la accesibilidad durante los días grandes

El reto de tener un Corpus sin barreras arquitectónicas

  • La Ciudad Accesible trabaja cada año por seguir dando pasos en aras de la plena adaptación del recinto ferial de Almanjáyar

El 10,58% de los ciudadanos de la provincia de Granada tienen algún tipo de discapacidad. Una cifra que muchos desconocen, pero que evidencia la importancia de conseguir que las barreras arquitectónicas formen parte del pasado. Los miembros de La Ciudad Accesible llevan años trabajando con colectivos, instituciones y asociaciones en aras de hacer cada día más fácil la vida de estas personas. Y cada Corpus desde 2011 trabajan en loable denuedo por conseguir la progresiva adaptación del ferial de Almanjáyar. "Entendemos que es muy difícil que el ferial sea cien por cien accesible, pero sí que intentamos garantizar el principio de autonomía", comenta Antonio Tejada, presidente de La Ciudad Accesible. Esto es que nadie necesite ayuda de un tercero para ir al servicio, beber agua o pedir en la barra.

Junto a Juan Luis Marfil, miembro de este asociación, recorren la explanada situada en la zona norte para hacer un repaso a las deficiencias que presenta. Y la primera parada es en el punto de información de la portada. Allí destaca Tejada que el plano del recinto que hay en el mostrador señala las zonas adaptadas, pero los trípticos no. O dicho de otra forma, que una vez se callejea no hay manera de saber dónde están las casetas, lavabos o fuentes adaptadas. El responsable de esta asociación distingue entre casetas practicables -aquellas en las que el cuarto de baño está adaptado- y accesibles, donde además las barras están rebajadas para facilitar que quienes van en silla de ruedas puedan acercarse a pedir.

"Las casetas institucionales suelen registrar más comidas de personas con discapacidad, pues al ser más grandes están más adaptadas", asegura Tejada en la carpa del Ayuntamiento, donde precisamente tiene lugar un almuerzo de Aspace. La amplitud de sus espacios facilita que se segregue la zona de mesas de los pasillos interiores, evitando embotellamientos cuando la multitud las abarrota. "Lo ideal es que cada sexo tenga un servicio adaptado, pero cuando no mejor uno segregado de todos los sexos que tener que encontrar siempre el adaptado en el de las mujeres", apostilla.

En La Ciudad Accesible también manejan el concepto de 'accesibilidad gastronómica'. O sea, las cada vez más habituales cartas en los restaurantes informando de la lista de alérgenos que lleva cada plato o tapa. "Si alguna caseta tiene máquina de café, nunca está de más que cuente con leche sin lactosa o de soja", escenifica junto a la caseta de la Diputación. Precisamente una de las calles que la flanquean, La Reja, presenta la dualidad de tener espacios recién adaptados -el asfaltado que evita los lodazales- y un alcorque vacío convertido en terruño: "Lo único que pedimos es que si están así por lo menos tengan plantados árboles", denuncia Tejada.

La Ciudad Accesible, que el lunes celebró un almuerzo accesible en la caseta El Salero, lucha cada Corpus por dar un paso más. "Tenemos aparcamientos reservados y un ferial que, en general, se puede decir que está adaptado pero no hay que bajar la guardia", resume y finaliza el presidente. Cada año hay que seguir dando pequeños pasos para la igualdad de oportunidades.

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