María Pagés, bailaora

"El flamenco es un arte que ha pasado de ser marginal a elitista"

  • La bailaora sevillana imparte un curso en Santander y reivindica el carácter contemporáneo del flamenco

María Pagés, posa para una entrevista con Efe.

María Pagés, posa para una entrevista con Efe. / Efe

La bailaora María Pagés sostiene que el flamenco, un arte que ha pasado de ser "marginal a elitista", es el resultado de una convivencia continua entre la tradición y la evolución que refleja la historia de la humanidad. 

"Es la expresión más actual de lo que estamos viviendo y cómo lo estamos viviendo", destaca en una entrevista con Efe, en la que reconoce que cada vez valora más el esfuerzo que hace el público al comprar una entrada y dedicar su tiempo a "dejarse llevar por el río de emociones" que fluyen desde el tablao. 

Pagés, que esta semana ha impartido el curso "Flamenco, arqueología del movimiento orgánico" en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander, tiene claro que se le puede denominar sin problema género contemporáneo porque es "la expresión más actual" de lo que sucede. 

"Ha pasado de ser un arte percibido de una forma marginal a serlo de una manera más elitista porque está entre todas las grandes artes, aunque no toda la sociedad lo vive igual (...) Puede haber cierto resquicios en el que no ha sido valorado", precisa. 

Por ello, el compromiso de María Pagés (Sevilla, 1963) es reivindicar el flamenco como "un gran arte" y un vehículo de transmisión de valores y emociones. 

Como sucede con la igualdad entre hombres y mujeres que, gracias a "Yo, Carmen", Pagés ha podido trasladar en un mensaje feminista por países tan distintos como Rusia, Estados Unidos o Japón, aunque la mujer que lo ve siempre se siente identificada. 

"Me parece interesante excavar para bucear y encontrar una obra coreográfica en la que se van desgranando esos átomos que la forman para luego volverla a construir", dice Pagés, quien advierte de que todos los elementos de una obra deben tener una razón de ser. 

Y también tienen que estar relacionados unos con otros, para lo que usa como ejemplo el cuerpo humano, en el que cada órgano está conectado con los demás y tienen su función. 

Esa conjunción de elementos que conforman la coreografía flamenca son, a su juicio, un reflejo de cómo la danza ha sido influenciada por circunstancias de la vida como la sociedad, la política o la historia, en una época en la que -subraya- se vive un momento "importante" a nivel creativo. 

En este sentido, destaca que tiene como reto sacar adelante un centro coreográfico junto con su compañero El Arbi El Harti, que se presentará el 15 de noviembre y con el que busca transmitir su experiencia ahora que ha llegado a la madurez. 

"Me veo capaz de transmitir todo lo que a lo largo de la vida he acumulado", enfatiza la bailaora, quien se siente "feliz" de llevarlo a cabo porque forma parte de ese "compromiso fundamental" que tienen las artes de transmitir lo que has conocido y te han enseñado. 

Este centro, explica, servirá como punto de encuentro creativo y de compromiso social en el que conocer y difundir los valores importantes relacionados con las artes.

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