Icónica Sevilla Fest

50 Cent: un superhéroe en Icónica

  • 50 Cent, el gran astro del rap y maestro de la brevedad lírica, da en Sevilla su único concierto en España de la gira 'GLG World Tour 2022'

50 Cent en la Plaza de  España

50 Cent en la Plaza de España / José Ángel García

Lo de Curtis James Jackson III, al que conocemos mucho mejor como 50 Cent, raya en la condición de superhéroe con poderes de casi ubicuidad y aspirante a que el consorcio de compañías aéreas interoceánicas le nombre cliente del mes, dado que hace cinco días estaba actuando en Las Vegas y mañana sábado va a estar en Brasil, participando en el Festival Planeta de Belo Horizonte. Entre un sitio y el otro ha pasado por Sevilla para ofrecernos el único concierto que va a dar en España, antes de volver el próximo miércoles a otro concierto exclusivo en Viena, desde allí irse a Dubai, donde le esperan el viernes y volver luego a Europa, para continuar desde Finlandia el día 2 la enorme gira GLG World Tour 2022, que dejó pendiente el mes pasado en ese país. Para alguien que ha recibido nueve disparos, se muestra en muy buen estado de forma y salud para aguantar tal ajetreo. Y así pudimos comprobarlo, al verlo sonreír beatíficamente, mostrando una perfecta dentadura americana, en el escenario de la Plaza de España; un tipo encantador.

Con 50 Cent han comenzado los conciertos de la segunda semana de Icónica Sevilla Fest, que estrenaba disposición de espacios para la audiencia, repartida en muy buena cantidad entre las gradas de tribunas y anfiteatros, para espectadores sentados -aunque la mayoría se pasó el concierto levantado, con los brazos alzados- y la zona de pista para ver el espectáculo de pie, con una parte reservada a los más privilegiados que adquirieron su derecho a estar frente al escenario, a muy poca distancia de él.

El gran astro del rap, flanqueado por Uncle Murda y Tony Yayo, otro rapero legendario con quien ya formó equipo en los inicios de su carrera en el grupo G-Unit, delante de una potente banda en la que destacaban el DJ Chubby Chubb y el batería Darius Woodley junto a dos teclistas, guitarra y bajo, nos hizo viajar en el tiempo al hip-hop de principios de la década de los 2000, tanto en el sonido como en la imagen: grandes camisetas, gorras, músculos… un concierto de rap tradicional, convertido en casi una hora y media de frenesí maniático en la que 50 Cent, maestro de la brevedad lírica, fue repasando entre 30 y 40 -cualquiera llevaba la cuenta- de sus canciones, aunque de la mayoría de ellas solo interpretase una parte. Entre What Up Gangsta -así es como un pandillero canta el Star Spangled Banner, según una de sus rimas- y Major Distribution -soy un magnate del rap, negrata; ¿quién cojones dijo que no sé rapear?- fueron cayendo sus primeros grandes éxitos: In Da Club, imprescindible;  Many Men (Wish Death) con su ritmo depresivo; algunas otras brillantes perlas de su segundo disco, Candy Shop, con la que salieron las cuatro bailarinas sexis que acompañaron varias piezas más, Just a Lil Bit, Disco Inferno; del tercero, I Get Money, un momento álgido del show, cuando más brazos arriba hubo, ondeando a un lado y al otro, Ayo Technology, la más coreada: eeeeiiooo; del cuarto, Baby Be Me ya en los bises y, curiosamente, del quinto, el más actual, no reconocí ninguna, aunque sí estuvo I’m the Man, posiblemente la canción más nueva de toda la noche, de su mixtape del 2015, adornada con chorros verticales de humo criogénico y un solo de guitarra de líneas tan jevis como el que había sonado antes en Ayo Technology. Hubo recuerdos para G-Unit, la mencionada primera banda en la que comenzó su carrera, con un Rider Part 2, plagado de niggas y motherfuckers; para colegas que han significado mucho en el devenir de 50 Cent, como Eminem y Dr. Dre, de los que recuperó, respectivamente, Crack a Bottle y The Next Episode; para otras figuras con las que ha colaborado, Lil´Kim con Magic Stick, Pop Smoke con The Woo, The Game con How We Doo, Fabolous con Cuffin Season, E-40 con Bitch, Mann con Buzzin, LoveRance con Beat the Pussy Up, estos cuatro últimos temas encadenados, e incluso hubo un recuerdo para Bob Marley, del que usaron Is This Love de fondo para el respiro que se tomaron echando un pitillo de algo que solo los de la zona privilegiada podían identificar por su olor.

50 Cent 50 Cent

50 Cent / José Ángel García

Es curioso cómo una grandísima parte de la audiencia del concierto todavía estaría en edad escolar cuando 50 Cent editó su primer disco allá por el 2003. Y cómo su propuesta sigue fascinando a las nuevas generaciones a pesar de que lleva casi una década sin lanzar nada novedoso o interesante. La nostalgia es un fenómeno relativamente nuevo en el hip-hop, al menos en comparación con la nostalgia en el rock, que mañana atraerá a este mismo recinto a la mayor parte de los seguidores de Deep Purple, pero la carrera actual de 50 Cent se basa en la nostalgia también y los espectadores jóvenes son mayoría. Supongo que en el contexto de las superestrellas del hip-hop, este tipo de realidad se adapta particularmente bien a él, quien creció como el equivalente a un cani de la calle. Su actitud es la de aquí está Fifty, o lo tomas o lo dejas; odiarlo o amarlo, como él mismo rapea en Hate It or Love It que, por cierto, también cayó anoche.

En definitiva, tuvimos una fiesta de rap muy atractiva, fiel a las convenciones de este tipo de conciertos, con el brillo que solo es capaz de darle un gran profesional que conoce su posición. Y 50 Cent no se replegó detrás de su mito y nos hizo llegar de forma hábil su mensaje, bastante sencillo y sin dar lugar a malas interpretaciones; él es de los que no se pierden en las selvas de la ironía o las meta referencias, aunque la barrera del idioma no nos dejase apreciarlo bien. Lo que sí entendimos perfectamente fue su estilo, mucho más cercano al festivo de la Costa Oeste, a pesar de que 50 Cent es un neoyorquino de la Costa Este, donde el rap es más oscuro y, metámonos en un charco, monótono. A mí, particularmente, me vino muy bien que fuese así, porque me resultan mucho más atrayentes estas canciones de g-funk, la música soul de los gangstas, como Fifty se define -no juegues conmigo, que vas a conocer a mi Beretta- en ese Wanksta que también le escuchamos aquí.

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