimentan el tópico y para otros suponen la mejor carta de presentación de la ciudad, sobre todo, como plató de cine. Cuando quedan todavía unos días para que el equipo dé por concluido el trabajo aquí y casi en las vísperas de la Navidad, se empieza a escribir ya la historia de lo que ha dado de sí este rodaje.

Tras conocerse a principios del mes de septiembre que Cádiz acogería el rodaje del desenlace del nuevo trabajo del protagonista de éxitos de taquilla como Top Gun o Misión Imposible, Sevilla recibió una semana después la noticia de que el equipo de la superproducción de Hollywood también se había fijado en sus calles para llevarla al cine. Fue el 15 de septiembre cuando el alcalde Alfredo Sánchez Monteseirín y José Luis Escolar, productor entre otros títulos de Ágora y El reino de los cielos, dieron una rueda de prensa para comunicar que la capital hispalense serviría de marco para el final de una comedia de acción, por entonces con el nombre de Wichita, que devolvía a las pantallas a la rutilante pareja formada por Tom Cruise y Cameron Diaz, que no coincidían en un filme desde Vanilla sky.

Esta vez trabajarían a las órdenes del director James Mangold en un proyecto de la 20th Century Fox que, a través de la productora española Calle Cruzada, había puesto sus ojos en los enclaves más reconocibles de Sevilla para poner el broche a una historia arrancaría en Boston.

La cinta, que finalmente ha adoptado el nombre de Knight & Day, se estrenará en las pantallas norteamericanas el fin de semana previo al gran día Estados Unidos, el 2 de julio del próximo año y, según las previsiones más halagüeñas, el tirón de sus protagonistas augura unos 300 millones de espectadores en todo el mundo. Gracias a la repercusión de la película, Sevilla dispondrá “del mejor folleto turístico” de cuantos se han hecho hasta ahora, según todos los implicados en hacer realidad este proyecto cinematográfico. El Ayuntamiento y, sobre todo, el director de producción en España de la película se felicitan por haber logrado organizar en un escenario “vivo” como el centro de la ciudad una película de gran complejidad técnica y con dos de las estrellas mejor pagadas del cine en su reparto. 

Ya un mes antes de la llegada de los protagonistas a la ciudad –donde han permanecido alojados en el hotel Alfonso XIII desde el pasado 28 de noviembre– el Consistorio hispalense empezó a dar a conocer las previsiones del rédito económico que supondrá este rodaje. Aunque aquí no hay ciencia exacta, el dato que manejan los responsables de la Sevilla Film Office oscila entre los 4 y 6 millones de euros de beneficios.

La reserva de 400 habitaciones durante mes y medio (unas 8.000 pernoctaciones), la contratación de firmas locales de catering, equipos de imagen y sonido durante este periodo sumado a las partidas de la productora destinadas a servicios tan variados como alquiler de vehículos, empresas de mensajería y suministros dan una idea del movimiento económico local que ha supuesto este rodaje. Y, esto, sin contar con los requerimientos de alto nivel solicitados por el equipo artístico del filme.

El beneficio local no se mide sólo económicamente. Aparte del impacto turístico, la extensión del rodaje en la ciudad, durante más de tres semanas aparte de la semana de grabaciones en Cádiz, ha servido como experiencia para los profesionales andaluces subcontratados por la productora: eléctricos, traductores, ayudantes de producción, vesturario o atrezzo, figurinistas y extras. La interrelación con un equipo internacional no sólo ha generado empleo sino formación para la industria local. 

Sin embargo, la película también ha tenido que sortear varios escollos. La grabación de la secuencia de la persecución y escapada en moto de los protagonistas requería ocupar numerosas vías públicas del centro, que todavía hoy se amplían al entorno de la Macarena, el río y, previsiblemente, el barrio de Triana. No sin cierto desconcierto y reticencia incial, la productora compensó económicamente a los comercios afectados por el rodaje a razón de 7,5 euros por metro cuadrado y día.

Pero, más allá de las afecciones económicas a los comercios, por el camino, Sevilla ha escrito la crónica de la convivencia con este turista llamado Hollywood. Ya en la rueda de prensa de bienvenida de la película, el propio alcalde pidió “paciencia” al sufrido vecino del centro. El rodaje de las escenas, localizadas principalmente en el casco histórico, pasaba inevitablemente por el corte al tráfico de varias calles y, por tanto, el cambio en la rutina para trabajadores, vecinos y usuarios del centro. Primero fue el entorno del Ayuntamiento, ocupando la Plaza Nueva y la de San Francisco, circunstancia que provocó este año el traslado de la feria de belenes frente al Archivo de Indias; después la acción se desplazó al entorno de la de la Maestranza y a las calles del entorno de la Catedral, del  barrio de San Román y a preciosos enclaves como la Casa Pilatos.  Pero en esta filmación de estampa, también ha habido lugar para grabar Santa Justa, eso sí, haciendo pasar a la estación por una terminal de Salzburgo.

Pese a los inconvenientes, los protagonistas han recibido el calor de muchos sevillanos que, en este tiempo, han contemplado de cerca la fascinación de Hollywood.

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