Después de doce años y cinco discos, Izal ha decidido poner fin a su carrera, al menos durante un futuro a largo plazo. Su gira final, de nombre Hogar, como su último disco, les trae a Sevilla el próximo día 6 para un concierto en la Plaza de España que forma parte de la programación de Icónica Sevilla Fest.

Tras media docena más de conciertos, que terminarán el mes próximo con dos de ellos en el WiZink Center de Madrid, para los que no queda ni una sola entrada, el pop rock indie de nuestro país se va a quedar sin uno de sus máximos referentes. Para entender algunas de las claves que los han llevado a tomar esa decisión, así como para conocer algunos aspectos de su disco y del concierto sevillano, nos hemos puesto en contacto con Mikel Izal y Alberto Pérez, cantante y guitarrista respectivamente, que junto a Emanuel Pérez Gato -bajo-, Alejandro Jordá -batería- e Iván Mella -teclados y sintetizadores- conforman la banda.

-No tengo muy claro por qué paran ahora; sobre todo porque en las entrevistas anteriores al inicio de la gira nunca mencionaron nada de parar, al contrario, parecían muy emocionados con ella; y de pronto, en febrero, sueltan la bomba. ¿Cómo de indefinido será el parón?

-(Mikel) El parón es un adiós, pero nunca sabes lo que puede depararte el futuro lejano. Es una decisión tomada hace bastante tiempo, pero hemos hablado de ello cuando creíamos que era el momento oportuno.

-En las críticas de su último disco, Hogar, hay una palabra recurrente, que es reinvención. ¿No es un contrasentido pararse ahora, justo después de reinventarse?

-(Mikel) Intentamos reinventarnos, no ya disco a disco, sino canción a canción o incluso parte a parte dentro de la misma canción. Si no, nos aburrimos rápido. En este disco hemos seguido ese camino, solo que estas variaciones han sido más notorias para más gente, debido a que apelan al sonido mismo, a la producción, también a la intimidad que respira el disco… son características más críticas que en otros álbumes.

“Intentamos reinventarnos, no ya disco a disco, sino canción a canción o incluso parte a parte dentro de la misma canción”

-No son ustedes la única banda cuyo disco pospandémico es más introvertido y diferente a los demás de su discografía. Supongo, sin mucho miedo a equivocarme, que en momentos tan difíciles como los de las primeras oleadas del COVID todos los músicos tendrían la sensibilidad a flor de piel y las canciones se crearían en esos momentos. ¿En el caso de ustedes, ha sido muy fuerte la influencia de los estados de ánimo, general y personal en sus nuevas composiciones? ¿Le ha hecho replantearse las que, como Meiuqer o He vuelto, ya estuviesen compuestas anteriormente?

-(Mikel) Lo que ha habido es mucho tiempo de calma inquieta. He tenido tiempo de componer sin prisas, pero desde una situación que te remueve las emociones. Eso forzosamente tiene que reflejarse en una obra musical. Quizás salen discos más intensitos.

-Hogar me parece una canción de retirada hacia la intimidad y Fotografías una canción de autoafirmación. ¿Cuánto tienen los textos de las canciones de este disco de aceptación de la nueva realidad y de rebelión contra ella?

-(Mikel) Son todo canciones muy personales, muy íntimas, un ejercicio de exhibicionismo emocional que creo que hasta el día de hoy no lo había realizado con tanta desvergüenza. Creo que esa honestidad sincera se filtra a lo largo de todo el disco y hace que contenga alguna de las canciones que más me emocionan a nivel personal.

-Es curioso que hayan grabado ustedes el disco en el estudio de Juanito Makandé y ahora tanto él como Izal estén anunciando que se retiran después de esta gira prácticamente tras sus conciertos en el festival Icónica. ¿Hablaron él y ustedes de algo de eso, de sus carreras, del futuro, del olvido… algo en común en esas dos retiradas?

-(Mikel) La verdad es que hablamos de tantas cosas que seguro que algo de eso también hubo, aunque ahora no lo recuerde. Gran tipo por cierto Juanito, el buen rollo en persona.

Izal

-Le he escuchado decir alguna vez que sus más acérrimos haters son los que más le alababan al principio de su carrera. ¿Considera usted que han cambiado tanto a lo largo de ella?

-(Mikel) Creo que no tiene demasiado que ver con nuestra evolución musical y mucho que ver con ese discurso del yo los conocía cuando sacaron su maqueta, luego ya se echaron a perder. Siempre he pensado que es injusto amar u odiar a un grupo por la única razón de cuan escaso o numeroso es su público. Nosotros hemos ido arriesgando más y más, o nos hemos sentido más inquietos y libres, con cada disco. Creo que hay personas que solo hablan de algo cuando creen que son los únicos que lo conocen y eso les concede esa aura de expertos descubridores culturales. Cuando comprueban que más gente se ha unido a su pasión pierden el interés en esta porque realmente el único interés que tenían desde el principio era el de ser el más listo del corrillo de nuevas tendencias musicales. Buscarán el siguiente grupo que nadie conozca y lo amarán hasta el día que su vecino del quinto le diga que a él también le encanta.

-¿Cómo está acogiendo el público de los conciertos estas canciones nuevas? ¿Alguna diferencia apreciable con los grandes éxitos habituales?

-(Alberto) Las nuevas canciones se sienten de otra manera. Son canciones que se disfrutan siendo escuchadas con más atención, menos festivas que otras que tenemos en nuestro repertorio que invitan a bailar. Hay momentos de nuestro show, como pueden ser el amanecer de Meiuqer o Inercia que considero de lo más bonito de nuestros conciertos.

-El público espera con impaciencia el de Sevilla. ¿Primará más el ambiente alegre de una fiesta o el triste de una despedida?

-(Alberto) Sevilla es una ciudad que siempre nos ha brindado momentos muy bonitos a lo largo de nuestra carrera y sabemos que ese día no va a ser menos. Vamos con el show completo y escenografía para que puedan disfrutar del concepto que hemos querido plasmar en esta gira. El ambiente está cargado de mucha emoción por la despedida, pero para nada se transmite tristeza, es más bien una despedida alegre, amable con el público que nos ha llevado hasta aquí.