Músicas contra la peste| Lully

Lully en Versalles

Jean-Baptiste Lully (Florencia, 1632 - París, 1687).

Jean-Baptiste Lully (Florencia, 1632 - París, 1687). / D. S.

Una de las grandes paradojas del desarrollo de un estilo propio para la ópera francesa es que su principal responsable fue un bailarín, violinista y compositor nacido en Florencia, cuna de la ópera italiana. Giambattista Lulli había llegado a París en 1642, con sólo diez años de edad, como paje de Mademoiselle de Montpensier, y su talento y su inteligencia lo hicieron prosperar con rapidez para, ya convertido en Jean-Baptiste Lully, terminar siendo consejero, superintendente y secretario personal del Rey Sol, quien confió en él como verdadero agente musical de ese inmenso y majestuoso entramado propagandístico que hizo nacer en Versalles a partir de un pequeño pabellón de caza construido por su padre.

Para dar forma a la ópera francesa, Lully partió del ballet de cour, el espectáculo por excelencia de la corte parisina a mediados del siglo XVII, una sucesión de entradas de una serie de bailarines disfrazados (normalmente cortesanos, incluido el rey) que representaban personajes alegóricos o mitológicos. Lully compuso música para 19 ballets de cour entre 1653 y 1663. Inmediatamente después empezó a probar un género nuevo, la comédie-ballet, y para ello tuvo la colaboración nada menos que de Molière, con quien produjo doce de estas obras, piezas de teatro hablado en las que se incluían los llamados divertissements, es decir, escenas con música y danza.

Cuando en 1670, con El burgués gentilhombre, los divertissements pasaron a formar parte del argumento principal de la comedia, Lully dio el paso decisivo hacia la ópera: ya sólo faltaba que toda la obra estuviera puesta en música, lo que haría en 1673 con Cadmus et Hermione. Pero esa es otra historia. En Le Burgeois se incluye un famoso ballet de españoles, que arranca con una melancólica canción de amor. No resulta descabellado pensar que Lully pudo robar esta pieza a algún músico español, afincado o no en París, pues en la época todo lo español (y muy especialmente la música) estaba de moda en la corte francesa. Incluso podría imaginarse al compositor (o al propio Luis XIV) participando en algún versallesco lance galante como inspiración de esta deliciosa melodía. Aquí la traemos, para aliviar o azuzar melancolías (allá cada cual), en una reconstrucción histórica de la obra de Molière-Lully que se hizo en el pequeño teatro Le Trianon de París en el año 2004.

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